Profundas miradas. {jdom}

Lo que mas me duele.

El día de la fiesta ha llegado.
Y no, no hemos vuelto a hablar con los gemelos.
Mas que nada porque los hemos evitado todo este tiempo.
Y cuando nos hablaban, nos hacíamos las sordas.

Estoy colocándome el vestido en casa de Mireia, que estar cerca de la de Tamara.
Ya estoy maquillada y peinada.

Mireia esta preciosa, pero le falta el brillo en los ojos que tenía antes de pelearse con Dani.

Me coloco los tacones y la miro.

-¿Preparada?-le tiendo la mano.

-Para todo.-suspira.

-Vamos allá.

{...}

Saludamos a Tamara y entramos.
Esta la música a toda pastilla y la gente bailando.

Aquí no pintamos nada, pero bueno.

Mire y yo andamos hasta un rincón y nos sentamos.
Pasamos como diez minutos sentadas mirando a la gente como se divierte.

-¡Vamos fuera!-le grito para que me oiga.-¡Me voy a quedar sorda!

Mireia me coge del brazo y tira de mi hasta el jardín.
Pero preferiríamos no haber salido.

Mireia esta apunto de llorar, pero yo me contengo.

Dani y Maria están apunto de besarse.

Y Tatiana y Jesus tonteando.

Me cruzo de hombros mientras los miro.
Estas que me muevo de aquí.
Quiero comprobar por mi misma si va a pasar algo.

María acorta la distancia que la separa de Dani.

Miro a Mireia, que por sus mejillas recorren miles y miles de lagrimas.
La atraigo hacia mi y la abrazo, mientras miro a Jesus.
Como poco a poco se va acercando a Tati hasta al fin, acortar las distancia.

Y ahí es cuando a mi, se me rompe el corazón a pedazos milimetricos.

Cojo un baso de cristal y lo hago caer al suelo, abriendo mucho la boca.
Quiero que sepan que nos hemos enterado.

Los dos hermanos miran hacia nosotras y son ellos lo que se sorprenden.

-¡Bella!-se levanta Jesus, mientras yo me hago paso entre la gente y salgo a la calle.

Pero como no, el es mas rápido que yo.

-¡Bella!-me agarra del brazo.-Lo siento, yo no quería..

-Ahórratelo.-lo miro, con lagrimas en los ojos.

-Déjame explicarme, por favor.

-¿Que me vas a decir, Jesus? ¿Que ha sido ella? ¿Cuando lo he visto todo? ¿Que ha sido un error? ¿Que me quieres?-lo miro.-Jesus, creía que eras diferente joder, pero como otra vez, me equivoqué.
¿Porque no me dejaste irme?
¿Querías volver a enamorarme para ahora volver a romperme el corazón en mil pedazos? ¿Eso querías?-me suelto bruscamente.-Has cambiado, la fama te ha cambiado, tu no eres el Jesus del que me enamore.
Puedes decirles a todo el mundo las mentiras que quieras, pero a mi no.
A mi ya no me vuelves a mentir.-me quito las lagrimas.-Lo peor de todo es que me creí todas tus mentiras.
Me creí cuando me dijiste que me querías.
¿Todo eso para que?
¿Para qué luego te líes con la primera que pilles?
Eres un carbón, igual que tu hermano.-me quito los tacones y comienzo a andar.-Esta vez la has cagado, la has cagado bien cagada.-lo miro, el también está llorando.-Y ¿sabes lo que mas me duele?
Que se que esas lagrimas no son de verdad.

Y comienzo a andar, dejándolo ahí, llorando.
Me giro y lo veo, arrodillado, dando puñetazos al suelo.
Y el corazón se me encoge, pero el orgullo me impide ir a abrazarlo.

Y quería huir, quería marcharme, necesitaba largarme de aquí. Quería olvidarme de todo, quería volver a ser feliz, quería ser una niña, una niña muy pequeña, una niña con la única preocupación de ser una niña, con la única preocupación de no crecer, no crecer nunca.
Quería obviar los problemas, quería que todo lo malo hubiese sido sólo un sueño, hubiese sido una pesadilla, que sólo hubiese sido un aviso, un consejo, una caricia, que sólo hubiese sido una advertencia, algo que me enseñará a aprovechar el momento, a valorar lo que tenía y no volveré a tener, algo que me hubiese enseñado a cambiar el color de la vida, a darle mi toque, algo que me hubiese enseñado a hacerme mayor.
Pero, por desgracia, nada era un sueño, todo era real, una realidad muy viva.