Un modo de traerte

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Estaba trabajando cuando recibí la terrible noticia de que mi hermano favorito había fallecido, debido a que un ladrón lo apuñalo de una manera horrenda; me desmorone por completo en aquella cabina donde trabajaba, dejando por primera vez mi lado frágil a la vista.

Grité desgarradoramente, soltando toda mi frustración que cargaba dentro, junto con el dolor de tan trágica pérdida.

Mis compañeros para demostrar sus condolencias decían un "Sentimos tu pérdida" o un "Lo siento" . Esas palabras no me traían ningún consuelo, lo único que quería de vuelta era a él.

A mi hermano mayor, al que resultó ser más como un padre que otra cosa. Recogí mis cosas y le avise al jefe que tendría aquellas vacaciones que retrase bastante tiempo atrás, por el momento ahora sólo quería estar sola.

Cuando fuí a su funeral a despedirme de su cuerpo, ví a Tamura. Lloraba a mares junto a su novia, yo los observé con un poco de rencor, sabía que el muchacho había invitado a comer a mi hermano para que conociera a su prometida y de no haberlo hecho, aún estaría aqui conmigo.

Es algo egoísta de mi parte decirlo, pero prefería mil veces que el que hubiera perdido la vida fuera otra persona más, que mi único familiar que adoraba y admiraba.

Decidí dejar atrás aquella escena desgarradora, no quería ver como el ataúd bajaba a la fosa de donde nunca saldría jamás.

Salí con la cabeza baja y lágrimas agrias surcando por mi rostro sin descanso, el nudo que antes sentí cuando bajaban la gran caja de madera al agujero se intensificó, haciendo que el aire no me entrara correctamente a los pulmones.

Aun así sabía que esos eran síntomas normales de estos momentos tan estresantes, pero no podía creer como en un día todo había cambiado.

Después de eso los días y los meses pasaron lentamente, ahora nunca tenía ánimos para nada. No era más que un cascarón vacío, sin emociones y muerto en vida.

Resulta que había bajado muchísimo de peso, el estado de depresión en que me encontraba era brutal, tanto que a veces pensaba en quitarme la vida, pero cada vez que sujetaba el cuchillo para acabar con mi patética historia, no podía. Era algo totalmente frustrante.

Aparte, el cerebro jugaba conmigo en los tiempos más inesperados, hacía que viera algunas alucinaciones de mi hermano riendo y hablando conmigo, feliz.

Le creía algunas veces, tanto así que cuando aquellas asquerosas jugadas de mi mente desaparecían, la realidad me golpeaba duramente. Sollozaba cuando eso ocurría y solo paraba cuando me quedaba dormida.

Mi vida ya no era vida.

Pero un día sufrí un accidente; cuando cambiada de carril montada en mi moto, un carro se me atravesó delante, yo con tal de evitarlo gire el manubrio violentamente y me estrelle con la barrera que separaba la calle con el carril contrario.

Como consecuencia quede totalmente inmóvil, en un estado crítico del que no sobreviviría. Eso me alegró, porque yo ya no tenía un propósito, lo deje ir cuando mi hermano se fue para siempre.

Antes de que cayera completamente en la negrura, observe en la distancia como alguien con un cabello azul reluciente que danzaba con el viento, sonreía.
Mirando hacia donde me encontraba tirada, mostrando su brillante dentadura y levantando sus brazos hacia mi, como suplicando que fuera hacia su persona.

Yo en respuesta alce mi mano intentando alcanzarlo. El sujeto solo sonrió más que antes y pronunció algo que no llegue a escuchar.

Seguro que esto debía ser una de mis alucinaciones repentinas, pero ahora eso no me importaba. Ya que dentro de poco lo volvería a ver.

Yo sonreí, sintiendo como el calor dejaba mi cuerpo, para después solo sentir frío y más tarde mi corazón dejó de latir.

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- Ni-sama, mira - Habló una pequeña niña, que era sujeta por un niño mucho mayor que ella. Aquel observo lo que la diminuta castaña señalaba. Era una hermosa flor de tono azul, delicada como el cristal. Pero también mortífera, dado que sus espinas cubrían casi todo el tallo.

La joven chiquilla se soltó del agarre de su hermano y fue corriendo hacia la flor. El pelicastaño solo río ante el comportamiento de su adorada hermana, para después seguirla.

Cuando estaba cerca de la infante, el muchacho pudo observar con claridad la flor y podía decir que no la había visto antes. Por lo tanto se le hacia raro que sus pétalos fueran de ese color tan llamativo, azul casi eléctrico ni menos. Pero no le dio importancia, de todos modos había muchas especies de flores, todas ellas únicas.

La niña intento arrancar la flor para llevarsela, pero las espinas se lo impidieron. Haciendo que la infante llorara por el dolor en sus manos, se había pinchado con las defensas de la no tan indefensa flor.

Su hermano alarmado, observo sus manos y con delicadeza paso un paño para limpiarle las diminutas heridas. Para luego decirle con un tono suave pero firme a la vez.

- No todo lo que es bonito es indefenso, Zariel  - Hablo gentilmente, continuando en las manos de las niñas - Por lo tanto, es mejor mirar las cosas que son hermosas a una prudente distancia y cuidarlas sin tocarlas. - Con eso dicho el hermano le sonrió ampliamente a la castaña.


Abrí lentamente los ojos, con pequeñas lágrimas deslizándose por mis mejillas. Soñar con Zariel era doloroso, extremadamente doloroso. La deje atrás cuando morí, sola y sin nadie que la cuidará.

Me siento como un pésimo hermano, la culpa no deja de atormentar mi cuerpo cada tanto. Por eso decidí que para recordarla iba a plantar algunas flores en su honor, seguramente a la pequeña diabla le encantarían.

Si la tonta de mi hermana estuviera aquí conmigo me arrastraría fuera de la cama. Haría un bailecito delante de mí para hacerme sonreír e incluso se burlaría un rato de mi aspecto tan desaliñado y deprimente.

Para después comentar que era un Vejete arrugado y amargado. Como de vez en cuando me llamaba ella, describiendo a modo de juego mi forma de ser.

Se extraña tu actitud tan positiva y algo infantil Zariel. Renacuaja demasiado honesta.

Si hubiera algo para traerla conmigo definitivamente lo haría. Sin ella he perdido un gran pedazo de mi ser, después de todo siempre estábamos juntos a donde quiera que fuéramos.

Hay algo

La voz monótona de la habilidad Gran sabio hace que salga de mi añoranza y que me concentre con seriedad en lo que dijo.

¿Existe de verdad algo que puede traerla?

Confirmado, pero se requiere un nivel de magicules alto.

Siempre hay un contratiempo ¿no?

Las cosas nunca pueden ser simples.

Definitivamente la traeré de vuelta.

Te traeré aquí conmigo hermanita, te lo prometo.

Otra Vida, Otro Nombre... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora