Save your tears... .་༘࿐ೢִֶָ KookMin.

Esforzarse y esperar.

-Cómo has estado?

-Bien.

-¿Ya sabes los resultados del exámen?

-Aún no.

-Yo… conozco a uno de los jueces. Tal vez podría…

-Que?

–Ayudarte a entrar.

-No! No… JungKook, estaré bien si no entro, pero no quiero hacer trampa.

-No sería hacer trampa.

-Te agradezco la intención, pero no.

-Bien, como quieras.-

Parecía que no tenían mucho de qué hablar. Aunque ya era bastante estar en un lugar público.

Por alguna razón, JungKook lo había citado en una cafetería demasiado concurrida. Y había personas que los observaban con insistencia.

-Por qué estamos aquí?

-No me decías siempre que no nos veíamos en lugares públicos? Aquí estamos. No me importa si nos ven juntos, si piensan…- tomó su mano.- que tenemos algo.

-Pero… tu carrera, tus fans. Que hay de…

-No me interesa. Solo quiero demostrarte que te amo y que estoy dispuesto a todo para tenerte conmigo.

-JungKook, por favor.

-Lamento si soy insistente, pero no quiero perderte.

-Es que yo…

-Vamos a intentarlo de nuevo. Te extraño mucho, te quiero conmigo.-

Y de pronto se tragó las palabras que estaban retenidas en su lengua acerca de que estaba saliendo formalmente con JaeBeom.

Veía sus manos juntas, por primera vez en público, venía a su mente su abuela, diciéndole que era mejor seguir al corazón que a la cabeza, veía a la gente que parecía más interesada en ellos dos que en sus propios asuntos.

-Tomaré eso como un sí.- respondió JungKook al notar que JiMin no lo haría.

Le dió un besito al dorso de su mano y le sonrió.

-Te gustaría ir a otro lugar?

-De acuerdo…-

El mayor pagó la cuenta y se fueron en el auto.

Se imaginó en el mismo motel barato, teniendo sexo con JungKook, pero al parecer el pelinegro tenía otros planes.

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-Bonito, despierta.-

-Estoy cansado.

-Lo sé, pero es tarde. Debería ir a dejarte a tu casa.

-¿Qué hora es?

-Las 8, nos tomará al menos una hora llegar a la ciudad.-

Cuando JiMin abrió los ojos luego de dormir toda la tarde, se dió cuenta de que era real. JungKook estaba ahí con él.

No se había ido como siempre hacía, la habitación no olía a cigarro ni había esa prisa que siempre existió en su relación.

-Por qué sigues aquí? Puedo tomar el autobús de vuelta a casa.

-Porque te amo. Y realmente estoy intentando ser una mejor persona para tí.

-No deberías esforzarte por mí.- porque ya estaba en una relación nueva.