El extraño regreso de un rival, cambia radicalmente la vida de los chicos, topándose en su camino con una extraña chica que parecerá tener mucho más que ver en su misión, esta vez, es la vida de las tortugas las que corren peligro.
Esta historia es...
La noche empezó a caer, los diez ninjas que acompañaban a Karai se preparaban. Caminaban por el pasillo que daba a la puerta principal, sus pasos hacían eco por todo el lugar. Karai levantó su mano, dando la orden de detenerse, había escuchado ruidos. Entrecerró sus ojos, hacía el esfuerzo para ver qué se ocultaba en la sombra.
Divisó los ojos que brillaban de un rojo carmín, saltó hasta llegar el suelo y hacer que esté retumbara fuertemente.
Destructor.- ¿Ya se iban?
Los ninjas estaban asustados, Karai igual, pero quería verse dominante ante sus soldados.
Karai.- Nos estamos retirando.
Destructor.- ¿Olvidas para quién trabajas?
Karai.- Yo trabajaba para Destructor, no su reemplazo.
Eso último hizo enojar al contrario, acercándose a ella y tomándola por el cuello. Trataba de zafarse de él, pero era imposible por la fuerza, los ninjas tenían intenciones de querer entrometerse y ayudarla.
Era mayor el miedo de todos, excepto de uno que salió a defenderla. Destructor soltó a esta y se fijó en el ninja, lo esquivó y apuñaló por la espalda, todos estaban anonadados con lo que hizo. Karai tosia desesperadamente mientras era levantada por su ejército, se levantó y corrió hacia su compañero.
Karai.- Lo único que quieres son a las tortugas, no importa cuánto dinero nos ofrezcas por ellos. Nosotros no nos metemos en problemas ajenos, tenemos honor.
Karai miró el cuerpo de su compañero y luego miró a quién ya no era Destructor para ella. Lanzó una bomba de humo que irritaba y escapó con su equipo, dejando a un Destructor frustrado.
(...)
Raphael.
No podía creer lo que ____ me había contado, sé qué había desconfiado de ella, pero ahora no era el momento para eso.
Raphael.- Entonces no es destructor, al parecer si lo derrotamos, pero alguien sigue sus pasos. Quiere el mutágeno.
- Sí, pero ahora no es lo único que quiere, las quiere a ustedes también. Esto es mi culpa.
(...)
Me levanté y me acerqué a la orilla del edificio, me volteé a mirarlo, no podía mentirle a él y a sus hermanos. Mi deber era decirles la verdad, así que eso iba a hacer.
- Raphael, hay, algo más. - jugaba con mis manos por los nervios.
Me puse nerviosa cuando volteó a verme y podía ver toda su atención sobre mi. Se acercó y se sentó en la orilla.
Raphael.- Te escucho.
- Él...
Escuchamos ruido detrás y ambos volteamos rápidamente, Raphael me tomó del brazo y me puso detrás de él. Mirábamos a todos lados, cuando vimos una sombra acercarse, era Leonardo.
Leonardo.- Sabía que algo no andaba bien. - se acercó a mi - ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien.
Raphael se me quedó viendo, nos interrumpieron antes de que le dijera, ahora me daban más nervios ya que estaba Leo, sería mucho peor si Donnie y Mikey también estuvieran aquí.
(...)
Donnie.
Estábamos cenando, cuando una silla vacía puso muy ansioso a Leo, se levantó de la silla y fue hacia la habitación de Raphael. Como diez segundos después bajó corriendo.
Leonardo.- Raphael no está.
Donnie.- No veo lo malo, no creo que se vuelva a hacer un justiciero de la noche.
Leonardo.- No, pero desde entonces nunca salimos por mucho tiempo sino estamos en grupo, iré a buscarlo.
Donnie.- Te acompañamos.
Leonardo.- No, eh, será mejor que se queden aquí por cualquier cosa.
Vi a mi hermano tomar sus katanas y se fue. Mikey y yo tratábamos de entretenernos, pero en ciertas momentos nos mirábamos como si ambos tuviéramos la misma idea de ir detrás de los dos.
Donnie.- Suficiente, ya me harté de que siempre nos excluyan.
Mikey.- ¡No te equivocas!
Tomamos nuestras armas y salimos de las alcantarillas, íbamos subiendo unas escaleras mientras le explicaba el plan a Mikey cuando miré hacia arriba me asusté. Era Karai y el clan de pie, ella estaba cojeando mientras la sostenían sus compañeros.
Karai.- Sé que hemos estado en guerra, la última vez que nos vimos, los ayudamos. Si pudieran devolvernos el favor, necesitamos su ayuda.
(...)
Raphael y Leonardo estaban alejados de mi, parecían conversar de la situación, volteaban a verme cada segundo.
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Me empecé a preocupar cuando escuchaba como se alzaban la voz, empezaban a jalonearse y empujarse, en algún momento fue más brusco y decidí acercarme a detenerlos.
"¡Basta!", grité. Ambos no me daban la mirada, se la daban entre ellos, como si quisieran pelear.
- ¡No es momento para peleas!
Leonardo.- _____ tiene razón, no es el momento.
Raphael.- "____ tiene razón...", deberíamos ir por él, acabar con él como lo hicimos con el otro Destructor.
Leonardo.- No es la forma.
Raphael.- ¿No es la forma? ¿Y cuál sí la ha sido?
Leonardo.- Simplemente no quiero ponerlos en peligro, si lo que dice ____ de que nos quiere a nosotros también, entonces prefiero que nos resguardemos y nos preparemos.
Raphael.- No puedo creerlo. - se dió la vuelta.
Leonardo.- Llamaré a dos personas que nos podrían apoyar.
Raphael.- ¡Suerte con eso, seguro deben estar muy ocupados entre ellos ahora mismo como para querer salvar al mundo!
- ¿Llamar a dos personas?
Leonardo.- Sí, a Casey y Abril, ellos podrán ayudarnos. Ahora mismo deben estar en su luna de miel en Heweii.
- ¿Hawaii?
Leonardo.- Eso. - sonrió apenado.
Le sonreí, me causó un momento de incomodidad. Pude sentir que me observaba, pareciera que tengo una habilidad con eso, sentí que tomaba mi mano, me quejé porque me dolió.
Leonardo.- ¿Qué te pasó? ¿Quién te hizo esto?
- Nadie, yo misma, ¿no te contó Rafa? Mientras trataba de huir de mi novio loco-
Leonardo.- ¿Tu novio? ¿Qué te hizo? - me preguntó preocupado.
¡No podía ser, le dije que mi novio! Era una completa tonta, me puse roja como un tomate. Balbuceaba tratando de explicarle, me veía raro, veía acercarse a Raphael. Tenía que decírselo.
