06

260 23 7
                                    

Aún era de noche, el sol tal vez ya no tardaría en salir y no había podido conciliar el sueño aun, tambien me sentía extraña aunque si lo era pero me refiero a que no pensaba dormir sabiendo que algunos de estos salvajes podría tener el descaro de apuñalarme o intentar alguna otra cosa así que decidí salir en dirección al muelle del puerto, pude oír a hombres que seguian comiendo y bebiendo en el gran salón.

Cuando me acerque más hacía el muelle vi una figura oscura, primero no pude distinguirlo hasta que reconocí una muleta que estaba recostada a un costado. Decidí acercarme y pude ahora diferenciar que tenía un saco con capucha negra.

Aunque me desagrade como persona el liciado, tenía curiosidad en que podría estar pensando para elegir un lugar tan solitario.

— el rey Harald menciono en la cena tu recuperación y como rechazaste su oferta de quedarte con el cuarto.— su voz no sonaba fría ni distante. Parecía como si ambos quisieramos estar en el mismo lugar que el otro con su compañía y hablar de lo que fuera.

— estoy muy agradecida por la atención que recibí de todos... solo que no me sentía...

— cómoda? Segura?— interrumpe mí oración dejándome sorprendida. Temía que dudará de mí lealtad.

— si...

— aún así deberías estar descansando. Te necesito al máximo.— su voz sonó extraña, enojado, pero no conmigo.

Evangelina parpadeo variar veces seguidas, desconcertada ¿ Había escuchado bien? « Te necesito»?

— lo sé, solo que no podía. Ya no recuerdo lo que era descansar. Incluso antes de...todo esto— por fin tomo la iniciativa y tomo asiento a su lado.

— estaba preocupado.— afirma pero aún no tiene el coraje de verme.

— sobre que?— finjo incredulidad

— sentí desesperación ver cómo te desvanecida y no poder hacer nada...

— no, hvitserk me contó como fuiste el primero en ordenar que me ayuden. Tal vez no nos llevamos de maravilla pero aún así te agradezco. Otros pudieron fácilmente deshacerse de mí.

Quise desviar la charla a un tema más como para ambos tal vez.
— y en qué pensabas?– me atreví a preguntar y me sorprendió aún más su respuesta...amable?

— pienso en mí madre y en qué haría mí padre si estuviera aqui... Deberíamos empezar a idear un plan de atacaque tu, yo y el obispo tonto–
Dice manteniendo la mirada en el orizonte como si estuviera esperando que algo o alguien apareciera.

Hasta este momento no había notado los ojos azulados y como brillaban aún más con las luz de la luna hasta que voltea verme y conectamos miradas.

– creo que tengo algunas ideas pero primero debes decirnos cómo es Kattegat...– le respondí con la misma paz que el utilizo pero a diferencia de el yo estaba algo nerviosa, seguíamos sin despegar la mirada del otro.

— de acuerdo– pude notar como hacía el intento de acercarse pero raspo mí garganta para cambiar el ambiénte y en el proceso fijo mí vista en mí reflejo del agua.

— háblame de tus dioses...–

Me mira sin entender el porqué de mí curiosidad.

—creo que podrían ser más similares de lo que pensamos– afirmó con simplesa

— tu dios es tonto y aburrido... Odin es nuestro padre y el de todos los dioses, reina en el Valhalla que es el salón donde iremos todos al morir para estar con nuestros seres queridos y volver a luchar juntos, contar nuestras hazañas y beber hasta embriagarnos  con los dioses– al decir lo último empieza a formar una sonrrisa.

Vikingos - RagnarssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora