Me desperté a las tres, a las cuatro, y luego otra vez a las cinco. Cada vez, me pareció oír ruidos abajo. Cada vez, traté de volver a dormir. Por último, a las seis, me dí por vencida y saqué los Sonetos de Shakespeare. Pasé a mi favorito, "Soneto 54". Lo elegí en honor de las rosas, y del día.
𝑶𝒉, 𝒄𝒖𝒂́𝒏𝒕𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒃𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒃𝒆𝒍𝒍𝒆𝒛𝒂
𝑺𝒊 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒑𝒐𝒓 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒐𝒓𝒏𝒂𝒕𝒐;
𝑳𝒂 𝒓𝒐𝒔𝒂, 𝒔𝒊 𝒂𝒅𝒎𝒊𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆, 𝒎𝒂́𝒔 𝒔𝒆 𝒂𝒅𝒎𝒊𝒓𝒂
𝑷𝒐𝒓 𝒍𝒂 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒇𝒓𝒂𝒈𝒂𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒊𝒅𝒆.
𝑳𝒂𝒔 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒛𝒂𝒓𝒛𝒂 𝒍𝒖𝒄𝒆𝒏 𝒕𝒊𝒏𝒕𝒆𝒔
𝑷𝒓𝒐𝒇𝒖𝒏𝒅𝒐𝒔, 𝒄𝒖𝒂𝒍 𝒍𝒂 𝒓𝒐𝒔𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒖𝒎𝒂𝒅𝒂,
𝑻𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆́𝒏 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒑𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒚 𝒓𝒆𝒕𝒐𝒛𝒂𝒏
𝑺𝒊 𝒍𝒂 𝒃𝒓𝒊𝒔𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒂𝒃𝒓𝒆 𝒔𝒖𝒔 𝒄𝒂𝒑𝒖𝒍𝒍𝒐𝒔;
𝑴𝒂𝒔 𝒕𝒐𝒅𝒂 𝒔𝒖 𝒗𝒊𝒓𝒕𝒖𝒅 𝒆𝒔 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒊𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂:
𝑮𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒏 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒅𝒂𝒔, 𝒔𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒄𝒉𝒊𝒕𝒂𝒏,
𝒀 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒆𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒂𝒔. 𝑴𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒓𝒐𝒔𝒂 𝒅𝒆𝒋𝒂
𝑼𝒏 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒂𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒔𝒖 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆.
𝒀 𝒕𝒖́ 𝒋𝒐𝒗𝒆𝒏 𝒃𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒚 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆,
𝑺𝒊 𝒕𝒆 𝒂𝒈𝒐𝒔𝒕𝒂𝒔, 𝒂𝒒𝒖𝒊́ 𝒆𝒔𝒕𝒂́𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒍𝒂𝒅𝒐.Sé que algunas personas lo llamarán un cliché, leer los sonetos de Shakespeare. Muchos de mis compañeros de Tuttle se quejaban de leer todas esas cosas viejas, pero me encantaba sentir la conexión con Shakespeare, con alguien que vivió hace cientos de años, pero que seguía siendo un hombre de verdad, un hombre que olió las rosas y pensó acerca de la belleza. A veces, es como si conociera a Shakespeare mejor de la que conozco a nadie.
A las siete, Jisoo me trajo el desayuno, a las ocho, me arreglé el cabello y me vestí, y a las nueve, exactamente, bajé al invernadero.
Pranpriya obviamente se había preparado para mí. Las Cuatro Estaciones de Vivaldi estaba sonando en los altavoces, y había sacado una mesa y tres sillas al invernadero. Incluso había un jarrón de rosas sobre la mesa. Parecía muy nerviosa. Por lo menos, ella estaba hablando medio rápido, pero me mostró cada variedad de rosa en el invernadero, describiendo los diversos tipos, floribundas, rosas híbridas de té, incluso dijo que una se llamaba "Pequeña Jennie".
-¿Todas tus rosas tienen nombres? -le pregunté. Es decir, ¿había llamado a una rosa como a mí? Eso era... Raro.
Pero resultó estar bien. Explicó que cuando los horticultores desarrollan una nueva variedad de rosa, ellos la nombran, y, de hecho, que sonaba bien. Creo que leí eso en algún lugar antes. La rosa llamada "Pequeña Jennie" era pequeña, Pranpriya la llamó una miniatura, y amarilla, mi ahora color favorito.
Allí de pie, aspirando el glorioso aroma de todas esas rosas, mi mente se dirigió inmediatamente a Lisa y esa noche en el baile. Pobre, estúpida, probablemente drogadicta Lisa. Si solo cerraba los ojos, podía fingir que ella estaba allí. Una vez, cuando accidentalmente rocé el brazo de Pranpriya, estaba imaginando que era Lisa, y sentí una descarga de electricidad por todo mi cuerpo. Si solo fuera Lisa.
Pero no, Lisa no es lo que quiero, no es lo que debería querer. Si soy honesta conmigo misma, y trato de serlo, lo principal que Lisa tenía a su favor era la apariencia. Tal vez Pranpriya tendrá lo demás. Tal vez podamos ser amigas.
Me vendría bien una amiga, en realidad, y por el aspecto de esto, a ella también.
Así que admiré cada rosa, lo cual no fue fácil. Eran tan hermosas como su dueña, era extraño y halagador que alguien se esforzara tanto para impresionarme. Nunca nadie se había preocupado antes.
Pranpriya se ofreció a cortar algunas de las rosas para mí, pero dije:
-Tal vez voy a volver a verlas -Y entonces, me obligué a tomar una larga mirada a su rostro y me sorprendieron, una vez más, sus bellos ojos. ¿No habían sido los de Lisa del mismo café? Tal vez. Pero allí era donde terminaba el parecido.
Entonces, Jackson apareció. Pranpriya le dijo que yo estaba allí, y él actuó todo feliz y anunció que estaríamos leyendo la obra de Shakespeare "Soneto 54".
¡¡¡¡¡!!!!!
-¡De ninguna manera! Estaba leyéndolo esta mañana -le dije.
Jackson le pidió a Pranpriya que lo lea en voz alta, y fue precioso.
Leyó muy bien, y cuando discutimos sobre el soneto, Pranpriya parecía entenderlo mejor que la mayoría de los chicos de mi clase. Está bien, su interpretación era un poco superficial, como el de alguien que había mirado el poema en wikipedia o algo así. Pero eso fue mucho más de lo que estaba acostumbrada. Quiero decir, en realidad le importaba.
-Me encantan estos viejos sonetos -le dije.
-¿Por qué? -preguntó-. Es decir, no es que yo no lo haga. Solo me preguntaba ¿Por qué los amas?
Me eché a reír.
-Está bien si no los amas. En mi escuela, la gente medio pensaba que yo era un mutante porque me encantaba cada poema viejo y mohoso que leíamos.
Dios, ¿Por qué sigo diciendo cosas como "mutante"? Pero seguí hablando.
-Me encanta Shakespeare, los antiguos griegos, como La Ilíada y La Odiesa, Chaucer, incluso Thomas Malory. Pero las personas en mi clase querían analizar letras de canciones o algo así.
Ella no respondió, pero yo hablo cuando estoy nerviosa, así que continué. Seguí y seguí y seguí y seguí, diciendo cosas pretenciosas, como:
-Yo creo que en realidad no es posible entender las cosas nuevas sin ver sus orígenes. Quiero decir, no habría habido ningún Camelot si Malory no hubiera escrito Le Morte d'Arthur, y no habría letras de las canciones si no hubiéramos leído primero los sonetos de Shakespeare. ¿Sabes?
Claramente, ella no lo sabía. Me miraba, esa mirada rara y fija que a menudo recibía de mis compañeros de clase, como si posiblemente me podría haber emocionado demasiado, balbuceando sobre mi tema favorito. Literalmente, nadie me entendía a menos que fuera un profesor de literatura de setenta años.
-Lo siento -le dije-. Sé que me dejo llevar. -Me prometí no decirle sobre cómo Shakespeare era como un amigo personal mío.
Negó con la cabeza.
-No. No, en absoluto. Caray, eso es tan... Nunca lo pensé de esas manera. Guau. Quiero decir, ¡guau! Oírte hablar de ello así, me dan ganas de leer todo eso. ¿Qué era eso último que dijiste, Le Morte d'Arthur? ¿Es como el rey Arturo? Me gustan mucho los héroes.
-¡A mí también! -Me dí cuenta que podía mirarlo ahora, sin siquiera pensar en ello-. Tengo Idilios del Rey de Tennyson en mi habitación. Son poemas acerca de Arturo. Poemas épicos. -Traté de no suspirar un poco cuando dije "épico". Eché un vistazo a Jackson-. ¿Tal vez podríamos leerlos en algún momento, Jackson?
-No me mires. Soy solo un mueble. -dijo Jackson.
Pranpriya río y dijo:
-Por favor, Jackson. Sería... Épico.
Y ella no estaba bromeando.
Después pasamos a matemáticas, en lo que Pranpriya era muy inteligente, y luego historia. Ella tenía algunas ideas decentes sobre la Guerra franco-india, sobre la cual los maestros de guerra generalmente lo mencionaban de manera superficial. Al parecer, ella y Jackson lo habían, de hecho, discutido en profundidad.
En el momento en que subimos a almorzar, yo estaba pensando que esto realmente podría no apestar tanto como pensé que lo haría.
~•~
Gracias por las 5k en Bestial, por los votos y los comentarios, se los agradezco mucho. :'3
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Eʟ ᴅɪᴀʀɪᴏ ᴅᴇ Jᴇɴɴɪᴇ (Bestial)
Fiksi PenggemarJennie, es estudiante en Tuttle, donde prácticamente es invisible salvo para los profesores puesto que todos allí son hijos de personas famosas e importantes; algo que no es ella. Jennie nos cuenta a través de su diario lo que siente y lo que pasa...