Save your tears... .་༘࿐ೢִֶָ KookMin.

Monotonía...

-No me dejes… por favor, Minnie…-

El sollozo silencioso se convirtió en llanto cuando JiMin lo abrazó también. Un llanto que parecía llevar mucho tiempo guardado.

-No llores, por favor.-

No podía verlo llorar. Parecía estar sufriendo mucho y le dolía porque aunque no quisiera, aún sentía algo por él.

'Así que… se jodió la cosa. Porque odiarte no me sirve y quererte me está matando.'- Autor desconocido.

¿Qué debía decir? ¿Qué tenía que hacer? Por desgracia este tipo de encuentros no vienen con un manual de instrucciones que te diga cuál es el siguiente paso y como hacer.

Preguntarle por que lloraba sería tonto, inutil y hasta cierto punto provocador. Porque sabía que la respuesta era él y la escena que JungKook acababa de presenciar.

Pero desgraciadamente era la única pregunta que venía a su mente.

Toda la situación se le estaba yendo de las manos. No lo había visto en dos semanas, y realmente no se había tomado el tiempo para pensar mucho en él, como debió haber hecho después de terminar.

No le dió tiempo al luto de hacer presencia en su vida y llorarle al amor perdido. Tal vez ese había sido el error. Tal vez por eso estaba ahí, intentando consolar a la persona que lo había amado, pero que aún más lo había herido.

A veces el vómito verbal es lo mejor cuando se llevan demasiadas palabras contenidas, pero ¿por qué no lo sentía ésta vez?

-¿Estás bien?- fue lo único que pudo decir.

No quería llorar y era difícil poder aguantar el nudo en la garganta al sentir a JungKook sollozar entre sus brazos, destrozado.

Pero claro que no estaba bien.

JungKook tenía miedo. Estaba tan acostumbrado a la presencia de JiMin en su vida, a la estabilidad que le daba, que jamás se imaginó que su existencia iba a convertirse en un infierno sin él.

¿Era culpa de JiMin? ¿De JungKook? Tal vez de ambos, pero en ese momento ya no importaba.

-Por qué…?

-Creo que ésto llegó demasiado lejos, JungKook. Tanto que se nos fué de las manos.

-No… JiMin…- se dejó caer de rodillas, abrazándolo por las piernas.

-Has bebido, deberías ir a casa.

-Tú…-

Se limpió las lágrimas sin que JungKook pudiera notarlo.

El problema siempre fue que él no supo cómo explicar el dolor que le causaba ver a JungKook con otros y el mayor nunca quiso darse cuenta de lo que estaba provocando.

El problema fue que ninguno de los dos quería admitir que vivir así no era sano.

-Tu eres mi casa… no quiero estar solo. ¡No me dejes solo!

-JungKook, yo ya no puedo hacer ésto.

-Por qué lo dices?- se levantó con algo de trabajo y se limpió con las mangas del suéter.- ¿Por los cuernos que me acabas de poner?- comentó molesto.

'Por Dios! Está ebrio, JiMin. Recuérdalo.'

-No, JungKook. No lo hagas.

-Crees que no te ví con él? Crees que no me dijeron que te vieron desayunando con él? A donde fueron después, eh?

-Tú menos que nadie puede venir a reprocharme nada.- respondió molesto.

Ésto parecía un juego. Uno de donde no podría salir nunca y tenía miedo.