XXVIII

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El impacto de las cadenas contra tal objeto hizo estremecer su alma. Poco preparado estaba para el golpe que recibió en la cara, haciéndolo volar metros de ambos. Mientras Sylas recuperaba el aliento, el rubio socorrió a Lux, tomándola en sus brazos y corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían.

Llegaron a una especie de punto ciego de la batalla en donde Ezreal recostó a la chica para examinar su rostro.

—¿Estás bien? —preguntó con preocupación.

Ella no respondió. Se abalanzó sobre él y le abrazó fuertemente.

—Cómo es que siempre apareces cuando te necesito...

—Porque te amo. ¿Ese animal te hizo daño? —acarició la parte dañada, haciendo que Lux gimiera de dolor.

—Solo arde. Pero estaré bien... aunque no creo que seamos suficientes.

—¿Eso crees? —dijo desafiante.

Ayudó a la chica a levantarse y le mostró el campo de batalla, en donde habían aparecido decenas de guerreros freljordianos.

—Nunca debí dudar de ti —dijo asombrada, con una sonrisa que mostraba satisfacción.

—No, no debiste —bromeó—. Pero te perdono.

Ezreal recogió el bastón mágico de la chica del suelo, y se lo ofreció.

—Vamos, hay una batalla que ganar.

Ella asintió, y lo tomó.

Mientras el joven estaba dispuesto a correr a la guerra, Lux le detuvo con su voz.

—Ezreal...

Él volteó y ella lo besó apasionadamente, poniendo sus manos en las mejillas del chico, y después mirándole fijamente.

—Por si acaso —sonrió.

Del otro lado, en el campo de batalla, Garen y Katarina, dos rivales frecuentes ahora unían fuerzas para derrotar a las tropas de Sylas. Ambos se cubrían la espalda y a su vez atacaban a sus oponentes con gran velocidad y precisión.

—Nada mal... —mencionó el demaciano.

—Menos charla y más pelea...

Ambos parecían bailar al ritmo del pleito; cuchillas volando y una gran espada arrasando con todo a su paso. Era algo sanguinario, mas a la vez impresionante, como una danza mortal que destruía cualquier cosa que pasaba cerca de ellos.

Parecía que todo se había calmado, sin embargo oleadas de magos seguían apareciendo. Hacían parecer que las fuerzas freljordianas y demacianas no eran suficientes.

Lux y Ezreal se acercaron a ellos para planear una estrategia. Jarvan también había llegado al lugar justo a tiempo.

—¿Cuál es el plan? —preguntó el rubio.

—Son demasiados... debemos separarnos —sugirió Garen.

—No. Hay que ir por Sylas. Si acabamos con él, los otros se rendirán.

—Lux, hazme caso. Aún si logramos derrotarlo, su ejército es una gran amenaza. Pero si logramos reducirlos en número, no tendrán de otra que marcharse.

—Pero entonces Sylas escapará otra vez.

—Es el mal menor. Ahora, por favor escúchame. Yo iré por la izquierda, tú y Ezreal por la derecha, Katarina por entremedio de nosotros y Jarvan me ayudará.

—Bien... —respondió la joven.

—¿Listos? ¡Ya!

Todos comenzaron con la formación, y efectivamente a medida que avanzaban lograban una gran ventaja.

don't leave me(Ezreal x Lux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora