Han pasado algunas semanas desde que escribí, principalmente porque estaba muy ocupada manteniéndome al día con Pranpriya. También viendo juegos de béisbol, porque resulta ser que es la mayor fan de los Yankees, al igual que yo.
Entre ver los juegos y discutir las probabilidades que sean punteros, teníamos una especie de juego de ¿Puedes superar esto? donde nuestra niñez salía a relucir.
Era más o menos así:
Yo: ¿Alguna vez jugaste béisbol?
Ella: Nah, mi papá no sabía mucho de cómo tirar la bola. Se ofrecía a practicar conmigo pero no parecía como el verdadero béisbol.
Yo: Entiendo.
Ella: Vimos un juego por televisión... una vez. Pero nunca fuimos a uno porque, tú sabes, los gritos con las burlas podrían hacer las cosas incómodas.
Yo: (me reí nerviosamente, pero guardando como información que él siempre se había visto de manera) ¿No preguntarás si mi papá me llevó a ver algún juego de pelota?
Ella: Lo siento. Pensé que tal vez sería un tema delicado. No se veía como el tipo de hombre que compraría maní y Cracker Jacks como parte de su lista de prioridades.
Yo: Eso es cierto. La mayoría de nuestros Cracker Jacks han sido reemplazados por el verdadero crack últimamente. Pero cuando era pequeña, nosotros solíamos ir.
Y entonces detuve mi broma y le hablé sobre cómo era todo, antes cuando mi mamá estaba viva. Nosotras éramos una familia normal, mis dos hermanos y yo. Mi mamá era asistente legal. Papá era profesor de inglés en Tuttle, la cual es la razón por la que me interesó la poesía y esas cosas. Pero entonces, cuando mamá murió, él como que se rompió, comenzó a drogarse. Primero con medicinas prescritas, para ayudarlo a dormir, pero luego, era más fácil conseguir otras cosas. Fue despedido de Tuttle. Mi hermana, quién iba allí, tuvo que salir e ir a una escuela pública. Nunca se lo perdonó. Pero cuando fui lo suficientemente mayor para ir a la secundaria, ella me dijo que debíamos llamarlos, hacerles sentir culpa por despedir a papá (a pesar que, realmente, nosotros sabíamos que no tenían otra opción), para que me den una beca escolar. Después de todo, tenía muy buenas notas.
Así fue como comencé a ir a Tuttle.
-¿Te gustaba? -preguntó Pranpriya, y fue suficiente para encaminarme hacia otro hilo de pensamientos porque, no, no me gustaba, lo odiaba. Es decir, si, estaba físicamente segura en Tuttle, no como mi vieja escuela o como en casa, pero odiaba ir a un lugar donde todos eran ricos y hermosos y me trataban vagamente, si soy honesta, ni siquiera vagamente, sucia comparada con ellos solo porque era pobre. El hecho es que, aquí, en este departamento, donde estaba siendo prisionera, era realmente más feliz de lo que había sido en mucho tiempo, y estas personas, esta chica rara, hombre ciego y su sirvienta, eran lo más cercano que he tenido a una familia real desde que mi madre murió. Nosotros cenábamos juntos. Y ayer, Jisoo nos enseñó a Pranpriya y a mí a hacer flan para el postre. Jackson y yo hacíamos yoga cada mañana, e íbamos a tener una piscina de béisbol. Por primera vez en mi vida, me sentía como si fuera parte de algo. Tal vez era el Síndrome de Estocolmo, pero si era así, me mudaría a Estocolmo.
Finalmente contesté:
-No, en realidad no me gustaba. Es decir, tenían muy buena educación, pero las personas de ahí eran presumidas.
-Lo lamento -me dijo.
-¿Por qué lo lamentas? Hubiesen sido odiosos contigo también.
Muchísimo más, pensé. Me miró pensativamente, y por un segundo, estaba preocupada por haber herido sus sentimientos.
Pero entonces dijo:
-Bueno, eso es obvio. Es bueno saber que ninguno de nosotras debe ir allí, ¿Verdad?
Y yo concordé con que era algo bueno, entonces retomamos el tema del béisbol. Afortunadamente, teníamos mucho de qué hablar.
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Eʟ ᴅɪᴀʀɪᴏ ᴅᴇ Jᴇɴɴɪᴇ (Bestial)
FanficJennie, es estudiante en Tuttle, donde prácticamente es invisible salvo para los profesores puesto que todos allí son hijos de personas famosas e importantes; algo que no es ella. Jennie nos cuenta a través de su diario lo que siente y lo que pasa...