CAPITULO 18

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Todo había pasado de forma muy rápida, Guillermo se había enterado Lana había regresado a Madrid y había regresado a casa de su madre intentando así una vez mas poder corresponderla, incluso habían intentando liarse íntimamente pero aquello no había pasado a mas de un incomodo beso.
Lana lo apreciaba y quería convencerse sobre que algún día se enamorarían y podrían vivir su matrimonio felizmente y no obstante, entre mas lo intentaban mas se forzaban.

Le había propuesto a Guillermo salir juntos su día de descanso pero este le había dicho aquella semana no descansaria, cosa que se le había hecho extraña mas no había indagado más.

Si se lo preguntaban, si, aquel día Guillermo había estado con Samuel quien había salido temprano del restaurant gracias a Luzu. Habían ido a un parque, a la cafetería y finalmente a la casa del castaño, mas sin embargo, la cuestión no había pasado a mas de algunos besos un poco subidos de tono.
Samuel sabia Lana había regresado y por ende tendría menos tiempo para con el menor y aun con ello planeaba seguir siendo solo el amante.

Habían pasado los dias y sin darse cuenta, entre el mismo ir y venir, quedaban solo 3 semanas para la boda de Guillermo y la rubia. Todo estaba preparado, todo a excepción de los novios.

[...]

Lana ingreso al restaurante decidida a saber la verdad, pues si bien ya tenia sus sospechas quería confirmar, había seguido a Guillermo desde temprano y lo había visto ingresar a aquel lugar. Miro a su alrededor y vio a un hombre vestido elegantemente de traje, lo había visto antes allí, era bastante atractivo y ciertamente tenia un porte interesante. En su gafete se leía »Luzu«, el cual comenzó a caminar para darle la bienvenida, y sin entender, se puso nerviosa.

—Bienvenida, adelante a nuestro restaurant enseguida uno de nuestros meseros le atendera — ahora lo sabia, era el dueño del lugar.

—Muchas gracias— le dijo sincera con una sonrisa provocando aquel hombre se sonrojaría levemente, se veía tierno a ojos de la chica.

Prontamente un mesero llego a guiarla hacia alguna mesa donde poder atenderle.

—Buenos días, soy James y me encargare de atenderle el día de hoy— espeto amable una vez aquella chica se había sentado.

—Thanks, perdona cambie el tema, pero ¿De casualidad conoces a William?— el chico le miro confundido y negó con la cabeza y fue entonces que lo entendió, ella era la unica que le llamaba por ese apodo —Bueno, quizás a Guillermo, pelinegro, delgado, alto

—Oh claro, a Guille, si— río, ahora la recordaba, era la chica con la que alguna vez había ido el pelinegro antes de trabajar alli —¿Necesita que venga?

—Ammm, no, gracias, creo ordenare unos hot cakes para desayunar y un café, please

—Claro, enseguida le traigo su pedido.

James dio la vuelta con dirección a entregar su pedido a la cocina.

—Lo sabia— susurro Lana por lo bajo una vez estando sola.

[...]

La voz se había corrido demasiado rápido, Luzu había ido corriendo a contarle a Guillermo su prometida estaba allí, Guillermo alarmado sin saber que hacer le había mandado un mensaje a Samuel, el castaño había salido de la cocina buscando con la mirada al menor quien yacia frente a los casilleros caminando en circulos y mordiendo sus uñas.

—¿Que ha pasado? ¿Como llego aquí?— pregunto Samuel en cuanto lo vio.

—No lo se— jugo nervioso con sus manos sintiendo como su cuerpo temblaba ligeramente —Quizás me siguio por la mañana, no lo se, Luzu dijo me avisara cuando se vaya y por ahora no salga a mesas

Suspiro pesadamente. Negó con la cabeza.

—¡Guille!— les interrumpió la voz de James a sus espaldas —Hay una rubia que pregunta por ti, le pregunte si quería fueras pero dijo que no, de echo habias venido con ella aquí.

—Mierda— susurro perdiendo el color al instante, y casi pudo jurar sintio se desmayaría.

—¿Te sientes bien?— pregunto Samuel notablemente preocupado, el menor solo asunto con la cabeza aun con aquel cosquilleo frío por su columna vertebral.

No podía culpar a James, el mentiroso era el y era obvio en algun momento seria descubierto.

—¿Es tu hermana?— se animo a preguntar James sin entender lo minimo.

El pelinegro nego con la cabeza.

—Mi prometida— corrigió dejándolo helado y con su boca formado una perfecta "o"

James sabia entre Guillermo y Samuel había algo mas que amistad y así como así se enteraba uno de ellos se casaría. Era confuso.

—Luego te explicare— le resto importancia —Tengo que arreglar esto

Samuel le miro y le dio la razon con la mirada, se acerco hacia el y lo atrajo contra su cuerpo en un abrazo fortalecedor.

—Sabes no estas solo en esto chiqui— le susurro por lo bajo e importándole poco James se encontraba allí dejo un pequeño y casto beso por sobre los labios de Guillermo.

El tercero sonrió enternecido al verlos juntos, sabia quizas no era correcto pues se trataba de una infidelidad y el estaba en contra de ello, no obstante era imposible aceptar se veían bien juntos, enamorados.

Armándose de valor Guillermo se había quitado el uniforme dispuesto a hablar con Lana. Su jefe Luzu le había permitido solo 15 minutos para arreglarlo puesto que estaba en horario laboral y el menor no podía pedir mas por aquel jefe tan comprensivo.

Avanzo por entre las mesas y la vio allí terminado su café mientras leía algo en el movil. Sus manos sudaban, su respiración se hallaba agitada, la boca seca y la sensación de culpa no le abandonaban. La rubia alzo la mirada y una vez allí lo miro seria, lo había descubierto y no era que estuviese realmente molesta por encontrarlo allí, si no por el hecho de la mentira.

—Puedo explicarlo— se animo a hablar en apenas un hilo de voz.

Lana le indico con la mirada se sentara a un lado de ella y así lo hizo.

—Trabajas aquí, ¿No es así?— comenzó mirando a su prometido el cual asintió con la cabeza apenado.

Paso saliva pesadamente.

—Veras...— comenzó titubeante —Desde que desperté de mi accidente me sentía desubicado, sin encontrar mi lugar, y al pasar un día con Frank por frente de este lugar sentí una corazonada

—Continua— le animo la chica aun con un semblante serio.

—Entre aqui, y supe era mi lugar, cuando vine contigo a comer aquí mismo tuve un recuerdo

La chica abrió los ojos como platos.

—¿Un recuerdo?— pregunto no queriéndose alterar demasiado puesto que si Guillermo recuperaba la memoria sus planes y tratamiento de su padre no podría continuar.

—Si, recordé cuando trabaja aquí atendiendo —mintio, tapando el hecho de que en aquel recuerdo apareció Samuel —Y supe era lo que quería de nuevo en mi vida.

Lana se relajo notablemente, no podía ser tan dura para con él, al final del día sabia era su pasión aquel trabajo y le hacia feliz.

—William, pudiste haberme contado desde el principio, debemos tenernos la confianza, antes de todo creo somos grandes confidentes, no soy tan mala— río un poco relajando el ambiente.

Sabia allí trabajaba Samuel. La señora Diaz le había contado todo mientras estaba en Los Ángeles cuidando de su padre. Pero Guillermo no lo había mencionado por lo que supuso no era una amenaza alguna.

Si tan solo lo supiera.

Ella había prometido guardar el secreto y Guillermo había podido respirar tranquilo una vez mas.

¿Pero por cuanto tiempo?

¿Me recuerdas? WIGETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora