Largo sea el reinado de las reinas extranjeras, las reinas sureñas.
Lylianne Baratheon y Joanne Lannister, en algún punto sus historias se conectan pero no son lo mismo, aunque ambas buscaban algo parecido.
"Libertad"
Pero cuando el Juego de Tronos...
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CAPITULO ONCE
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"La princesa de los putos Siete Reinos"
─ Hazte a un lado ─ le ordenó Lylianne a los guardias que custodiaban el salón principal del castillo.
─ Lord Stark ordenó que no se le dejase entrar ─ respondió uno de ellos sin mirarla.
─ Soy su esposa ─ se quejó Lylianne parándose frente a ellos con mirada amenazante ─ ¡Y tengo el mismo poder que él en este puto castillo, y mucho más al ser la princesa de los 7 putos reinos! ¡Así que muévete ahora mismo!
Los guardias bajaron la cabeza y dudaron bastante, le tenían miedo a Robb Stark pero también temían de su esposa.
─ Como usted ordene, Lady Stark ─ respondieron al unísono dejándola entrar.
─ Tengo un lugar en mi corazón para los lisiados, bastardos y cosas rotas ─ fue lo primero que escuchó Lylianne de su tío Tyrion.
─ Has ayudado a mi hermano, puedes quedarte si quieres ─ habló Robb Stark al ver la presencia de Lylianne en el salón y por el gesto que el enano tuvo con su hermano.
Por el tono de voz de su esposo y la molestia en el rostro del Lannister, Lylianne supo que habían tratado a Tyrion de la misma manera en la que la trataban a ella desde hace días.
─Olvida tu falsa cortesía Lord Stark; hay un burdel fuera de los muros, encontrare una cama y ambos podremos dormir en paz ─ respondió Tyrion ─ ¿Cómo has estado princesa? ─ preguntó el enano acercándose a su sobrina.
─ Disgustada ─ respondió la Baratheon mirando con desprecio al mayor de los Stark que se habia puesto de pie mirándola con intensidad ─Como todos aquí.
─ Puedo notarlo ─respondió Tyrion viendo las ojeras en los ojos de su sobrina y su piel mas pálida de lo normal, lucia cansada. Todo lo contrario a cuando vivía en King's Landing o Casterly Rock donde su espíritu aventurero y el cálido clima la hacían la mas hermosa de todo el reino.
─ Déjame acompañarte a la salida, tío ─ pidió Lylianne dándole la espalda a los Stark.
─El honor será mío, sobrina
─Lylianne ─la llamó Robb con severidad mientras la castaña caminaba junto al enano, pero ninguno le hizo caso y solo salieron por la puerta.
─Algo sucede ─ le susurró Lylianne a su tío mientras caminaban por los exteriores del castillo ─ Algo grande sucede, puedo sentirlo.
