Electricidad

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Llegaron a un restaurante nuevo, al instante el mesero las llevó a una mesa en una sección privada, Juliana sonrió "¿cómo Valentina tuvo tiempo de hacer una reservación, si ella apenas pudo cambiarse de ropa?" pensó con ternura.

En un inicio había miradas, sonrisas nerviosas, silencios incómodos y huecos entre conservaciones. Pero al pasar las copas de vino y el tiempo, ambas se relajaron y no pararon de reír y recordar experiencias juntas. Juliana le contó a Valentina todo sobre Madrid.

La morena había recibido la invitación de una de sus profesoras de universidad para ser la diseñadora de una película que se rodaría en Madrid. La película había sido muy premiada y reconocida, Juliana recibió una nominación al Óscar por diseño de vestuario y aunque no ganó, todo México sabía quien era. Por primera vez se le reconoció más por su trabajo que por ser la novia de Valentina Carvajal. Aunque claro precisamente ese reconocimiento le había costado separarse del amor de su vida.

- Cuando me enteré de tu nominación me dio mucho gusto, nunca dudé que lograrías cosas increíbles. Dijo Valentina.

- Bueno, me quede esperando tu felicitación. Reprochó.

- Perdón, no sabía cómo hacerlo. Agacho su cabeza.
Juliana se dio cuenta que la intensidad de Valentina y la de la plática en general habían cambiado. Tenía miedo de eso, de hablar del pasado y que terminaran lastimadas, que se dieran cuenta que nunca podrían siquiera volver a ser amigas.

- Val, se me olvidó decirte, ¿me podrías dejar en el hotel después de cenar? Juliana cambió el tema para aliviar la situación.

- ¿Sí confías en mis habilidades para conducir? Preguntó Valentina divertida. Y muy aliviada de haber podido salir del bache emocional de su velada.

- Pues si siguen llenando las copas de vino, no mucho. Ambas rieron.

- Bueno en el peor de los casos, te tocará manejar. Ese es más tu fuerte.

Y así era, a Valentina no le gustaba conducir. Tal vez porque se distraía con facilidad o porque nunca había tenido la necesidad. De hecho había sido uno de los problemas en su relación. A Juliana no le gustaba tener que depender siempre de un chofer, no tener intimidad no poder tener un viaje en carretera, o una salida normal al cine con Valentina.
Y cuando Juliana compró un pequeño y viejo auto con el dinero que el chino le dió, Valentina insistió en prestarle más dinero para comprar uno nuevo pues sería más seguro. Cosa que claro que Juliana se resistió con molestia. A veces el privilegio de Valentina le irritaba.

- Por cierto Val. Me sorprendió que llegaras en tu auto. Ya sabes sin chofer.

- Si, Bueno, tenias razón sobre la independencia. - Por cierto te ves muy guapa cuando tienes razón. Río coqueta.

Juliana río en respuesta, Valentina solía decirle eso a menudo cuando estaban juntas.

- De verdad Juls, te ves muy bien. Europa te puso más guapa, y ya estaba la vara alta. Río.

Juliana se ruborizó.
- Claro que no. Dijo divertida y apenada la morena.

- Mira, te lo demuestro. Valentina sacó su celular, y preparó la cámara, Juliana posó.

- A ver enséñame. Intento quitarle el teléfono.

- Espera. Dijo mientras aún hacía algo en su celular. - Ya, mira mi historia.

Juliana sacó su celular del bolso para poder verla.

La historia tenía un emoji que la acompañaba, 🍑

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La historia tenía un emoji que la acompañaba, 🍑.

Valentina siempre lo usaba, al principio para referirse a uno de los atributos que más le gustaban de su Juls, pero termino siendo algo tierno, algo de ellas.

Juliana sonrió al ver la foto. Valentina no había subido ni una sola historia desde que terminaron y ahora había subido una foto de ella. La hizo sentir especial. Y la verdad es que con esa acción Juliana había disipado las dudas que a veces se le venían a la cabeza "¿Val estará saliendo con alguien?".

- Mañana va a ser escándalo esa foto. Dijo Juliana.
- Seguro Guille me escribe histérico para que le cuente. Agregó Valentina. Ahora parecía divertido pero seguro sería difícil de explicar.

Continuaron en la salita del restaurante solo tomando vino y poniéndose al día. Hasta ahora nadie se había atrevido a preguntar si habían tenido citas, si Juliana tenía novio o novia en Madrid. Ninguna de las dos quería arruinar el momento.

Juliana miró hacia una de las paredes, ni siquiera se había percatado de que había un reloj. 2:15 de la mañana marcaba.

- Val, son las 2. Se nos fue el tiempo volando ¿Ya me puedes llevar a mi hotel? Mañana tengo una entrevista y sesión de fotos temprano.

- Wow, eres toda una celebridad Juls. Le dijo divertida.

- Callate. Le golpeó ligeramente el hombro para molestarla.

Cuando la cuenta llegó ambas insistieron en pagar. Pero al final Valentina le permitió a Juliana que pagará. Una de las razones por las que comenzaron a pelear fue por eso "siempre crees que el dinero arregla las cosas" le dijo Juliana a Valentina una vez.
La castaña estaba convencida de que en una sola noche podría convencerla de que las cosas eran diferentes.

De camino al hotel la plática , las anécdotas, las risas continuaron. Fue hasta que estuvieron por llegar al hotel que ambas sintieron nervios. Y de momento el silencio se hizo presente.

Valentina bajo la velocidad inconsciente, no quería que lo inevitable ocurriera.

- Llegamos. Dijo al detener el auto en la entrada del hotel.

Juliana no respondió y se quedó inmóvil un instante. Después de unos segundos volteó tranquila a ver a Valentina.

- Llegamos y a salvo. ¿Cuando aprendiste a manejar tan bien? Preguntó Juliana, no sabía porque continuaba creando conversaciones, la realidad es que no quería despedirse.

Valentina también giró su cuerpo para verla y contestar la pregunta de Juliana.

- Cuando te fuiste, me dejaste sin mi chofer favorita. Ambas se rieron un segundo, y de nuevo el silencio de lo inevitable llegó.

La música sonaba de fondo sin que ninguna de las dos dijera nada.

Valentina estaba por decir algo cuando Juliana la interrumpió de golpe , no quería que llegara el momento de despedirse, sobre todo porque no sabía si habría una cena más.

- ¿Quieres subir por la última copa de la noche? Preguntó Juliana.

¿Subir a su habitación? Estar solas, con una copa de vino más, una cama de por medio. La electricidad corrió por todo su cuerpo.

Pasó saliva y contestó.
- Claro.

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