Mini Van y una cabaña (Parte 2)

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Desperté por el olor café.

Me moví en la cómoda cama en la cual estaba descansando literalmente envuelto en una manta de plumas con olor a suavizante. Abrí los ojos parar mirar de dónde venía el olor, al frente mío estaba la misma rubia con la que iba a dormir "una siesta", estaba con una sudadera blanca y el cabello revuelto frente a una cocinilla preparando café.

Se veía muy bonita así.

Ella ladeó su rostro y me miró fijamente, sonrió apenas.

-Buenos días ¿Dormiste bien? -Me preguntó antes de apagar la cocinilla y tomar la cafetera italiana para repartir el café en un par de tazas, a un lado tenía unos sándwiches tostados de aguacate, pizcas de aceite de oliva y un poco de sal.

-Muy bien...-Dije casi sin poder creer mi despertar.

-Abrígate, abriré la puerta de atrás para que veas lo hermoso del amanecer. -Dejó todo listo para el desayuno, abrió la puerta lateral y bajo con las llaves. De un momento a otro abrió las puertas que estaban en la parte trasera mostrando el lago inmenso de la reserva nacional de Trost y sus imponentes montañas.

Estaba tapado hasta arriba en verano, era un lugar bastante fresco, pero ya entrado el día el calor iba a llegar. Era verano y con Annie llevábamos tres meses saliendo en citas sin ponerle nombre a nada, pero ambos queríamos colocarle un título a lo nuestro, habíamos conectado de una manera increíble, tanto así que ahora estábamos de vacaciones de verano recorriendo las montañas, bosques y pronto queríamos ir a la costa.

-Esto es increíble -Dije con una sonrisa, me acomodé en la cama y pasé una mano por mi cabello para peinarlo hacia atrás un poco.

-Hemos sacado muchas fotos, pero esto amerita otra -Dijo Annie buscando su teléfono en el bolsillo de su sudadera.

Sin embargo, jamás le sacó foto al paisaje, si no, me sacó una fotografía a mí.

-Mejor cara que la de ayer cuando estábamos viendo la película y al ver la araña casi tiras el computador lejos. -Sonrió con un tono de burla. Se subió por atrás a la cama, dejó el móvil a la mitad de la cama y se puso encima de mí a horcajadas.

-Qué malvada eres, te dije que le tenía fobia a esos pequeños seres, que vivan lejos de mí, así nadie muere -Comenté al tiempo que la abrazaba por su delgada cintura mientras ella posaba sus manos en mis mejillas.

Los besos llegaron a mis labios como todas las mañanas desde hace un mes. Al principio pensaba que Annie era de las chicas que buscaban a alguien para pasar el rato o esa era mi perspectiva al entrar en una aplicación de citas. Pero, todo fue una hermosa sorpresa.

Desconocidos, conocidos, amigos, muy buenos amigos y ahora algo más.

Dimos el paso a besarnos dos semanas después, cuando la acompañé a buscar la madera para arreglar esas cabañas que tenía en mira como futuro hogar en medio del bosque.

Luego de este viaje, ella volvería al bosque y yo volvería a mi departamento en la gran ciudad.

Teníamos vidas muy distintas, pero en un punto, queríamos unirlas ¿Cómo? Yo tenía una propuesta, más no quería invadir su espacio.

De un momento a otro sentí como se recostaba encima de mi cuerpo, mis manos se fueron hasta su cabello para darle suaves caricias.

-No quiero que esto termine, siento que eres la única persona que me ha apoyado en recorrer la isla con la van, incluso te adaptaste al auto muy rápido -Dijo con calma.- Eres un acompañante genial.

-Pero tú debes terminar esa cabaña, tienes proyectos -Comenté dándole ánimos, siempre sentía que Annie no buscaba la aprobación de nadie, pero necesitaba alguien que le diera una que otra palabra de aliento.

Historias Únicas [AruAnnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora