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Encapuchado, sin que nadie le viese, corrió hacia el bosque hasta introducirse en él, y posteriormente caminar.
En su mente le atormentaba la preocupación por dónde estaría su hermana en aquellos momentos, si estaría bien, si estaría preocupado por él. Lux era fuerte; eso era un hecho. Pero también era muy vulnerable.
Seguía sufriendo por su propio pensamiento, de que gracias a él la chica había tomado las decisiones que llevaron al escape de Sylas. Eso de que la magia era malvada y diabólica...
Después de casi haber muerto, Garen lo había pensado mejor. No entendía la magia, la odiaba, pero amaba a Lux. A ella no la podía odiar.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una daga rozó su mejilla, la cual le hizo sentir un escalofrío, y posteriormente aquella daga impactó en un árbol, atravesando la corteza de éste.

—Sueles estar más atento que eso, Garen —dijo la pelirroja, quien estaba oculta entre los árboles, y quien procedió a bajar a donde estaba el demaciano.

—Mi hermana está corriendo peligro, no puedo dejar de pensar en eso...

—Escucha, si todo esto de la alianza sale bien, estoy segura de que tu hermana estará bien. Solo debes hacer lo que yo te diga cuando entremos a Noxus.

—No sé si esto sea una buena idea... ¿cómo sé que no es una trampa?

—Me sorprenden esas preguntas tuyas. Ya te dije que si te derroto será solo en batalla.

Los dos caminaron por mucho tiempo charlando como cualquier par de amigos, olvidando su rivalidad.
Cuando llegaron a las afueras de Noxus, Katarina le indicó al chico que volviera a ponerse la capucha, que guardara silencio y mantuviera la mirada baja. Él, con un poco de desconfianza, siguió todas las instrucciones de la noxiana, y entraron a la ciudad.
Garen no podía ver mucho, debido a la mirada baja que llevaba, sin embargo pudo divisar la pobreza que se encontraba en él lugar; niños con ropas viejas, todo lleno de basura, y un poco de sangre por el piso.
Empezó a cuestionarse varias cosas, y sintió culpa de los principios que tenía, pero no. No era momento de tener una crisis existencial, era momento de concentrarse y traer a su hermana a casa, sana y salva.

Los dos jóvenes llegaron a la edificación más grande de todo Noxus, en donde se encontraban todos los soldados noxianos importantes.
Ambos pasaron desapercibidos al entrar, pero aquello duró poco, pues el hermano de Katarina los interceptó.

—¿Dónde estabas? Hace días no sé nada de ti —dijo, reprendiéndola.

—No te importa, Talon. Necesito hablar con Swain.

—¿Y este quién es? —el chico agarró la capucha de Garen y la tiró hacia atrás, dejando ver su rostro. Talon estaba confundido, y se podría decir que hasta un poco enojado. —¡Te volviste loca, Kat!

—¡Cállate! —Katarina tapó la boca de su hermano, amenazándole con una daga. No es que le fuera a hacer daño, pero era muy propio de su actuar.

—Sé lo que estoy haciendo, Talon. Ahora déjame hablar con Swain. Él no hará nada, y si se pasa de listo yo lo detendré, ¿entiendes?

El joven noxiano asintió, y dejó que ambos siguieran su camino, pero fue detrás de ellos, ya que no confiaba en el demaciano que traía su hermana.
Garen volvió a ponerse la capucha, y luego los tres siguieron su camino hasta llegar a el gran salón de Swain, tan oscuro y escalofriante como de costumbre.

—Señor —dijo Katarina—, vengo a proponer algo.

—Veo que no lo mataste, como lo ordené— dijo una voz que venía desde la oscuridad, hasta que el hombre peli-blanco apareció.

El joven demaciano se sintió confundido. ¿Entonces Katarina debía matarlo? ¿Pero por qué no lo había hecho?

—Odio que mis víctimas no vean quién las asesinó —respondió la joven.

don't leave me(Ezreal x Lux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora