Estúpido Y Sensual Akutagawa

Excepción

Nuevo capítulo, como verán todos los miércoles será día de actualización, espero sea este capítulo de su agrado, la verdad no pensaba subir capitulo hoy porque pase por muchas cosas está semana, dejemos en que mi teléfono no está funcionando al cien, espero les guste.

Akutagawa despertó sintiendo la boca con un horrible sabor a arena, el estómagos aún lo tenía revuelto, más un fuerte dolor de cabeza, sentía que le estaban taladrando el cerebro, pero lo que más llamo su atención fue estar siendo abrazado por Atsushi, — ¿Pero que carajos? ... — se preguntó confundido, antes de intentar quitarse al detective de encima suyo, durante un minuto no supo ni dónde estaba, vio que era su casa y entonces los recuerdos llegaron, — ¡Jinko levántate! — ordenó antes de usar a Rashomon para tomar la pierna de Atsushi y levantarlo de cabeza,— ¡¿Pero qué pasa?! — dijo asustado Atsushi antes de ver el rostro molesto de Akutagawa,— Ayer. Explícate — pidió en un tono tan autoritario que más bien parecía una orden,— Yo... Bueno... — Atsushi estaba por inventar algo,— ¿Qué es esa estupidez de que te gustó? — cuestionó, aún le dolía la cabeza, quería dormir más, tomar agua y después no levantarse hasta su hora de trabajo, pero resolvería esto ahora mismo, mientras Atsushi supo estaba atado de pies y manos, literalmente, a menos que hablara con la verdad Akutagawa lo iba a destripar para hacer una alfombra con él, en el poco tiempo que llevaban juntos sabía que la cosa que más aborrecía a Akutagawa eran las mentiras y las promesas sin cumplir, si Atsushi se atrevía hacer una de estas lo asesinaría sin piedad.

— ¿Puedes bajarme? La sangre se me está subiendo a la cabeza y no pienso bien — Akutagawa considero su petición un segundo, el rostro de Atsushi estaba más rojo que nada, así que lo bajo, pero siguió usando a Rashomon para retenerlo, Atsushi estaba considerando en ese momento que quizás ponerle su gabardina a Akutagawa no fue una gran idea,— Habla ahora o te corto la lengua — amenazó el mafioso con un vector de Rashomon apuntando directo a la garganta de Atsushi. Si, los interrogatorios no eran lo suyo.

— Me gustas Akutagawa, enserio me gustas. Disfruto pasar tiempo contigo, hablar de todo y de nada, saber que nadie me entenderá como tú, a veces vengo a tu casa no para tener sexo, sino porque me gusta estar a tu lado, escucharte hablar y quejarte del trabajo es algo que disfruto... — explico Atsushi, ahora que la sangre había vuelto a su lugar, su rostro se encontraba rojo por la vergüenza de decir sus sentimientos,— Yo sé... Que no te intereso de esa forma, pero aún así me gustaría que me dejes intentarlo, prometo esforzarme, hacerte feliz y jamás lastimarte, pero sobretodo seré mejor que ese tipo... Lo haré todo para que seas feliz —  dijo Atsushi esperando el rechazo inminente, hasta ahora tenía la vista en el suelo, no había visto la vergüenza de Akutagawa, quien ahora mismo buscaba recordarse a sí mismo que no estaba dormido,— ¿Yo... Te gustó?... ¿Aún sabiendo lo peor de mí? — preguntó esperando un no, o que le dijera que tenía interés en lo bueno nada más,— Me gusta todo de ti. El hecho de que estás en la mafia no me importa, se que eres mas que un asesino, en este tiempo me lo demostraste... No creo que haya nada malo contigo, más bien pienso me falta entender cosas de ti... Por eso quiere estar contigo, para conocerte y amar todo aquello que desconozco — aseguró Atsushi,— Estás loco... Eres un puto loco... — respondió Akutagawa, haciendo que el corazón de Atsushi se estrujara, hasta que sintió como Rashomon se quitaba de encima suyo, para luego ser jalado por Akutagawa,— No te atrevas... No puedes jugar conmigo... Hablaremos de lo peor de mí, después podrás decidir si sales corriendo o te quedas, porque si luego de oírlo te quedas no te perdonaré si sales corriendo — amenazó el mafioso,— ¿Qué pasa con el chico que te gusta? — preguntó Atsushi, quería hablar sobre eso primero,— Eres un imbécil. Tu eres el chico que me gusta — soltó Akutagawa mientras buscaba no ser visto por Atsushi,— ¿Eh? — fue todo lo que salió de la boca del detective antes de ser lanzado a la cama como si fuera un saco de papas.