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— Que estúpida soy —dije soltando una carcajada.
— Es la décima vez que derramas tu helado Misuk. ¿A poco eres mensa? -Se burló Jungwon.
Llevábamos dos horas juntos. Durante el camino habíamos ido por unos helados. Pasar las tardes con él es algo divertido y al parecer se estaba volviendo costumbre.
— Déjame ayudarte co- —el sonido de su celular lo interrumpió— disculpa, debo atender.
— Claro, no te preocupes, debe ser urgente —respondí apresurada.
(...)
Jungwon
— Pero mamá habíamos quedado en algo. Porque quieres cambiarlo a última hora.
— Solo sé obediente Yang Jungwon. No quiero continuar con esta conversación.
— Pero mamá! —protesté.
— Pero nada! Además, te quiero aquí en 15 minutos —Sin más cortó la llamada.
(...)
Misuk.
La expresión de Jungwon había cambiado repentinamente. Su mirada estaba un poco más perdida y la hermosa sonrisa que había antes en su rostro, había desaparecido.
— ¿Todo bien? —Cuestioné.
— Eh, sí. No tienes que preocuparte. Son solo problemas en casa —le brindé una mirada de compresión al escuchar su respuesta.
— Comprendo. ¿Debes irte?
— Creo que así es, pero no quiero. ¿Te parece si vamos a jugar un poco?
— Hey! Si te pidieron que fueras, debes ir —le regañé.
— No. Misuk, quiero pasar el resto de la tarde contigo. Así que, no pongas más peros y vamos —Concluyó tomando mi mano para empezar a caminar.
Por primera vez alguien, que no fuera Yeri, me decía que quería pasar tiempo conmigo. Extrañamente, esa mini confesión hizo que mis mejillas ardieran un poco. Probablemente para ese momento ya estaba muy roja.
(...)
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