Profundas miradas. {jdom}

No te des por vencido.

*Narrador en tercera persona*

Jesus se queda parado, sin saber que hacer.
Te odio.
Esas palabras le han dolido más de lo que pensaba.
Que la chica de la que esta enamorada le diga esas palabras con la intensidad que se las ha dicho le duele muchísimo.
Tarda dos minutos en reaccionar y ponerse a llorar.
Echa una carrera rápida hasta su casa y entra sin saludar a nadie.
Se encierra en la habitación, a la que Dani entra al oír los sollozos de su gemelo.
Se ha encerrado en el baño.
Dani estaba enfadado con el por la apuesta y hacerle daño a su mejor amiga, pero dios, odia ver así a su hermano.
Nunca en la vida ha llorado por una niña, y eso que ha tenido pila de novias.

-Jesus..-susurra.

Jesus abre la puerta y lo abraza muy fuerte.

-La he jodido...-susurra.-Me ha dicho que me odia.-llora desconsoladamente.

-No lo ha dicho enserio, Jesus.

-Si lo ha echo, me ha mirado con un odio...

-Pero es normal, ¿Como lo has echo? Cambiar a una niña así por una apuesta.

-Al principio lo era.-lo mira con un dolor inmenso en los ojos.-Pero he acabado enamorándome de ella.
La quiero, y ella me odia.
No se que hacer.

Dani se piensas un poco lo que decir, hasta que sonríe.

-Recupérala.

Jesus lo mira aún con lágrimas recorriendo sus mejillas.

-¿Como?-tartamudea mientras se quita las lagrimas.-Es imposible, me rindo.

-No te des por vencido tio, inténtalo, que vea ella que tienes interés y que le quieres.

Jesus asiente aún no muy convencido, mira la hora.

Las nueve.

Sabe lo que hacer.

-Y voy a empezar ahora.

*Narra Bellla.*

Ceno rápido... no ceno nada, para que mentir.
Lo que hoy me ha pasado me ha afectado mucho.

Me tumbo en la cama, son las nueve y algo.

De repente empiezo a oír una dulce melodía que viene de la calle.
Alguien esta cantando, y lo hace genial.
Pero no me levanto a ver quien es, estoy vaga.

-Yo.... yo no me doy por vencido, yo quiero un mundo contigo.. juro que vale la pena esperar y esperar un suspiro...-esa frase se repite en mi cabeza con su preciosa voz cantando.
Lo mejor es que parece que me la canten a mi.

Y me quedo dormida, después de el peor día de mi vida, después de que esa persona misteriosa cantara mi canción favorita.
Después de pensar en Jesus.
Todo me recuerda a el.
Y supongo que llego la hora de que ponga en marcha la propuesta de baile que me llego de los Ángeles el mes pasado.
En aquel tiempo ni se me hubiera pasado por la cabeza.
Pero si acepto,me iré en una semana.
Y, supongo que es mejor, para despejarme y todo eso.