Vikingos - Ragnarsson

07

Al día siguiente me encontraba en el salón bebiendo en silencio junto a Hvitserk, podía sentir su mirada preocupada, no le había dicho a él ni al obispo de mí charla con ivar, solo sabían que estaba enojada pero no el motivo y también por mí repentino malestar que por el momento daba señales de haber desaparecido.

Escuchaba en silencio la conversación de Ivar y Heahmund sobre el plan de batalla, bjorm, la mujer usurpadora y otras cosas mientras jugaban a las damas, no le di importancia y tampoco quise meterme.

– no lo creo– escuché después de un tiempo que por fin hablo hvitsek y quise escucharlo

– que quieres decir– hablo ivar perdiendo la paciencia

– no estoy seguro si cuando me uni a ti fue el destino o el libre albedrío –

– y eso que– le respondió ivar desinyeresado y hvitsek solo se callo

– bueno yo si estoy segura de que ninguna de las cosas tiene que ver– me metí, no soportaba que trate así a hvitsek aunque tampoco me caía bien del todo. Los tres hombres posaron su atención en mí
– bueno fui secuestrada en contra de mí voluntad y ahora veme aqui!... Aún así voy a luchar contigo solo porque ambos nos beneficiaremos... Verdad?–
Termino para que entienda mí indirecta.

Arta de ellos decidí salir, luego heahmund me contara sus planes de batalla ahora necesitaba estar sola. Volví a ponerme melancólica pensando en mí familia, no sé que me sucede, no suelo de ser así de sencible.

Me encontré serca de los barcos a la reyna y me detengo a saludarla. No me agrada y lo sabe pero es la única otra mujer que se siente extraña en ese lugar

– hola, como te encuentras? Estás pálida, mujer–

– creo que estoy embarazada...– me dice aún conservando su rostro palidecido y solo ambas sabemos el porque

– oh si, escuché a Harald celebrar. Que vas a hacer? Finjiras que es de él o se lo dirás?

– no lo sé aún , mientras tanto continuaré así. Tal vez después de la guerra sepa responderte.

Nos quedamos en un silencio, pero no uno incómodo sino reconfortante para ambas ya que éramos las únicas en entendernos. Sentí pena no lo niego, si estuviera en esa situación tal vez me apuñalaria yo misma.

Tal vez ahora más que nunca debamos aliarnos.

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Estuve caminando sin rumbo recorriendo la aldea hasta que escucho que hacen sonar un cuerno. No entendia que pasaba, toda la multitud iba hacia el mismo lado y decidí seguirlos. Veo que todos están reunidos en el muelle y Hvitserk me hace una señal con las manos para que me acerque.

– que sucede?

– mira – le hago caso y veo venir muchos barcos

– son refuerzos?

– así es, princesa – responde ivar con una sonrisa de satisfacción, estaba sentado en una banca mirando por dónde venían los barcos y atento a nuestra pequeña charla .

Todo estaba saliendo como lo planeaba.

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Era la última luna llena así que estaba buscando a heahmund para que me contara el plan que armaron con ivar.
Entro al lugar donde nos estamos hospedando y encuentro al obispo mirando fuera de la ventana – siempre que lo hace el tiene la teoría de ver a la virgen en la luna, yo jamás lo hice pero no soy tan cruel para romperle la ilusión–  y a Ivar detrás apuntadole con una daga.