Inesperado II (Daniel y Jesús)

Capitulo 26. Mas problemas...

Empezaron a escucharse gritos, interrumpiendo el romántico momento entre Jesús y yo.
Lo que me puso de mal humor.

- Podéis hacer el favor de comportaros, aunque sólo sea un poquito, joder vosotros sois los que se supone que me tenéis que dar ejemplo. y os comportáis como niños de 6 años.- Dije obviamente cabreada hacia los dos individuos que tengo como primos.
Dicho esto el silencio y las miradas vergonzosas entre mis primos y Lorena invadieron la calesa.

- Lo siento Sandra.- Dijo Finn tímidamente. Jack me miro igual que su gemelo mostrándome su arrepentimiento, a lo que no pude evitar sonreír.
En cambio Lorena seguía mirando al suelo fastidiada, y al levantar la vista me mira con una sonrisa amarga y falsa yo creo que esta chica me odia. ¿Por qué? Ni idea
Esta mañana parecía una chica totalmente diferente, hasta casi me convence de que lo que pasó con Finn y Jack fue un malentendido.
A chicas como ellas sólo se las puede llamar de una manera:
Bipolares y bueno... un poquito...fresca
Lo que quedó de viaje por el parque de Sevilla fue relativamente tranquilo. Estuve hablando con Jack sobre un nuevo modelo de todo-terreno un "Range Rover Evoque". Había empezado a trabajar en un taller como ayudante ya que sólo tiene 17 años y hasta los 18 no puede trabajar oficialmente. Pero el ya esta empezando a ahorrar.
Todo lo que ocurrió entre mis primos, después de la charla en su habitación se ha arreglado, y ahora los dos odian con fuerza a Lorena. Yo también eh.
El tema de Jack y su problema respecto al uso de tabaco se había quedado un poco aparte, pero esta haciendo lo posible, incluso ha comenzado a ir a una clínica, ya que parece ser que se van a quedar aquí por mucho tiempo.

(...)

- Sandra, levántese y lea su redacción.- Me levanté y fui hacia la pizarra decidida a comenzar a leer, no sin antes recibir la mirada de Jesús, Dani y Alba, como ánimos.

- Sevilla es una ciudad con más de 2000 años, que fue fundada por musulmanes y cristianos , bonita, diferente, alegre y con buena gente.
Con un cielo tan azul, con un sol con tanta luz, y un bonito río marinero que es el símbolo del sur...- Comencé con mi elaborada redacción.
La profesora me miró con una mirada de satisfacción y continúa pasando lista, para salir a leer las redacciones. La siguiente en salir es Alba. Que lee su preciosa redacción, a la que la profesora responde con la misma mirada que me mostró a mi.

- Han estado muy bien.- Decimos los 4 a la vez, antes de estallar en carcajadas por nuestro unisón.

Después de pasar la mañana conociendo a más gente y soportando a todos los profesores ( a algunos más que a otros ) volvemos por fin a casa. Lorena estaba esperando fuera, en la puerta del instituto , habrá venido a recoger a sus primos. Esperamos a que salgan los demás y nos vamos.
Nada más entrar están mis primos sentados en la cocina, ambos con mala cara.

- ¿Chicos que ha pasado? ¿Estáis bien?.- Pregunto con cierto tono preocupado. Ellos me miran, y me arrepiento de que lo hicieran. Sus tristes ojos se quedaron mirándome fijamente. Los labios de ambos estaban rectos, sin expresar ningún tipo de emoción.

- Chicos...- Los dos apartaron la vista de mi, y se miraron. Parecía que se estaban poniendo de acuerdo sobre que decir, sólo con la mirada.

-Nuestros... padres se van a separar.- Dice Finn dando el primer paso. Me quedo razonando lo que acaba de decir, la verdad es que era de esperar... Ambos siempre han sido muy diferentes.

- Lo siento mu...- Antes de acabar me interrumpe Jack.

- Mi padre ha estado luchando por la custodia de los dos ya que aún somos menores. Pero no le han permitido de los dos...-Ahora continuó Finn

- Uno de los dos se tendrá que ir a Estados Unidos y el otro se quedara aquí o en Londres, depende de nuestra madre.
Mi cara demostraba preocupación, ¡No podían llevarse a uno de ellos tan lejos!
Después de un poco de consuelo, los unos a los otros, pensamos que la mejor opción era dejarlo pasar hasta más adelante y desahogarnos con un buen maratón de nuestra saga favorita.
Los juegos del hambre.
Después de preparar las palomitas y todo lo necesario comenzó nuestro maratón al que se acoplaron Jesús, Alba, Dani, Eva y Bea.
Unos por el suelo, otros en los sillones...
Después de ver las tres películas, ni me dí cuenta que no había comido pero con las palomitas y todo lo que habían traído los demás no podía comer nada mas.