Capítulo 5 ❁ Amor Ardiente ❁

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La interpretación del texto es algo muy importante.

Saber leer es fundamental, pero de nada sirve tener esa habilidad si no sabes cómo se interpreta un texto; leer libros se vuelve inútil, mucho más aquellos que necesitan un poco más de paciencia y discernimiento para que puedan ser comprendidos y reflexionados. Y, por más que los profesores de interpretación estén recibiendo muy bien por esto, aún existen personas que siguen sin prestar atención y desaprovechando una excelente oportunidad de quedarse con la boca cerrada para no pasar vergüenza.

La escuela está llena de ellas.

Existe una filosofía—de Nicolás Maquiavelo—creada a partir de su análisis sobre la dominación de los hombres en medio de la política, que dice que el hombre tiende a ser malo, teniendo su naturaleza  fácilmente corruptible. En el capítulo XVII de El Principito, Nicolás explica que el hombre cree que es más seguro ser temido que ser amado y, estudiando a fondo todo el contenido que tuve paciencia para leer en clases de filosofía, puedo decir que mantuve cierta simpatía por las palabras de aquel italiano.

En esa época no creía que el amor realmente pudiera existir; Sin embargo, imaginaba que eso era un sentimiento creado por los hombres para tener el control sobre las personas de alguna forma, porque—después de mucho tiempo—me pareció ser algo que solo traía mucho dolor.

Todavía podía sentir la incómoda sensación de voltear los ojos siempre que escuchaba a alguien en desacuerdo con esa frase simplemente por pura falta de capacidad de interpretación textual; aparentemente, relacionaban las palabras “tender a ser malo” con “nacer siendo malo”, lo que son cosas completamente diferentes, y todos seguían sin ceder, reforzando sus argumentos sin nexo alguno, incluso si la profesora estuviera explicando—por la milésima vez—que existe una enorme diferencia entre “tender” y “nacer”.

En esos momentos, era un cosplay ambulante del villano de El Rey León, Scar, masajeando mi sien con los dedos y conteniéndome para no verbalizar mis pensamientos.

Estoy rodeado de idiotas.

Creo que la profesora de filosofía era la única que entendía cómo me sentía dentro de esa aula.

Pero, volviendo a la filosofía de Nicolás Maquiavelo, creía firmemente que era verídica; es claro que solamente me había detenido para analizar mi día a día para constatar aquello.—Lo mucho que me sentía solo, el hecho de que mi madre me odiara y los compañeros de clase horrendos con quienes era obligado a convivir todos los días. Adopté esa filosofía para mi vida particular, usándola como un escudo, porque, así, no necesitaba sentir, no necesitaba apegarme a nada ni a nadie, ya que era más seguro ser temido que amado.

Namjoon me dijo que estaba enloqueciendo y que necesitaba conseguir una novia—o novio, según él, le respondía que el amor era algo que jamás estaría cerca de sentir, porque no existía.
Yoongi me daba un golpe en la nuca y empezaba a decir que estaba preocupado por mí y que, si no cambiara mi comportamiento, me secuestraría y me llevaría a un psicólogo por su cuenta.

Como era de esperarse, según Jin, solo era una fase mía muy rebelde, y hasta me sentí en la obligación de pedir disculpas porque no tomé en cuenta las cosas que sentía por ellos. Y, sí, fue la primera vez que pensé que el amor pudiera ser algo real.

Y… bien, después que conocí a Park Jimin, esa filosofía fue completamente olvidada por mí.

Jimin emanaba bondad para cualquiera que lo observara verdaderamente y, a juzgar por la vida que llevaba con su madre,—en esa casa tan vacía como la mía—no le fue enseñado a ser amable y educado con las personas, simplemente nació siendo bueno. Park aparentaba ser tan fácilmente corruptible, pero nunca se había dejado vencer por las situaciones que lo rodeaban, podía afirmar con convicción, Jimin era fuerte a su propia manera.

Diecisiete Mil Sentidos Para Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora