Capítulo 1.

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Bueno, en vista de que hemos llegado ya a las 100 leídas totales el siguiente capítulo lo subiré en cuanto llegue a las 200 leídas. Gracias y disfruten.

Enero 31 del 2014, 4 meses después.

La señora Swige no paraba de hablar acerca de la historia de la Iglesia Católica mientras todos los alumnos mirábamos aburridos al frente, a penas escuchando lo que decía.

Esta era, aparte de Economía, la única clase que compartía con Alan quien estaba sentado en el fondo de la clase casi cayendo dormido en su pupitre.

Desde el día en que habíamos iniciado la apuesta, él se había esforzado la suficiente por mantenerme cerca de él, ya que al día siguiente de la fiesta desperté y lo primero que vi fue a él en el piso, aún dormido profundamente.

Recuerdo haber entrado en pánico y haberlo echado de mi habitación, alegando que el alcohol que había consumido la noche anterior era el único culpable de mis acciones y que por ende no aceptaba ninguna ridícula apuesta.

Pero claro, Alan era literalmente el peor dolor de culo que había tenido y la única manera de evitar que me persiguiera por todo el campus fue aceptar ser su amiga, además del hecho de que Julia me estaba empujando a ser su amiga, convenciéndome de que era un privilegio.

Habíamos ido a todas partes juntos y siempre quedábamos para estudiar en mi habitación, además de que le había hecho un par de favores fingiendo que era su novia para que las chicas se alejaran de él. No conocía a su familia, principalmente porque ese era prácticamente un tema demasiado delicado como para tocarlo.

Alan dio un silbido en el fondo de la clase, justo luego de que la profesora dijera que el clítoris era el timbre del infierno. Sonreí, sabiendo lo que venía a continuación.

- Joder Rita, supongo que he tocado demasiadas veces la puerta, me pregunto por qué nadie nunca me ha abierto.- Dijo fingiendo preocupación y luego colocó una de sus manos en su pecho.- Me siento indignado.- Se cruzó de brazos encogiéndose un poco más en su pupitre. La clase estalló en risas, como solía suceder cada vez que Alan hacía algún comentario así.

Rita, conocida como la Señora Swige, empezó a golpear su escritorio tratando de que la clase se calmara, pero era casi imposible ya que todos estaban hablando y se había perdido completamente el hilo del tema. Mis ojos se encontraron con los de Alan y le regalé una sonrisa mientras la última risa salía de mis labios, luego negué con la cabeza y él me respondió con un guiño y una sonrisa de medio lado.

El grito frustrado de la profesora me hizo voltear incrédula al frente, todos se habían callado y nadie se reía. Ella jamás había gritado, nunca.

-Quiero que te vayas a la oficina del director Salvatelli.- Dijo temblorosa mientras rebuscaba en el bolso unas pastillas que encontró segundos después.- Y no quiero que vuelvas más a esta clase, ya verás como haces para graduarte.- Dijo tragándose de un solo golpe las pastillas sin siquiera tomar un poco de agua. Volteé a ver a Alan quien recogía sus cosas con una sonrisa y se acercaba después con paso ligero a la puerta, deteniéndose a ver a la profesora por última vez.

- Gracias por el favor Rita.- Dijo y se fue después, sin siquiera voltear atrás una sola vez.

La clase continuó su ritmo normal, a excepción de que la Señora Swige, conocida como Rita, estaba tan furiosa que nos mandó a leer algunos artículos acerca de ataques terroristas de musulmanes en Alemania.

En cuanto sonó el timbre salí con paso ligero a mi casillero, quizás podía quedar con Julia para ir al cine más tarde y podría decirle a Max, ya que él y yo habíamos a empezado algo así como una "relación-no relación". Ustedes entienden.

Toxic CureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora