Diord Fionn

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Marcus nació con el nombre de Aden Mac Cumhaill, fue el nombre que su padre le dio al llegar al mundo. Era el menor de 5 hijos, y el único beta. Y aunque durante años, Aden amó haber nacido aquel día, aquel jueves por la noche.... un día, años después, odió haber nacido el mismo día que le daba razón a toda creencia de su familia.

Primero, y lo más interesante, ¿Qué era un Fianna?

Según su historia, eran pequeñas bandas semi-independientes de guerreros que vivían apartados de la sociedad en los bosques como mercenarios, bandidos y cazadores, pero que podían ser llamados por los reyes en tiempos de guerra. Eran una parte fundamental de la mitología irlandesa, en especial en las historias del Ciclo feniano, donde eran liderados por Fionn Mac Cumhaill.

Y era por ese hombre que Marcus odió su nacimiento. Porque nació el mismo día que aquel hombre, y su familia lo tomó como una señal divina, cosa que después entendió, solo eran mentiras.

Fionn Mac Cumhaill era para Irlanda, lo que Robín Hood era para Inglaterra, y para la familia de Marcus, que llevaba un estricto y riguroso seguimiento de su árbol genealógico, aquel hombre era lo más valioso de su clan, pues eran sus descendientes, a según, únicos descendientes. Y por dicha herencia familiar, por dicho nacimiento conveniente, fue que Marcus fue elegido por su padre como el Guardián del clan Mac Cumhaill.

Un Fennid parte de un Fianna inexistente.

Según sus creencias, según la historia irlandesa, el Fianna era la filosofía y el movimiento, al clan se le conocía como Fian, y a los miembros, Fennid. Marcus creció en una familia donde todo eso era representado por un solo miembro del clan familiar, el. Por lo cual, desde joven fue entrenado para ser un Fianna, para dar la vida por su familia, por sus seres amados, para defender los ideales e intereses de sus familiares. Para eso había nacido y para eso era entrenado.

Al final, fue designio de los dioses si su nacimiento fue el mismo día que el gran Fionn Mac Cumhaill.

Y el, estúpidamente, nunca lo reclamó, nunca se quejó. Porque al final, era un honor ser guardián de su hogar, era un honor ser entrenado por el antiguo maestro Fianna, era un honor ser el hombre que debía proteger la felicidad de sus hermanas mayores, y no le importaba que el fuera el menor, no le importaba que fuera el quien cargara con ese peso en vez de sus hermanos alfas.

El, estaba cumpliendo con un gran cometido. Ese era su verdadero propósito, ¿verdad?

Pero Marcus no podía engañarse, porque el error que cometió su familia fue criarlo con la filosofía de Fionn Mac Cumhaill, su supuesto antepasado, y dicha filosofía hablaba de la verdadera lealtad, de la lucha con el corazón, de defender solo cuando se quería hacer de verdad. En especial cuando alguien se había ganado la lealtad y el corazón de un Fianna.

Y en su corazón, él no deseaba ser el guardián de su familia, ellos no se habían ganado su lealtad, aunque le hiciera sentir mal pensar eso, realmente, pelear por los intereses de su familia no le parecía algo que su antepasado hubiera aprobado. No obstante, aunque ese fuera su pensamiento, decidió callar, porque la culpa era algo que también pesaba contra él, no tenía una mala familia, ¿Por qué era tan egoísta y no pensaba en cumplir con los deseos familiares? Así que aceptó cada entrenamiento, aceptó cada desvelo, cada extenuante caos al que era expuesto, cada herida, cada cansancio y fue a la edad de los 20 años, que su padre lo nombró oficialmente el Fianna de la familia. sin embargo, a Marcus no le agradó, porque su padre lo nombró para presumir, frente a las demás familias antiguas. Pues Marcus definitivamente era más poderoso que los demás hijos Fianna de los otros clanes.

Pero, aunque él se veía como el más poderoso, nunca los pusieron a prueba, a ninguno de ellos. Y para Marcus, que creció con la filosofía de Fionn Mac Cumhaill, aquello fue una ofensa. ¡fueron nombrados solo por política! No había nada de honor y entrega allí. ¿Por qué el si podía pensar en dar todo de sí, entregarse así mismo, creer verdaderamente en su trabajo como guardián y los demás no? ¿Por qué el, por muy anticuado que se oyera, podía apegarse a la lealtad y pasión de sus tradiciones, y los demás no?

Trinidad ~ Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora