Trinidad

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Helmut Zemo era probablemente el niño más aburrido en aquel sitio.

¿Por qué sus papas lo habían llevado allí si odiaba esas aburridas fiestas?

Ya, porque querían que conociera al príncipe Thor, y para su desgracia, el príncipe, un indudable alfa, estaba más interesado en correr y jugar con sus amigos, que en sentarse a hablar. ¿Qué tenía de malo tener 7 años y odiar los juegos que lo ensuciaran?

Su mami no lo había vestido tan bonito como para que se ensuciara jugando tonterías. Por eso decidió esconderse, realmente obstinado de aquella fiesta.

"Oeznik, sálvame" suplicó tratando de invocar a su querido niñero con la mente.

Pero obviamente eso era imposible, por lo cual volvió a enfurruñarse junto a la ventana, asesinando a todos con la mirada, hasta al tímido príncipe de Wakanda que lo había mirado por unos minutos antes de huir de su venenosa mirada castaña.

"Cobarde" pensó Helmut resoplando.

Entonces lo vio. En la esquina cerca de la mesa bufet, un pequeño niño, mas bajito que él, delgado y con ojos de renacuajo, una maraña de cabello negro cubría su cabeza, se paraba de puntillas y echaba algo en la bebida de adultos. Helmut miró aquello, sorprendido, en especial porque nadie había visto al niño, fue sigiloso, tanto que el pequeño Sokoviano se vio intrigado. Por lo cual lo siguió hasta un pasillo, donde lo vio desaparecer y sin querer, terminó en las cocinas, por lo cual aprovechó tomar unas galletas a escondidas.

La fiesta continuó para tortura del menor, pero entonces el rey Odín reunió a todos los niños para informarles que alguien había hecho una travesura muy mala, el rey no dijo cuál fue la travesura, solo pedía al culpable confesar, aunque Helmut se preguntó si la travesura tenía que ver con las dos horas que pasó su padre encerrado en el baño.

Miró a todos los niños en la fila, encontrando al pequeño renacuajo que definitivamente era sospechoso de la travesura. Vio también al príncipe Thor mirar al renacuajo, de la misma forma que lo hizo el rey Odín. Y Helmut supo que todos sospechaban de él, por eso decidió mentir. ¿quizás por instinto o lastima? Realmente no se lo preguntó.

Lo que, si sabía, es que aquel renacuajo de seguro sería mucho más interesante que todos los niños del lugar. después de todo, había oído de sus padres que aquel príncipe, el hijo menor del rey Odín, era el más travieso entre la realeza.

Sí, sería divertido enseñarle como hacer una travesura sin ser atrapado.

—Lo siento, Rey Odín—se disculpó sorprendiendo a todos—el príncipe Loki y yo lo hicimos porque teníamos hambre, no queríamos molestar a nadie.

Odín lo miró confundido, los demás niños también y Loki... Loki lo miró con desconfianza. Helmut solo hizo un gesto triste, para el rey, en realidad.

—lamento haberle dicho al príncipe que agarrara las galletas de la cocina—continuó hablando—mis padres estaban distraídos y yo solo tenía hambre.

—¿a qué hora agarraron las galletas? —preguntó Odín, evaluándolo con la mirada, viendo después a Loki.

Este respondió, siguiéndole la mentira a Helmut, para su alivio.

—cuando Thor le dijo que no le gustaba hablar y solo quería correr como salvaje—respondió el menor con una ágil y afilada lengua.

Thor, de 6 años, le miró con desdén.

—no soy un salvaje, ustedes son aburridos es todo—se quejó.

Loki lo miró con una ceja arqueada, Helmut hizo lo mismo.

Trinidad ~ Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora