Alma de Guerrero

Los motivos detrás de la profecía de Alex Mendoza

El nacimiento de un segundo Fengary fuera de los dominios de Garla marcará el antes y el después de toda una raza y nación que al llegar el quinto ciclo lunar deberá volver a tierras Garlas y a la vida que ha vivido por 18 años el joven con Alma de Guerrero deberá decir adiós.

Esta es la historia de un joven que nunca debió existir. La historia del joven Alma de Guerrero criado en Gerd.

Era sabido que el creador del universo mismo jugaba bien sus cartas al momento de crear y que, aunque pareciera que sus decisiones no eran bien pensadas cada eslabón de una cadena que comenzó a crear tras su primer y único error lo llevaría a sumergirse en las sabias y profundas aguas del , aquel lugar en que él no podía interceder con sus decisiones o cambiar aquello que en manos del oráculo había logrado percibir.

Con esos únicos inconvenientes aquel ser amorfo e intangible nadó por las corrientes del futurum del único error cometido a lo largo de su existencia, Kiebuck. ¿Su intención? Prevenir que más adelante las acciones de este destruyeran aquella perfecta armonía que en algún momento del tiempo creó.

Es decir, los nueve mundos.

Y aunque se mantuvo debajo de sus aguas por mucho observando cada detalle se dio cuenta que en algún punto del futuro aún no escrito debía el mal romper el equilibrio que por milenios había existido. No importaba que tan lejos fuera o cuál fuera el límite que impusiera a su búsqueda, aun así, el equilibrio y la paz que un día creó en su visión ilusoria del universo y sus habitantes se vería interrumpida.

Así que abatido por la sórdida verdad que decidió conocer emprendió su regreso al inicio de la corriente para que al salir coincidiera con el oráculo.

─¿Qué es lo planeas creador? ─ Preguntó

─Ya lo haz de saber─ contestó.

─Y aun así preferiría que me lo dijeras, creador.

─Trato de evitar la destrucción inminente ─dijo─ Debo evitar que aquello que he creado no destruya la paz y prosperidad de un universo que hasta el momento sigue siendo infinito.

─¿Es acaso tu visita una señal para mí el recordarte que nada es infinito, creador? ─Le preguntó acercándose a él.

─No mientras yo viva─ respondió comenzando a alejarse.

─Conoces las consecuencias de tus decisiones, creador ─dijo el Oráculo desde el mismo lugar.

─Y aun así prefiero creer que puedo controlar mi más grande creación ─dijo mirándolo una vez más antes de marcharse y aun así antes de desaparecer por completo al cruzar el portal que lo llevaba a donde fuera que lo llevara ─. Siempre es un placer, Oráculo del tiempo.

─Lo mismo digo, Creador.

Y es que tal vez el Oráculo creía que lo que sea que había percibido en la mente del Creador era mentira, pero sabía muy como conocedor de todas las posibilidades que aquella decisión que había decidido tras permanecer dentro de sus aguas era nada más que la verdad. Una verdad que entre sus venas le decía que pronto iniciaría un nuevo comienzo, una nueva orden que pondría el universo en peligro.

Fatum es conocido en el universo por aquellos seres dentro del universo conocidos como los grandes y los manes; como el océano del destino mismo.

Ahí reside el oráculo o como nosotros los humanos lo conocemos, el destino.