Nunca me esforcé demasiado por tener una rutina, no sentía que la necesitara porque tenía una vida bastante normal y sin nada especial que hacer, me iba muy bien por mi cuenta ya que vivía solo y me tenía que preocupar por mí mismo. Con la aparición de Park Jimin en mi vida tuve que empezar a tomar algunas responsabilidades y tener una rutina saludable, la mejor forma de hacerlo era acompañándolo día a día.
Claro que no había forma de cambiar completamente de un día a otro así que fui adaptándome poco a poco, siguiendo las recomendaciones de Sohyun. Las clases de Jimin siempre eran a las ocho, igual que las mías, entonces me despertaba a las seis de la mañana, subía hasta el cuarto para asegurarme de que también se había levantado, dejaba su uniforme sobre la cama y me iba a la cocina a preparar nuestro desayuno.
Mientras la comida se enfriaba, volvía a mi cuarto y ayudaba a Jimin con la corbata, porque no conseguía darse bien con aquello sin importar cuántas veces le enseñara. Así que le pedí que me esperara en la cocina para que pudiera tomar una ducha y vistiera mi uniforme, dejábamos nuestras mochilas en el sofá de la sala para que sea más fácil tomarlas cuando estuviéramos de salida. Después, tomábamos nuestro desayuno, acomodábamos las mochilas, los auriculares, la música y comenzábamos otro día más de la semana.
Aunque ya estuviéramos cerca de las vacaciones de fin de año, Sohyun conversó conmigo sobre el desenvolvimiento de Jimin en algunos aspectos específicos, indicando que sería mejor que tuviera sesiones diarias con una fonoaudióloga para que desarrollara mejor su habla y para que no tuviera tantos inconvenientes al hablar, aunque ahora ya no eran muchos. Tal vez el problema haya sido que la señora Park no pasaba mucho tiempo en casa, dejando a Jimin solo, sin la habilidad de socializar y conversar fácilmente.
Además, la profesora también elogió sus habilidades con el dibujo, contándome que sus clases favoritas eran aquellas donde tenía la posibilidad de dibujar y, como yo mismo había comprobado tal cosa, aceptamos que Park realmente era muy dedicado a los dibujos y eran de alta calidad. Por eso, me convenció que extendiera un poco más su horario de clases, para que pudieran ayudarle a mejorar y perfeccionar algo que era de extremo interés para él.
¿Sería más apropiado que la profesora conversara con la madre de su alumno? Sí, pero la señora Park nunca contestaba las llamadas, así que Park Jimin se volvió mi responsabilidad. Y no me sentía obligado a cuidarlo, hacía todo con mucho interés.
— Tu cumpleaños está llegando—toqué el tema en una de las tardes que estábamos haciendo las tareas.
— Es la próxima semana, hyung—confirmó, sonriendo en mi dirección.—Diecisiete años.
Era increíble que aunque estuviera acostumbrado a su presencia, aquella bonita sonrisa hacía que mi corazón se derritiera por completo.
— ¿Quieres hacer algo especial?—pregunté, sin mirarlo directamente porque estaba terminando de responder el último problema de mi tarea.
Jimin dejó de tararear la canción “Linger” para preguntar:
— ¿Hacer algo especial?
— Sí—cerré mi cuaderno, sintiéndome libre de poder dedicarle toda mi atención— ¿Quieres ir a algún lugar diferente? ¿Algo que no suelas hacer en tus cumpleaños?
— Hmmm…— frunció el ceño, poniendo la punta del lápiz en el mentón mientras pensaba.
Tan adorable…
Al final, encogió los hombros y continuó con su tarea.
— Mamá siempre co-compra pastel—dice—Después, miramos Grease. Y voy a dormir.
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Diecisiete Mil Sentidos Para Park Jimin
Fanfiction"Jeon Jungkook no tenía ambiciones, estaba repitiendo el último año de la escuela y tenía una relación complicada con su madre. A pesar de haber sido un niño muy inquieto y desobediente, se volvió un adolescente melancólico y tranquilo que se obliga...