Hay innumerables formas de hacerse, o volverse solitario en este mundo; la mayoría de ellas ni siquiera necesitas esforzarte tanto; el universo hace todo el trabajo por ti, pero no deja de ser desagradable—dependiendo de quién es y de su punto de vista respecto a eso, es claro. Una de esas formas de mantenerse aislado y decidir no tener amigos, es una elección corajosa a ojos de algunos, cobarde en la de otros. Yo particularmente no sabía cuál de los dos escoger ya que—en un pasado muy lejano—creía que no era capaz de hacer amigos y también casi decidí no tenerlos.
Pero Namjoon apareció, en el tercer día de clases, cuando yo aún era un niño insoportable e hiperactivo, que no callaba la boca un solo segundo; él era tres años mayor que yo, ya estaba terminando la primaria, era extremadamente inteligente—el más inteligente de su clase—y solo se juntaba con los alumnos más agradables, inclusive con algunos mayores de secundaria. No entendí muy bien cuando él se acercó a mí, unos días antes de las vacaciones de verano, y dijo:
—¡Hola!
Él tenía una sonrisa con hoyuelos profundos y, aunque yo fuese muy jodido y quisiese ignorarlo, esa su característica peculiar llamó mi atención; Namjoon parecía alguien cálido, agradable y la persona indicada para buscar en caso que quisieses sentirte consolado por alguna cosa tonta que te lastimó.
—Hola—fue todo lo que pude decir.
—No sé si lo notaste,—continuó, cerrando los ojos fuertemente, mientras continuaba con su sonrisa y tocó su nuca, en un gesto tímido—pero somos vecinos.
—Sí—respondí, entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño en desconfianza—Venimos prácticamente juntos a la escuela.
Tal vez yo no fuese muy perceptivo con las personas, pero Joonie realmente actuó raro la primera vez que nos hablamos, ya que íbamos hacia la escuela—todos los días—al mismo horario, a pie, con el único detalle que cada uno quedaba en una acera diferente, en lados opuestos de la calle, aun así nunca habíamos vivido en otro lugar. Éramos vecinos desde incluso antes de nacer.
Pero, de cualquier forma, ese fue el primer paso que decidí tomar para no volverme solitario, o no dejar que el Universo lo hiciese, porque los días vacíos que pasaba en mi propia casa me asustaban demasiado, entonces no quería continuar viviendo solo por veinticuatro horas todos los días. Los chicos de mi edad, que jugaban conmigo de vez en cuando, eran personas demasiado vagas y ya me había auto alertado de que ellos no siempre estarían a mi lado cuando los necesitara. Sentía la necesidad de tener a alguien.
Entonces, Namjoon aceptó ser esa persona.
Por un año entero, solo fuimos él y yo. Todos los días, después de clases almorzaba rápidamente sin preocuparme mucho en comer cosas saludables y masticar lento para no perjudicar la digestión, porque luego corría a su casa—la residencia al lado derecho de la mía—para pasar una tarde más acompañado por él, jugando sus juegos, mientras el otro estudiaba y me dejaba cómodo.
El siguiente año, Yoongi apareció. Y, como si para entrar en contraste con mi primer mejor amigo, Yoon parecía ser algo frio, real y alguien que tiraría las verdades en la cara, sin importarse demasiado con cómo te sentirías por eso, pero no haciéndolo por maldad. Y, además de eso, Yoongi era extremadamente perezoso, solo con excepción cuando algunos chicos mayores comenzaron a querer provocarme en la escuela; me golpeaban, él aparecía, me socorría y los golpeaba.
Bien, él tuvo antes sus envolvimientos con Namjoon, eran tipo parientes lejanos o algo como eso. Y recuerdo que me enojé tanto porque el “novato” estaba robando la atención de mi mejor amigo, además de haberse mudado a la casa al lado izquierdo de la mía. Yoongi estaba en el segundo año de secundaria, lo que era una porquería para mí—en esa época—porque significaba que tendría que soportarlo allá, tomando toda la atención de la única persona a la que le importé, por dos años más.
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Diecisiete Mil Sentidos Para Park Jimin
Fanfiction"Jeon Jungkook no tenía ambiciones, estaba repitiendo el último año de la escuela y tenía una relación complicada con su madre. A pesar de haber sido un niño muy inquieto y desobediente, se volvió un adolescente melancólico y tranquilo que se obliga...