CAPITULO 6: EL INICIO DE SU OBSESIÓN

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Sábado por la mañana. Había pasado una semana muy intensa llena de emociones distintas, pero quería cerrar la semana de buena manera, así que apenas despierto llamo a los chicos de la banda los cuales ya estaban despiertos.

— ¿Qué tal todo chicos? Buenos días. Los llamo porque me surgió una idea de una canción y quiero presentarla a ustedes lo más pronto posible para que puedan ensayarla ya que seguramente les encantará.
— Buenos días Andy aquí Chester. ¿Cuándo te gustaría que nos juntemos?
— ¿Podrían hoy mismo?
— (Bajista) Por mi no hay problema, no se los demás que piensen —los otros chicos solo asienten.
— Pues entonces nos vemos en un rato, los veo al mediodía en el auditorio de la facultad.

Terminando la llamada voy al baño a darme una ducha mientras canto la canción que vamos a ensayar más tarde.

Mientras la canto me pasan todos esos recuerdos de mi pasado por la cabeza, ahora solo son simples recuerdos. Hace poco tiempo esos recuerdos eran heridas que se abrían cada vez que volvían a mi cabeza, pero ahora, solo son recuerdos como cualquier otro acontecimiento en mi vida y ya no me atormentan más, solo en algunas ocasiones en las que tengo una recaída, pero nada grave.

Al finalizar mi ducha me visto y voy a la cocina a preparar un licuado de plátano, cambiando mi rutina de café de todos los días.

Durante mi desayuno recibo una llamada y la contesto sin siquiera ver quién llama:

— Si diga.
Suena un silencio profundo que me desconcierta mientras sigo hablando.
— ¿Hola? ¿Hay alguien?
— ¡¡¡Andyyyyy!!!
— ¡¡¡AAAAAAAAHHHHH!!! YURI DEJA DE ASUSTARME POR DIOS.
— Perdón es que no puedo evitarlo jajajaja.
— Me vas a matar de un susto.
— Ay perdón Andy es que te ves tan tierno cuando te asustas —suspira profundamente.
— ¿Tierno yo? Por favor jajaja nada de eso.
— ¡Claro que sí! Por cierto, quería saber si tienes algo que hacer hoy al mediodía. ¿Te gustaría ir a comer algo?
— Justamente es la hora a la que no puedo Yuri perdóname. Voy a juntarme con la banda para revisar unas canciones y ensayar, pero si quieres otro día podemos ir a comer con mucho gusto.
— Oh, bueno está bien, no te preocupes.
Escucho a Yuri triste por haberle dicho que no podíamos ir a comer hoy. Me rompe el corazón escucharla triste, pero no puedo dejar a la banda así, esas canciones no se ensayan solas.
— Yuri ¿Todo bien?
— Si todo bien. Otro día será. Bueno nos vemos el lunes en la facultad supongo. Ten un buen día.
— Igualmente Yuri ¡Ten un lindo día!.

Ella termina la llamada antes de que yo lo haga. Espero que no sea lo que creo que es porque no estoy para andar saliendo con alguien actualmente. Después de lo que pasé con Evelyn, esos momentos que habíamos pasado juntos durante años y ahora que haya jugado conmigo, me dejó una herida enorme en el corazón que tiene que curar poco a poco.

Acabo de desayunar y procedo a tomar mis cosas para ir a la facultad, son apenas las 9 de la mañana, pero me gusta llegar temprano porque cuando camino por toda ciudad universitaria me siento tranquilo y con una gran paz mental que no siento siquiera en casa.

Es un lugar donde puedo caminar tranquilo mientras escucho el canto de las aves, el sonido del viento golpeando los árboles mientras respiro ese aire algo contaminado pero fresco de las mañanas con esas vistas de las montañas que rodean la ciudad y que se ven súper cerca estando en la universidad.

Salgo de mi casa con la guitarra dentro de su estuche y mi mochila que nunca la dejo al salir. Llego a la estación y espero mi bus tranquilamente mientras los rayos mañaneros del sol iluminan mi rostro suavemente.

Tomo el bus y al llegar a la universidad comienzo a caminar lentamente para dar toda la vuelta a la ciudad universitaria para recorrer cada una de las facultades que se encuentran ahí antes de llegar a la mía finalmente.

Cuando llego a mi facultad veo que mi reloj marca las 11:30am, así que camino al auditorio de mi facultad y empiezo a preparar todo para recibir al resto de la banda.

Llega la hora y comienzan a llegar los chicos uno por uno. Llegan sin sus instrumentos ya que esos estaban en el auditorio ya listos y guardados para cuándo se necesiten, aunque yo prefiero llevarme mi guitarra a casa para aquellos momentos en los que quiera tocarla como volví a hacerlo ayer después de mucho tiempo de no hacerlo.

Una vez reunidos todos les presento la canción con las notas correspondientes de cada instrumento para comenzar a ensayarla. A todos les parece genial la canción así que no tomamos poco más de lo que tarda la canción en comenzar a ensayar.

Tomo mi guitarra y comienzo con un suave rasgado para dar pie a las primeras notas y palabras de la canción. Los demás chicos me siguen mientras formamos la melodía perfecta y nuestras voces se mezclan para hacer que suene como un coro.

Nos tomamos unas horas en practicar y perfeccionar la ejecución de la canción hasta que por fin logramos tenerla completa y todos en sintonía.
Después de varios repasos a la canción ya que todos la teníamos bien ensayada y aprendida, decidimos dejar los ensayos por hoy y volver otro día para seguir practicando.

Mientras me despido de los chicos volteo a ver a la ventana de la puerta y veo como alguien sale corriendo.

Termino de despedirme y salgo con mi mochila y mi guitarra mientras la poca gente que había ido a la facultad el día de hoy ya iba saliendo de sus clases y prácticas en los laboratorios de todos los sábados.

Al ir por el pasillo rumbo a las escaleras veo nuevamente que alguien se asoma pero no logro diferenciar quien es, así que apuro el paso para intentar ver quién era.

Bajo las escaleras y detrás de un árbol en el área verde al interior de la facultad veo a Yuri intentando esconderse de mi.

Creo que hubiera sido mejor que no le hubiera dicho sobre el ensayo de hoy, así ella no estuviera aquí.

— Yuri, ésta vez no vas a lograr asustarme.
— Ay Andy, dame el crédito al menos por intentarlo —menciona eso mientras hace pucheros.
— Vale está bien.
— Gracias jeje. ¿Qué haces aquí Andy?
— Pues te dije en la mañana que iba a venir a ensayar, la verdadera pregunta es ¿Qué haces tu aquí?
— ¿Yo? Emm…. Vine a… —duda un poco en que decir — vine a comprarme algo a la cafetería.
— Viniste hasta acá, ¿Solo a comprarte algo?
— Bueno es que los tacos de barbacoa que hacen aquí son deliciosos y se me antojaron.
— En eso tienes razón, son buenísimos. Pero ¿Solo por eso? Pudiste esperar al lunes.
— Y pues de pasada verte ensayar. Tocas muy bien la guitarra por cierto y cantas hermoso jeje. —comienza a sonrojarse mientras dice eso.
— Gracias por decirlo Yuri, eso vale mucho para mí.
— No es nada. ¿Nos vamos?
— Pues supongo que si.

Comenzamos a caminar hacia la estación del bus tranquilamente mientras siento la mirada de Yuri sobre mi, algo incómodo pero sigo mi camino.
Llegamos y abordamos nuestro bus en donde voy hasta el fondo como siempre y Yuri solo me sigue para sentarse a mi lado.

Me pongo mis audífonos y mi vista y atención se pierden al mirar hacia las montañas mientras siento la mirada nuevamente de Yuri que se acerca a mí y recarga su cabeza en mi hombro para lentamente comenzar a quedarse dormida.

Tengo que admitir que se ve tierna durmiendo, pero también tengo que admitir que sigue siendo incómodo.

Después de unos minutos Yuri despierta justo en donde se tiene que bajar.

— Oh yo aquí me bajo, nos vemos el lunes Andy ¡Ten una linda tarde noche! —me besa la mejilla.
— Nos vemos el lunes Yuri.

Baja del bus mientras me guiña un ojo.

No me puedo creer que esto está pasando, salgo de una para que luego llegue otra chica que ni me llama la atención. Tendré que dejarle claro que al menos por ahora no me llama la atención tener una relación con alguien, pero también siento feo rechazarla de esa manera ya que me ha pasado.
Llego a mi destino y bajo del bus para luego ir caminando a casa con una gran calma.

Al llegar a casa recibo un mensaje de Yuri:

— Ya llegué a mi casa ¿Tu ya llegaste a la tuya?

Es extraño esto, de un día para el otro ahora Yuri está en cada momento de mi vida sin que la llame o esté con ella. No es como que la rechace tampoco, no soy así de rechazar tan horriblemente como me lo hizo Evelyn, pero el hecho de que ahora esté Yuri hablándome a cada rato es extraño.

— Si, ya estoy en mi casa, gracias por preguntar —respondo a su mensaje.
— Me alegro por eso.

Se me acaba el tema de conversación, no es como que me esperaba que me mandara mensaje, por lo regular nadie me manda mensaje más que Evelyn de vez en cuando, pero nadie más.

Intento rescatar la conversación aunque no se porqué lo hago, será por no parecer grosero por no contestarle:

— Ya se cual canción presentaré con la banda la próxima vez.
— ¿ENSERIOOOOO? ¿CUAAAAAAAAAL?
— Es sorpresa jaja.
— Ay, no se vale Andy me dejaste con la emoción
— Lo lamento pero es mejor que no sepas para que disfrutes la presentación al 100%.
— Andy, si estás tú ahí, eso es suficiente para que yo disfrute la presentación.
— Bueno pues te lo agradezco ;) Iré a comer algo Yuri, hablamos luego.
— Sip. Ten una linda noche Andy descansa, XOXO
— Igualmente, descansa.

Termino de hablar con Yuri y voy a la cocina ahora sí por un buen café, pero me percato de que ya no tengo pan para cenar, así que tomo mi cartera y voy a la panadería a comprarme unas cuantas piezas de pan para hoy y mañana.

Salgo de mi departamento y camino rumbo a la panadería que estaba a un par de calles de distancia.

En el camino voy mirando mi teléfono leyendo las noticias cuando de pronto me choco con alguien que iba saliendo de una casa y yo con la mirada abajo.

— ¡Aaaayy! Que te pa…. Ooooye te conozco.
— ¿A mí?
— ¿A quién más? Al chico con el que me acabo de chocar.
— Oh bueno, siendo sincero no me suenas.
— Bueno es que estamos en la misma clase. Como te sientas en la entrada del aula pues te veo todos los días ya que estás prácticamente en la puerta.
— Será por eso entonces.
— Te llamas Andy ¿Cierto?
— Así es. ¿Y tú eres…?
— Oh si, mucho gusto yo me llamo Michelle, pero todo el mundo me llama Chell.
— Pues mucho gusto Chell, un placer conocerte de buena manera jajaja una disculpa por no recordar tu nombre pero soy pésimo para recordar nombres de gente con quienes no hablo frecuentemente.
— No te preocupes entiendo también me pasa jaja.
— ¿Y vives por aquí cerca?
— Sip, en esta misma calle. Solo pasaba por aquí porque iba a la panadería, como también hacen café entonces vine por uno.
— ¿Venden café?
— Siii. Por lo que veo no lo sabías, pero si, aunque no llevan muchos días vendiendo café eso lleva unos días apenas.
— Eso justifica el porqué no lo sabía, no suelo ir seguido a comprar pan.
— Pues ahora lo sabes jaja. ¿Vas para allá también?
— Si, justamente iba a comprarme un par de piezas para cenar. Aunque probablemente también me compre un café ahora que dices que también venden ya.
— ¡Pues vamos!
— Vamos.

Una chica agradable y con una linda voz. Tiene unos ojos grandes color azul, su cabello amarrado en una coleta que le queda bien, una blusa blanca con detalles en naranja y un pantalón de mezclilla oscura con unos zapatos blancos. Una figura bastante llamativa la cual era resaltada por la ropa ajustada.

Una chica linda sin lugar a dudas, aunque solo eso, no me llama la atención como para enamorarme de ella.

Entramos a la panadería que ahora también era cafetería.

El lugar era muy diferente a como yo lo recordaba. Hacía ya meses que no venía ya que cuando salía de la preparatoria pasaba a otra panadería que quedaba cerca de ahí y compraba el pan ahí. Y ahora en mi etapa de universidad solía comprar pan los fines de semana pero ésta vez me los terminé muy rápido así que tuve que venir aquí.

El lugar ahora tiene mesas bastante elegantes de madera con detalles en rojo en las orillas, las sillas eran de madera y acolchonadas en el asiento y respaldo. También había asientos tipo sofá que parecían de madera con asientos y respaldos en color verde esmeralda que formaban cuadrados donde en el centro había mesas en cada sitio.
Tenían ahora una barra con asientos giratorios en donde uno se puede sentar mientras espera su pedido.

En las paredes había televisiones donde se reproducían vídeos de bellos paisajes con sonidos de guitarra suave, piano, sonidos de lluvia y Jazz. Era una sensación súper relajante ya que suelo escuchar ese tipo de música cuando me quiero relajar en casa.

Yo pido un café cappuccino y 3 donas azucaradas, una para comer ahí mismo y las otras 2 para llevar a casa.

Chell pide un café americano y un pastelito mientras seguimos escuchando la bella música que suena de fondo.

— Y… cuéntame Andy. ¿Tu vives aquí cerca cierto? Digo porque para que hayas venido a cenar algo es porque seguramente vives cerca.
— Vivo a un par de calles de aquí, estoy aquí cerca.
— ¡Que bien! Entonces ahora vuelves a tu casa súper a descansar.
— Así es.

Continuamos cenando y al terminar nos retiramos con calma del lugar para luego caminar hasta llegar a la casa de dónde salió ella.

— Pues bueno yo hasta aquí llego. Un placer haberte conocido Andy. Si necesitas algo de la uni o si quieres tomar un café nuevamente, puedes contar conmigo.
— Muchas gracias, igualmente Chell. Aquí tienes un nuevo amigo.
— ¡Te lo agradezco! De verdad. La gente se piensa que soy de las chicas que se creen inalcanzables porque me junto con otras chicas que tienen la misma pinta, pero al menos yo no me considero así.
— La verdad es que no, eres súper buena persona.
— Gracias. Bueno ahora sí ya me voy jajaja. ¡Nos vemos luego!
— Vale ¡Nos vemos!

Chell entra a su casa y yo sigo caminando hasta llegar a mi edificio. Es raro ver un edificio de departamentos en medio de casas individuales, pero al menos así no me pierdo.

Entro y subo hasta llegar a mi departamento para luego entrar con una gran calma.

Cierro la puerta, coloco el pan sobre la mesa del comedor y me dirijo al baño a darme una ducha.

Me miro al espejo y siento como si esas conversaciones que tenía conmigo mismo hubieran sido esas nubes de lluvia que tenía en la cabeza. Ahora solo al mirarme, sonrío, suspiro por el alivio que siento y procedo a darme una ducha.

Al terminar, me seco y me visto, miro nuevamente al espejo que de hecho seguía roto y pienso en ir mañana a la mueblería para buscar un nuevo lavamanos completo ya que los pedazos de vidrio habían rayado horriblemente el lavamanos y se veía muy mal.

Voy a mi habitación, tomo un pequeño papel y hago esa nota para ponerla luego justo debajo de mi teléfono para que mañana al despertar pueda verlo.

Me acuesto en la cama y comienzo a quedarme dormido, pero cuando iba entrando apenas en un sueño, escucho como llega un mensaje a mi teléfono lo cual me espanta el sueño y miro para ver quién era.

Nada más y nada menos que Yuri nuevamente. Esta chica no me puede dejar siquiera dormir.

— ¡Ten una linda noche Andy! XOXO
— Igualmente Yuri, buenas noches.
— Bye

¿Solo me mandó mensaje para eso?

Dejo mi teléfono nuevamente, suspiro y pienso en lo tan corto que siento que fue el día. Emocionado por lo que fueron los ensayos y lo que será la presentación en cuanto la facultad nos lo indique, comienzo a cantar para mí mismo nuevamente antes de dormir.
Me relaja cantar aunque sea sin el sonido de la música, a capella, escuchar como afino la voz y suavizo cada nota cuando lo necesito.
Pasa por mi mente lo que fue de Yuri hoy, algo extraño ya que desde que ya no lucho por el amor de Evelyn es cuando ahora Yuri está pegada a mí. Espero que solo sea algo pasajero que se le olvide con el tiempo porque no sé cómo voy a manejar la situación si ella se pone más intensa por así decirlo.
Después de darle varias vueltas al asunto, solo ignoro eso y vuelvo a intentar dormir hasta que ahora sí caigo profundamente dormido.

Sentimientos retraídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora