09

182 17 0
                                    

Llegó el momento. Todos ya estaban en posición a la espera de que Ivar de la señal, Heahmund y yo nos acercamos cautelosos para posicionarnos cada uno a un lado, el por la izquierda junto a Harald y Astrid, y yo a la derecha junto a Hvitserk.

no puedo esperar– dice Heahmund en inglés

por que?... Esa espada tiene sed de sangre?– le responde Ivar con un obvio sarcasmo y escalofriante diversión. Luego Heahmund desvaina su espada para presumir su belleza y esplendor.

tal vez mi dios intenta apagar su sed con sangre pagana, por eso estoy aquí, para hacer la voluntad de Dios.

–  esa espada siempre tiene sed. Pero deja de jugar Heahmund o te cortaras– termino para luego también presumir la mía

– y la mía!! Obispo Heahmund . Y la mia– afirma Ivar

Luego el rey le pregunta que hacer a Ivar y él tan desconfiado como siempre decide mandar un grupo con Hvitserk a proteger los barcos.

– estoy de acuerdo, siempre que te lleves a Astrid de vuelta–

– no!– pide casi suplicando

– si!

– voy a pelear – pero antes de poder hacer algo unos hombres la agarran de la cintura.

– hoy no

Heahmund me busca con la mirada para darme a entender que debería hacer lo mismo.

ni lo intentes obispo, sabes que eso jamás pasará. Yo no me retiro de una batalla, al igual que Ivar no rompo mis promesas...y lo sabes

– Evangelina...

Lo ignore y no escuché más palabras de su boca. El me conoce, sabe cómo soy de testaruda, tuve unos días de mala racha, si! Pero ahora estoy devuelta.
Ivar se retira con un grupo.

El rey nos mira a Heahmund y a mi, asiente con la cabeza para confirmar si estamos listos, imitamos su acción y nos podemos firmes en posición.

– adelante!– damos unos pasos hacia el frente
– alto! – nos detenemos, el obispo y yo nos arrodillamos para una última plegaria antes de batalla como lo hacíamos siempre.

El otro grupo empezó a correr y empecé a sentir mi corazón eufóricamente como hace mucho no lo hacía. No tenía miedo, seguía llena de ira por alejarme de mis tierras encontrá de mi voluntad, hace tiempo quería saciar esa ira, y ese era el lugar y el momento adecuado.

– ataquen!!! – escucho decir al rey antes de ver  correr a Heahmund, nos miramos por última vez, se que el sigue rezando por mi seguridad en su mente. Le sonreí para que entienda que estaré bien y no se preocupara.
Yo me quedé en mi posición junto al rey esperando su próxima señal, mis nudillos estaban muy blancos de tanto presionar el mango de mí espada.

Una vez más dió la señal, ya era el momento de mí línea pero por alguna razón el rey me detuvo antes de poder moverme queriendo que esperara un poco mas. No entendía, ese no era el plan pero intentare confiar.

– guerreros! Ataquen!!!
Un segundo grupo salió a luchar.

Ahora sí, supe por su mirada que ya era el momento. Respire profundo para ponerme en posición de ataque.

– guerreros!! Bajen sus estandartes y ataquen!!! – dijo para terminar y salir corriendo al centro de batalla también.

En cuanto di el primer paso deje soltar el aire que no sabía que estaba conteniendo en mis pulmones.

Todo paso muy rápido y ya sentía hombres empujando, espadas chocando, sangre, hombres cayendo y como era de esperarse ningún rasguño en mi.
Después de matar varios hombres encuentro al rey y empieza a gritar que venían más guerreros por los lados, nos estaban rodeando, aún así no nos íbamos a rendir. Seguí luchando y no sé cómo termine enfrentándome a Bjorn... No quería hacerlo, no quería matarlo. Lo reconozco, me acuerdo cuando iba a ver al rey Egbert junto a Ragnar para sus acuerdos y apesar de que en esos tiempos era una niña se por su seño fruncido que me reconoció.

Bjorn estaba estupefacto, se le hacía tan familiar esos ojos poco comunes que solo pudo verlos una vez en una sola persona... Y no era de aquí, Noruega.

Ninguno quería luchar con el otro solo peleamos con las miradas, no quería matarlo porque se que podría, mi espada es más fuertes y filosa, y yo soy más ágil gracias a mi cuerpo pequeño, pero tuvimos que hacerlo.
Peleamos y peleamos, ninguno quería dar el golpe final, hasta que una multitud nos separó, ambos lo agradecimos mentalmente.
Eran tantos que uno de ellos logro desestabilizarme con un torpe golpe con su escudo provocando que caiga al suelo lodoso.

Sentí el sabor melatico de la sangre en mí boca pero no le di importancia, me puse de pie rápidamente y volví a observar a Bjorn a la distancia.
El también lo hizo, sintió una extraña tranquilidad de ver que Evangelina se encontraba viva.

Ambos sacaron todo pensamiento irrelevante en ese momento y siguieron con su camino por separado.

Ya me encontraba agotada, eran demasiado, tal ves nos están ganando. En un momento escucho sonar el cuerno y se que es para llamar a Ivar, en eso choco de espalda con otro cuerpo y cuando volteo para matarlo resulta ser Heahmund. Ambos nos miramos agradecidos de ver con vida aún al otro, pero no era momento de distracción había que seguir.

Me detengo un momento para recuperar el aire y me siento desesperanzada al ver que muchos de los nuestros han muerto y la ayuda no llegaba. Solo veo muerte y más muerte, incluso llegué a pensar de que tal vez también ya era hora de la mía...estaba impactada por las imágenes violentas, nunca ví algo así, pero decidí sacar más de la ira acumulada y no rendirme, debía de ver por última vez a mi hermana antes de irme de este mundo, de lo contrario no descansaría en paz, no puedo irme y dejar con la culpa a mi familia por no poder salvarme.

Todo pensamiento se va cuando veo que hieren a Heahmund, saco un grito desgarrador y mientras sigo peleando intento acercarme.

– Noooo!!!– por favor Dios no nos abandones, no a el que es tu más fiel seguidor, todo este tiempo si siguió cuerdo y de pie fue por la fe que te profesaba.

Lo veo caer y eso me hace perder mi última gota de esperanza.
Maldito bastardo, nos abando el cobarde a nuestra suerte. Hizo que luchemos por el para el solo esconderse. Ya era más que obvio que Ivar no pensaba volver para ayudarnos.

– retirada!! Retirada!!!– escucho decir al rey Harald y los guerreros.
No sabía si irme o intentar quedarme para llevar a Heahmund.
Decidí correr para esconderme en el bosque y así esperar a que se vallan y poder buscar el cuerpo de mi amigo.
En el campo solo quedaba el grupo de Lagertha.

*****************

Llega todo el grupo donde se encontraba Ivar y Astrid.

– y Heahmund?!! y Evangelina?!!– pregunto desesperado Ivar porque no los veía llegar por ningún lado

– tu cristiano está muerto y la princesa no lo sé, la perdí de vista cuando nos acorralaron– respondió Harald escupiendo las palabras con desprecio hacia su aliado.

Ivar estaba arrepentido, por alguna razón le importaba y era capaz de volver para comprobar el mismo los cuerpos sin vida pero como siempre no lo quiso demostrar y reprimió sus sentimientos para luego seguir su camino.

                   ****************

Nononoo, veo a lo lejos como se acercan a él y creo que lo mueven, espero que Lagertha sea tan piadosa como lo demuestra y si está vivo que lo ayude. Finalmente lo último que veo es a unos hombres llevándolo a rastras...

Vikingos - RagnarssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora