Guillermo había salido de su hogar con sumo cuidado de no ser descubierto y caminaba apresuradamente rumbo a la esquina de siempre donde yacia Samuel en su auto esperándolo aun totalmente desconcertado por su mensaje donde le pedia verse urgentemente.
La cabeza de menor era un embrollo, dale que ya se le había metido la locura y estaba decidido pero ¿Que pasaría después?. Si pasaba aquella noche con el castaño, avanzaban hasta donde dieran rienda las cosas y terminaba enrollado en la cama de Samuel eso no quitaria el hecho de que estaba comprometido, era mas que obvio, asi como el hecho de que mucho menos podía cancelar todo a tan poco tiempo y con Lana tan ilusionada.
Negó con la cabeza al ver el auto de Samuel quien esta vez no se aguanto y bajo de su asiento también avanzando hacia el pelinegro.
—Guille, ¿Cual es la urgencia?— pregunto llegando hacia el a mitad de calle, los faros hacían el perfecto contraste con los ojos achinados de su amado y la obscura noche. Su corazón se acelero de solo pensar en lo hermoso que era aquel chico y lo loco que lo volvía —¿Te han hecho algo?
Guillermo río un poco por lo bajo cuando Samuel comenzo a inspeccionarlo de arriba a abajo con evidente angustia. Negó con la cabeza divertido y sintiendo como la adrenalina le recorría todo el cuerpo ante lo que haría se lanzo a los brazos del fornido. El calor fue reconfortante cuando este le correspondió y sobo su cintura con mimo por sobre su camiseta.
—La urgencia era verte— le susurro al oido aun abrazados.
El contrario sonrió ampliamente sintiendo su corazón hincharse de emoción. Todo volvía a sentirse como antes en donde solo eran ellos dos amándose sin limites, donde Guillermo le recordaba a cada segundo era el hombre el de su vida y no podia sentirse mas afortunado de ser quien lo tuviera entre sus brazos, así, tan vulnerable.
—Bueno, la verdad es que también estaba ansioso por verte— le contesto sincero —Pero aun podia controlarme un poco mas
Río y miro al menor hacer un ligero puchero, pero aquello no duro mucho pues la expresion del pelinegro cambio en un santiamén.
Oh no.
Samuel conocia esa mirada picara.
Si, era eso, ya se había mordido el labio inferior.
—Chiqui— titubeo no muy convencido, acaso era solo su imaginacion jugándole una mala broma o aquello era enserio e iba a suceder.
—Quiero estar contigo —le dijo en un susurro el cual lentamente se convirtió en una suplica.
Samuel sabia a que se refería, fuera de estar juntos justo como ahora a mitad de calle, quería estar con el en la intimidad, cuerpo a cuerpo y sin pensar en el tiempo y lo qie pudiera pasar. Se miraron unos cuantos segundos en silencio, con la palpitación de sus pechos a todo lo que daba.
—Subete al auto— atino a decir el mayor, jalando de la mano a su amante apresurandolo a terminar con aquello.
Guillermo sonrió victorioso y ambos se apresuraron a llegar a casa de Samuel donde al bajar de auto y cerrar la puerta de la casa estamparon sus labios en un beso apasionado. El menor ya hacia contra la pared y el cuerpo de su amado quien lo devoraba con la boca, en los labios, el cuello y el lóbulo de la oreja provocándole jadeos leves.
En un segundo sus camisas habían sobrado en escena, pasando de la sala de la habitación de Samuel y con movimientos torpes habían llegado a los pies de la cama donde cayeron de la misma manera. Jadeo una vez mas cuando su boca llego a su palido abdomen y un poco mas abajo.
Samuel sabia aquello estaba mal, pero no podía parar, ya no. Había esperado tanto por un momento asi que preferia arrepentirse el resto de su vida a quedarse con las ganas y el ácido sabor de la desgracia.
Ambos recorrieron sus cuerpos, de un lado a otro, de arriba hacia abajo, en lugares donde nadie mas habia podido llegar.
Guillermo se había quejado un momento cuando todo había comenzado, no obstante pronto se había acostumbrado al mayor y a partir de aquello no había dado marcha atrás a lo que estaba sucediendo.
Los jadeos por lo bajo ahora eran mas altos que nunca, el roce de sus pieles retumbaba por la habitación y el sudor de su romance quedaba bajo las sabanas moradas. Los cabellos pegados a la frente de Guillermo y sus labios rojos de tanto beso, la mirada penetrante de Samuel y su cuerpo por encima suyo buscando mas contacto le hizo perder la cordura haciéndole llegar a su punto máximo.
El mayor le había mordido los labios al llegar al mismo punto, explotando ambos en placer.
Al separarse del beso y entender lo que acababa de suceder habían comenzado a reír juntos.Guillermo se apego a Samuel, temblo al ver el pecho desnudo de su acompañante quien le miro fijamente. Se sentía pequeño y tonto. No tenia salida aparente, estaba enamorado de quien no debía. Todo debía ser diferente y sin embargo allí estaba, con quien no deberia.
Estaba siendo infiel. La sola idea le hacia sentir un ser repugnante, era un mentiroso y a todo esto lo peor del caso es que le gustaba y no planeaba parar.
—En que piensas— le dijo viéndolo perdido en sus pensamientos y retirando con delicadeza los cabellos pegados a su frente de tanto sudor.
—En lo bien que me haces sentir— jugo son su dedo anular por sobre el pecho de su acompañante formado pequeños círculos.
[...]
Faltaban dos semanas para la boda de Lana y Guillermo, la presión era cada vez mas y el pelinegro no había tomado la mejor escapatoria, la cual consistía en refugiarse en Samuel y su cuerpo cada que sentía no tenia salida. Samuel le había cuestionado el porque casarse cuando podía cancelarlo todo pero Guillermo la había cagado y en grande, alegando que si le habia pedido matrimonio a Lana era por algo, y aunque no podía recordarlo, el anterior Guillermo había tenido sus buenas razones, era lo que le habían contado todos, incluyendo su madre y de ella no podría dudar.
El castaño se había sentido decepcionado, pero el también la habia cagado, se había quedado callado segundos antes de contarle toda la verdad, y al contrario, le había dicho a Guillermo que ellos no habian pasado de una aventura mientras el ya estaba comprometido antes del accidente.
Quizás, solo quizas, un día no muy lejano tendría el valor de contarle la verdad pero debía apresurarse pues el tiempo se agotaba.
[....]
Por otro lado Lana no dejaba de pensar en Luzu y en como quería cancelar todo aunque no era posible. El tratamiento de su padre era demasiado costoso, y por mucho que ella trabajara como mesera quizás, no tendría ni para la mitad de medicamentos mensuales.
Tampoco era que quisiera aprovecharse de Luzu y su restaurant, el le gustaba enserio y no queria las cosas se malinterpretarán.Debía buscar una solucion y pronta.
[.....]
Ya casi termina esta wea :3
Se viene lo mejor jsjsjs
ESTÁS LEYENDO
¿Me recuerdas? WIGETTA
FanfictionHistoria donde Samuel y Guillermo son trabajadores en una restaurant. Ambos tienen sentimientos en común y ya teniendo una relación, el menor sufre un accidente perdiendo la memoria. La madre de Guille intentara manipular sus recuerdos fingiendo est...