Alguien como yo...

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Estar con Akutagawa era extraño, por no decir que a veces le era complicado convivir con él, nunca estaba seguro si siquiera le agradaba al mafioso, es cierto que le parecía atractivo y que pensaba que el sentimiento era recíproco. En otras ocasiones sentía que Akutagawa apenas si lo soportaba, este solía poner límites muy específicos sobre como era estar juntos, hablaba muy poco de su vida y lo que daba sonaban como datos sueltos, no contaba mucho de su día a día, nada tan profundo para creer que tenían algo más que sexo aun así era extraño. Tenían una relación rara desde antes, eran enemigos, pero se contaban sus problemas con sus mentores. Si no sabían con quién hablar era el otro el lugar a donde debían acudir. Se entendían sin decir ni una palabra y también discutían mucho, pero ahora que tenían sexo todo se volvía más confuso, sobre todo porque tenía el número de teléfono del otro.
Por ejemplo un día por accidente le mando un mensaje de buenos días, tenía que mandar ese mensaje a alguien más, pero termino por elegir el chat de Akutagawa y no se dio cuenta, la respuesta pudo ser cualquiera del perro de la mafia, pudo mandarlo al diablo o decirle que tenían límites, pero la respuesta de Ryunosuke fue extraña.

«Deberías perder menos tiempo en estas cosas y esforzarte en nuestro próximo encuentro».

Eso fue algo que dejó confundido a Atsushi, no sabía si era una queja sobre sus relaciones o se refería a su enfrentamiento a muerte, pero el siguiente mensaje lo confundió más.

«Buenos días de todas formas y no olvides desayunar».

“¿Qué significa esto?” se preguntó al principio, pero a Atsushi no le gustaba dejar mensajes sin contestar.

«Tú tampoco olvides desayunar».

Después de eso, más las llamadas sexuales que tenían en dónde terminaban hablando sobre su día. Sí su relación era rara, sabía que no eran pareja (eso causaría muchos problemas), pero no eran solo sexo, se conocían y entendían como nunca nadie lo había hecho en toda su vida, pero también discutían, eran algo extraño y aún más complicado de entender, de ser personas acostumbradas a ese tipo de relaciones poner límites debería ser lo primero que harían, decir que eso que hacían parecía ser otra cosa, pero la verdad es que no tenían idea de nada este límite se rompió más un día en que conoció algo de Akutagawa que no sabía.

***

Ese día había ido a ver la tumba del director del orfanato, a veces iba y le dejaba flores, sentía que era demasiado cruel dejarlo sin recibir nada, lo odiaba, pero de alguna forma sentía que tenía aún cosas que decirle y mientras encontraba las palabras iba a verlo. Estaba por irse cuando vio a Akutagawa llegar al cementerio, este parecía que no lo había visto así que Atsushi se escondió, no sabía que estaba pasando, pero si se acercaba a la vida privada del mafioso este lo mataría, pero también una curiosidad lo estaba atacando, solo vería que estaba haciendo Akutagawa un segundo, “No pasará nada malo” se dijo sin darse cuenta de que la razón por la que estaba involucrado en una relación con Akutagawa era también porque un día se le ocurrió ver qué estaba haciendo el mafioso.

— Hola — saludo sin mucho ánimo. Frente a él estaban siete tumbas, todas ellas eran pequeñas, se veían algo viejas por lo que no había razón para verla la relación entre ambos, ya que Akutagawa se sentó frente a las tumbas, se quedó en silencio durante un tiempo, parecía que no quería decir nada, estaba hasta cansado, — Perdón — eso fue todo lo que dijo mientras se quedaba viendo las tumbas, Atsushi no sabía de quienes eran, pero decidió que era momento de irse, era muy raro lo que estaba haciendo de espiar a una persona.

— ¿Voy a tener que fingir para siempre que no noto que estás aquí? — preguntó en voz alta asustando a Atsushi, — Yo... — alcanzó a decir el detective a lo que el mafioso soltó un suspiro, — Deberías aprender a esconderte mejor — renegó antes de levantarse del suelo, — ¡¿Qué te dije sobre meterte en mi vida?! —.
“Se enojó” pensó con miedo el joven, sabía que le darían una paliza, — No te quiero en mi vida de esta forma — exclamó a lo que Atsushi asintió, — Perdón... Es que yo no sé nada de ti... Y tú sabes todo de mí... — intento explicarse, pero Akutagawa aún se veía molesto, — Solo quería saber más de ti... Con la manera en que estamos envueltos — agregó a lo que Akutagawa soltó un suspiro, — Me gustan las antigüedades, también arreglo toda mi ropa y a veces hasta la hago — fue todo lo que dijo, Atsushi estuvo a puntos de decir algo, pero sabía que si hablaba haría incómoda la situación, así que se fue, “¿Eso es un sonrojo?... Porque si lo es, se ve hermoso” pensó antes de irse, un tanto avergonzado por sus pensamientos.

Estúpido Y Sensual AkutagawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora