Still With You pt2

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Aisake Ema.

Ese era su nombre.

Lissandra a veces se preocupaba de lo fácil y rápido que le era conseguir información de las personas, ni siquiera usó sus recursos del bajo mundo. Solo le pidió a Zeltzin el número de Takahiro, su mejor amigo en Japón, y asociado del club de los All Black. Lo llamó para preguntarle si conocía al capitán del equipo y listo, le consiguió unas entradas a una fiesta del equipo, ese mismo día, donde el propio Taka estaría como anfitrión, ya que era uno de sus papeles como asociado encargarse de la buena imagen y calma del equipo.

Según Taka, nada los calmaba más después de un partido que una fiesta y así fue como los tres se encontraron en la suite empresarial de uno de los mejores hoteles de Wellington, rodeados por buena música a un volumen aceptable, comiendo de los bocadillos que repartían en el lugar y observando a los invitados de Taka, que no solo eran los del equipo de los All Blacks.

Y para sorpresa de Lissandra, no estaban sirviendo bebidas alcoholizadas a los deportistas.

“Taka es realmente responsable con los jugadores” pensó tranquilamente.

--¿en qué piensas, Poste? —preguntó la indiferente voz de Zeltzin junto a la rubia.

Volteo para mirarla, encontrándola bebiendo tranquilamente de su coctel sin alcohol mientras escribía algo en su teléfono.

--En que es raro que quisieras venir a una de estas fiestas—respondió tranquilamente.

Sin extrañarle que fuera Zeltzin la que notara su extraño silencio, pues, aunque no era muy dada a las conversaciones innecesarias, Lissandra tampoco era de las que se perdía en sus pensamientos y mucho menos, en medio de una fiesta a la que ella misma pidió ir.

Eso ultimo era más raro aún.

--Están ustedes, por eso vine—fue la indiferente respuesta de la japonesa, mirándola con cierta intriga--¿y tú?

Lissandra sonrió de medio lado.

--Tengo un objetivo de mi interés rondando por estos lares—respondió sinceramente.

Zeltzin frunció el ceño.

--dime que es un ligue y no tiene nada que ver con alguno de tus dos trabajos—murmuró en un rápido japonés.

--Posible ligue—informó la italiana.

La menor suspiró aliviada y luego hizo una mueca de asco.

--Pues no quiero estar presente cuando comiences a coquetear al pobre diablo—dijo antes de volver perderse en su teléfono.

Lissandra solo rodó los ojos con diversión y miró Helmut. Su querido primo estaba en silencio, mirando hacia la ciudad, pues estaban justo a las afueras de la suite, en una de las mesas de la terraza. Y Helmut llevaba un largo rato perdido en sus pensamientos, mientras bebía una copa de vino.

Ignorando las constante vibraciones de su teléfono sobre la mesa.

--¿has hablado con tu sequito de torpes? —preguntó la alfa, al notar otra vibración venir de aquel teléfono sobre la mesa.

Helmut apenas la miró.

--No voy a recordarte lo muy inteligente que son mis amigos, eso ya lo sabes—respondió—y no, no he hablado con ellos desde hace unas semanas… están ocupados.

Lissandra frunció el ceño, pues eso era algo raro. Helmut era muy unido a sus amigos, y aunque no eran el tipo de amigos que estaban encima del otro todo el tiempo, al menos una llamada al día hacían o un mensaje enviaban.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2022 ⏰

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Trinidad ~ Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora