Diecisiete Mil Sentidos Para Park Jimin

Capítulo 14 ❁ Si eso te hace feliz ❁

Holaa, quería avisarles que debido a problemitas que tengo al cambiar de lado los chats, todos irán al lado izquierdo y va haber un JK 🐇 y la hora estará al lado contrario cuando sea Jungkook el que responda.

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Hay algo terrible en descubrir que tienes un trauma que ni siquiera recordabas que estaba ahí, escondido todo este tiempo, esperando el momento adecuado para manifestarse y derribarte una vez más. Así era como me sentía, como si hubiera caído. Y la sensación era indescriptiblemente mala.

Cuando volví a dormir con Jimin esa noche, después de pasar parte de ella a oscuras hasta que mi madre llegara del trabajo y me pidiera que me vaya a dormir tras mi repentina pregunta, no tuve pesadillas, pero no me desperté mucho mejor que antes y acabé dejando que eso se notara. Fue el día en que más fallé con la persona que más me importaba en este mundo, con cada acción equivocada, me ofendía mentalmente.

Y no era solo por el hecho de que estuviera distraído y no pudiera concentrarme en nada de lo que estaba haciendo, era porque todo afectaba a mi Jimin de muy mala manera y entendí que debía ser más cuidadoso; no podía librarlo de presenciar estos momentos negativos míos si realmente quería que se quedara conmigo, pero había aceptado cuidarlo y, en ese momento, no sentía que estuviera siendo bueno en ello, aunque también tuviera en cuenta que nadie era perfecto en todo.

Es solo que no quería tener que ver su rostro de esa forma, cabizbajo, como si tuviera miedo de decir algo y acabara enojándome – él nunca me enojaba, era la única cosa incapaz de hacer. Yo solo... solo sentía que estaba fallando.

— ¡Maldita sea, Minie! — solté, antes de que pudiera pensar dos veces antes de decirlo — Olvidé mi teléfono... ¿estás bien? ¿Quieres volver para recogerlo?

Pude ver la incomodidad en su rostro cuando tuve el valor de mirarlo por primera vez desde que salimos de la casa, sus cejas estaban fruncidas —como si sintiera un poco de dolor e irritación— y verlo incómodo de esa manera, darse cuenta de que no había traído mi celular y tener que lidiar con eso, con todos esos sentimientos que se acumulaban dentro de mí solo me hizo sentir impotente.

Desesperado.

— Traje el iPod, hyung — respondió lentamente, con la voz claramente afectada por la incomodidad – Está en mi mochila.

No quería estar tan enfadado por todo, pero también era inevitable, era como si no tuviera el control. Quería disculparme con Jimin por estar tan estresado, quería llenarlo de disculpas, pero sabía que un solo pedido de disculpa era suficiente para que se sintiera mejor, además de que podría terminar sintiéndose incómodo por mi insistencia en que me perdonara.

Solo quería ser lo mejor para él, y sabía que no lo estaba siendo en este momento.

Estaba más que claro —también— que Jimin había estado un poco más ansioso desde que salimos de casa, algo que también tenía que ver conmigo, porque no había sido muy paciente con él en toda la mañana. Y me había arrepentido mil veces en ese corto periodo de tiempo de todas mis acciones impulsadas por la impaciencia, me arrepentía en el momento en que las realizaba. Pero, de todos modos, no era como si pudiera cambiar el pasado.

Decidí que era mejor no decir nada más mientras las temblorosas manos de Park Jimin desbloqueaban la pantalla del iPod con la ayuda de sus cortos y gorditos dedos. Me tendió un auricular y sonreí al aceptarlo, no era una sonrisa forzada, era una que intentaba decirle que no se preocupara por mí, que el estado en el que me encontraba era temporal y que intentaría recuperarme pronto.

Como no podía hablar, solo intentaba transmitir todo lo que deseaba con mis siguientes acciones.

Volvimos a caminar hacia su escuela.