Yo cuido de los míos

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- Díganme, ¿Por qué han venido hasta aquí? - Arrastro las palabras con indiferencia, mirando al hombre bestia en la otra punta de la mesa barnizada. Con las piernas cruzadas y una mirada inquisitiva.

La forma arrogante que tiene de sentarse empieza a irritarme, esa creencia de superioridad que posee, un día le traerá problemas.

- ¿Acaso esperas que le responda a una chica delicada como tu?

¿Delicada?

Una vena en mi frente se hace visible al escuchar esa simple y sencilla palabra salir de la boca del individuo de cabello de color uva. Mis ojos adquieren un destello alarmante que intimida a sus vasallos.

- No soy una chica delicada, si quieres comprobar lo que digo,¡Retame! - Amenazo,
cambiando el tono del aura a mi alrededor.

El ceño del individuo poseedor de una armadura lustrada y bien cuidada se frunce, sus ojos lentamente se abren hasta que llegan a los míos, una afilada mirada de iris amarillos es la que me perfora intensamente. Sin pensarlo ni un momento levanto la mano señalandolo.

- Cuida tu lengua y tu tono de voz, mensajero - Advierto - Si todos los vasallos del Rey Demonio Carrion son como tu , dudo mucho que los de Tempest acepten hacer un acuerdo con vosotros. ¿Te harás responsable de tus acciones cuando el Bosque de Jura se ponga en tu contra?

Definitivamente mi hermano no necesita a alguien tan impertinente como este sujeto entre los suyos. Pues la primera impresión cuenta y este tipo la ha dejado muy bien plasmada, cruzo los brazos esperando la aprobación de Benimaru, Rigurd y Shion ante mis palabras tan excelentemente afirmadas. Los oigo asentir entre un murmullo afirmativo.

- Ja, solo presumes - Desprecia sin pudor alguno - Dime, escuche que un slime dirigía esta ciudad ¿Acaso los monstruos siguen a un ser tan inferior?

Jo, acabas de meter la pata muy hondamente. Ninguno de los leales seguidores de la bolita de baba te dejará salir vivo si sigues insultado a su líder de manera descarada, he de decir que yo tampoco. De verdad, no te metas, ni insultes a mi único familiar.

- Es cierto que el es un slime, uno que gobierna el 30 % del bosque, aunque por el momento me ha dejado a cargo y seré breve - Me pongo en pie y camino hasta estar detrás de su persona - Guarda tu viperina lengua - Susurro, acercandome lentamente a él apoyando mi mano derecha en su hombro izquierdo - Usa ese cerebro de fríjol, a no ser que quieras que les declare una guerra. - Finalizo triunfante, pues el hombre chasquea la lengua contra su paladar en un gesto de derrota y mal carácter.

- Nuestro señor nos ordenó investigar a unos monstruos raros para que le sirvieran en un futuro.

Um quizás somos nosotros. Después de todos no solo llamamos la atención de un rey demonio. Miro por el rabillo del ojo a la alegre Milin que devora sin contemplación su sandwich.

Bien, lo admito, no resultan una amenaza para nada, estaban siendo curiosos pero no les voy a perdonar lo de Rigurd.

- Marchense

- ¿Esta segura Ina-sama? - Asiento a la preocupada figura del Rey de los goblins

Benimaru y Shion no lucen muy contentos pero lo aceptan.

- Informale a Carrion que si quiere establecer lazos con Tempest debe elegir una fecha en concreto, de no ser así no lo atenderé - Comento desinteresada invitandolos a irse cortésmente con un gesto de mano.

Pero antes de que el tal pelimorado salga de la sala de reunión se gira y observa con un gesto de molestia a la pelirosada, hace lo mismo conmigo. Sin siquiera apenas esfuerzo lo oigo murmurar unas palabras que me alertan.

- Lo lamentarás

Luego cierra la puerta para marcharse.

- Soeui.

- Sí, en que puedo servirle - Aparece repentinamente tras de mi.

- Mantén vigilado a ese tipo, tomará represalias tarde o temprano.

El kijin ninja asiente y desaparece justo como vino, con la misión de espiar a ese grupo.

¿Por qué tengo un mal presentimiento de esto?

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Suspire con pesar, ahora debía atender a esos chicos aventureros que vinieron junto a un gran número de hombres de Falmuth, aunque se los iba a dejar a otra persona pues definitivamente debía hacer algo primero. Salí de la sala dejando a cargo al kijin rojo, para luego dirigirme a la cima de aquella pequeña elevación que dejaba paso a una inmensa vista desde arriba de la Federación Tempest. Inspire hondo dejandome embargar por la frescura del aire puro, refrescando cada parte de mi cuerpo como un recorrido al mar.

Nix

Repentinamente una espesa bruma invernal se hizo presente al frente, cada mota de aquel helado vapor erizaba la piel con sólo tocarla, más tarde el humo se disipó y de él salió la presencia de la majestuosa loba, caminó con las orejas hacia atrás hasta estar a no menos de tres pasos de mi lugar. Sus emociones podían ser asimiladas con una facilidad tremenda, podía sentir la culpa en su interior, incluso su arrepentimiento al dejarme sola todo este tiempo.

- No te preocupes, se porqué lo hiciste - Dejo que mis palabras fluyan sin retenerse, siendo consciente de la razón de su distanciamiento. Por el rabillo del ojo veo la inmensa panza que tiene la cuadrúpeda, espera cachorros. Sonrió débilmente, esta situación me recuerda a la vez en que la perrita que me regalo mi hermano tuvo su primera camada, todos pequeños y adorables. - ¿Tienes a alguien que los cuide cuando tu no puedas? - Pregunto solo por curiosidad, quizás yo pueda criar alguno.

De manera lenta me coloco detrás de su cabeza y acaricio con delicadeza la zona de sus orejas, Nix luce contenta del cariño que le doy, mueve la cola como loca y que decir de sus jadeos emocionados.

- Tenía pensado dárselos a alguien que los cuidará cuando no estuviera para controlarlos, esa persona debe ser fuerte y bastante firme

- ¿Y su padre? He de suponer que es Ranga ¿no?

- Si y se encuentra con Rimuru por lo que esta ocupado - La impresionante loba blanca baja las orejas como señal de tristeza, lamentándose estar lejos de aquel lobo roba amigas, que aún no lo perdono. Luego sus cristalinos ojos ámbar adquieren un brillo melancólico y sin quererlo suspira. - Cuando los cachorros nazcan el no estará aquí - Comenta con resignación, mientras, sigo acariciando suavemente la zona de su cuello, intento que con mis toques se tranquilice.

- Puede que él no esté presente, ¿Pero no te olvidas de alguien? - Creo cierta distancia entre ambas para dejar un poco de misticismo entre mis lejanas palabras, la atmósfera a nuestro alrededor cambia y se convierte en una alegre. - Me tienes a mi, yo estaré allí cuando sea el momento, después de todo eres mi amiga y yo cuido de los míos. - Sonrió sin mostrar los dientes, mientras detrás de mi se encuentra la bellas luces de una inefable paisaje de fantasía.

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Lo sé, lo sé, desaparecí mucho tiempo, debo disculparme pues estaba enferma pero ahora que me recuperé vuelvo al business.

Mis sinceras disculpas, queridos lectores.

No comprendo porque watpad me quita los guiones largos. :/

(°-°)

Otra Vida, Otro Nombre... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora