Vikingos - Ragnarsson

03

Ya era de noche y todos estaban dormidos o eso es lo que ella creía.
Sus manos estaban atadas al rededor de una columna y en un movimiento sintió algo filoso rozar su brazo.
Se movió intentando acercar sus manos a eso para poder cortar las soga.  Lo que no sabía era que alguien la vigilaba apreciando sus habilidades y esperando su próximo movimiento.

Después de un tiempo, ya casi agotada por falta de agua, comida y sumando que no había dormido en días, su cuerpo le iba a cobrar factura y le jugaría en contra.
Tomo toda su poca energía y cuando logro liberarse salió de la iglesia en busca de una salida para escapar. No se había dado cuenta de que alguien la seguía porque estaba inmersa en huir.

Desmayo a varios guardias hasta que fue acorralada, quiso luchar pero se maldijo internamente cuando sintió sus ojos pesar hasta que un imbecil le hace un corte en la pierna y ya no pudo aguantar logrando desmayarse.

Unos hombres la cargan nuevamente adentro de la iglesia dejándola en una mesa para proseguir a curarle la herida, hvitsek se había ofrecido a ser el que la curara, quería de alguna forma verla más de cerca.

El obispo miraba todo preocupado pensando que la estaban torturando.
Cuando hvitsek apoya el cuchillo caliente en su muslo dónde se encontraba la herida Eva se levanta de golpe gritando tan fuerte que se le fue el sueño a cualquiera, pero seguía débil y volvía a demayarse.
Ivar mientrastanto ya sabía en qué le sería útil esos dos pricioneros pero luego se lo haría saber a su hermano.

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Se despertó a causa del frío, su cuerpo le dolía a causa de poder parar de temblar, estaba caliente y mojada.
Eva no recordó más nada de la noche o noches anteriores porque no sabía que tanto llevaba inconciente.
No supo cómo llego a encontrarse en un bote lleno de vikingos. Cuando habrío los ojos vió como Ivar desviaba su mirada hacia el mar y se encontró al obispo a lado.

– que demonios hacemos acá ? A dónde nos llevan?– dijo en un susurro pero casi gritando y muy enojada.

– no lo sé pero por alguna razón todavía nos quiere vivos... Cómo te sientes– dijo un obispo cansado pero a la vez aliviado de que al fin despertara.

Con un suspiro – me duele todo el cuerpo y tengo mucho frío– el le pasa una manta para que pudiera sentirse mejor y ella le agradece con una sonrisa cansada.

Volvieron a desviar sus miradas, ya no había más nada que hacer solo esperar a que llegue el momento...

Por otro lado ambos hermanos al ver que la tal Evangelina o Eva está despierta otra vez sintieron un alivio pero no entendía porque y que era ese sentimiento nuevo.
Para Hvitsek no era tan nuevo pero no entendia porque lo sentía con ella, no podía negar que su belleza y rudeza lo cautivaron pero seguía siendo el enemigo, no podía ser posible verdad?...
Pero para Ivar todo era nuevo, el vivía enojado y lo que sentia ya no era enojo, era otra cosa y lo averiguaria...

"¿Que será de nuestro destino cuando alguien más pise nuestro camino? O tal vez es solo una simple casualidad que pronto terminara. Aunque la casualidad no es un lujo que a ellos les puede pasar, solo es la otra cara del destino y también algo más."

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Todos pudieron ver qué se estaban acercando a una aldea. El hogar del rey Harald o eso oyeron .

Todos bajaron del bote, Eva y el obispo eran arrastrados detrás de Ivar hacía un salón donde pudieron ver al supuesto rey.

– estoy casi sin fuerzas y aún así me ponen más cadenas que a ti– le hablo en un tono muy despacio y enojada a su amigo el obispo.

– tu y yo sabemos que aunque estés casi muerta, sigues siendo peligrosa. Si fuera ellos haría lo mismo.

Eva rueda los ojos ante esa afirmación y no quiso hablar más porque nuevamente todas las miradas estaban en ella y también en Heahmund.

Estaban hablan y entendia muy poco. Hasta que escucho al obispo rezar otra vez y solo me tomó la molestia de rodar los ojos acto que divirtio al rey.
Pude notar que no despegaba su vista de mí mientras Ivar le contaba su plan, el también lo noto y por alguna razón quería matar al rey en ese momento.

Ambos festejan y los mismos hombres que nos bajaron del barco ahora nos llevaban a algún otro lugar...

Me encontraba ahora encadenada y recostada sobre una pared un poco en la oscuridad intentando descansar y a unos metros estaba Heahmund en la misma situación pero más miserable.
Era importante poder bajar mí fiebre con la humedad que había en el lugar, tal vez moriré así pensé.

Escucho abrir la puerta y algo acercarse para luego arrastrarse, obviamente supe quién era.

Ivar se acerca demasiado para el gusto de ella – este pagano no sabe lo que es el espacio personal – pensó Eva.

– si fueras listo como aparentas, si fuera tu no la molestaria o tocaria– dijo un Heahmund enojado y cansado.

Con una sonrisa de superioridad hizo oído sordo siguió lo que estaba haciendo, se acerco cada vez más a Eva – y si no que, obispo– dijo en un intento fallido de sentir su aroma antes de sentir como se le abalanzaba sobre el.

Eva sonrió al escuchar su respuesta y en un movimiento rápido con sus piernas las enredo en el para ponerlo debajo de ella aunque no duró mucho ya que estaba siendo ahorcada por un collar que estaba encadenado en su cuello

– no vuelvas a intentar sobrepasarse conmigo si aprecias tu hombría– dijo en un tono serio volviendo a su posición anterior.

– sigues impresionando me princesa– dijo bajo la mirada severa de Eva .

– porque nos sigues mantenimiendo con vida?– pregunto Heahmund.

– quiero que luchen conmigo –

– porque crees que haríamos eso – se mete Eva en la conversación

– porque siento celos de ti obispo, eres todo lo que yo quisiera ser...un hombre completo. Ví como lucharon con mucha fiereza en la batalla de York y por eso quiero que luchen conmigo, se valorar a los buenos guerreros por eso siguen con vida. Luchen a mi lado o mueran...– dijo queriendo demostrar su poder en nosotros pero no lo logrará, no conmigo.

– que te hace pensar que cuando me des mi espada no te cortaré la cabeza y olvídarme de mi venganza por lo que le hicieron a mi familia y a mi pueblo–

– no espero que lo olvides pero podríamos solucionarlo en otro momento, ahora quiero vengarme de la usurpadora de mi hogar, ella mato a mi madre– pude ver cómo al decir esas palabras se oscurecian sus ojos.

Se fue sin esperar respuesta, supongo que volvería luego.

– no podemos aceptar Eva–

– cállate! estamos aquí por tu culpa, por tu maldita soberbia de hombre "fuerte". Tengo un plan, si quieres sígueme o has lo que quieras, yo pretendo volver con mi familia no me importa a qué costo–

– que harás?...– no obtuvo respuesta y decidió callar, ella tenía razón todo era su culpa, el la atrajo hasta esa trampa, sus visiones jamás lo había traicionado, no entendía que pudo haber pasado. Tal vez es un mensaje de Dios pero que querrá decir...

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