¿El dinero te saca sonrisas?, pues no, seguro muchos piensan que si, pero están equivocados, porque el dinero no devuelve el amor...
Las gotas de agua acariciaban mi piel como una seda, caían con tal intensidad por mi cuerpo liberándome de la suciedad.
Mientras mi rostro se acurrucaba entre las aguas mi mente viajaba recordando la risa de mi madre y los golpes de mi padre, las lágrimas recorrían mis mejillas.
En ese momento cerré la ducha, cogí la toalla, me envolví en ella y antes de salir del baño me miré en el gran espejo del lavamanos y di paso a mi vista a la hermosa habitación en la que me encontraba, cogí un gran impulso y me tiré a la cama, poniendo en contacto mi piel con esas finas sabanas.
Miraba al techo pensando una y otra vez que hoy cambiaba mi vida pero para lograr lo que yo quisiera y hacer pagar a mi padre por todas las lágrimas que me hizo desperdiciar.De un momento a otro sentí que tocaron la puerta me levante cuidadosamente y me dispuse a abrirla, encontrándome con esos ojos color café oscuros que tanto me gustaban, sus ojos subían y bajaban parecía como si estuviera impeccionándome, no entendía porque lo hacía hasta que me dijo.
—Así te dispones a abrir las puertas, sin saber quién es la persona que está en el otro lado—me miraba directamente a los ojos, estaba vez, solo permanecía sus ojos contra los míos.
Ahí ante sus palabras y su acción repentina fue que me percaté, que le abrí la puerta en toalla, dios mio que pena por dios mis mejillas se tornaron de un color rojo, y solo me dio por cerrarle la puerta en la cara, mi corazón latía rápido de los nervios.
Rápido me dirigí al closet y cojí una bata de baño que había colocada a dentro, me la puse y ahora si abrí de nuevo la puerta, con la cara seria, y el solo me miraba confundido ante lo ocurrido.
—Perdón por lo ocurrido, que querías—traté de sonar totalmente tranquila ante él.
—Solo venía a decirte que vienen a hacerte un cambio radical, no te asustes si—al terminar de decir eso se alejó de la puerta y empezó a caminar, sabía que sentía mi mirada penetrante sobre su espalda, ni siquiera se volteó, solo desapareció por un pasillo hasta el punto que ni la sombra pude ver.
En ese instante pude respirar con tranquilidad, mientras mi cuerpo buscaba apoyo contra la pared y mis manos pasaban por mi rostro de la pena que sentía.
Es la hora de darlo todo...
Entraron una especie de equipo de estilistas, me sentaron delante de el tocador y sacaron sus instrumentos, no conocía nada sobre esto así que solo dejé que hicieran de mi una reina.
Mis ojos se abrieron y sinceramente no me podía reconocer, mi cabello más lacio de lo común y un brillo en el que lo hacía resplandecer, mi rostro bien definido por el maquillaje, el color de mis ojos se llevaban toda la atención, ya que habían jugando con varias tonalidades color café, y también un pequeño delineado de gato que alargaba mucho más mi mirada, mis labios color nude, los definieron de tal forma que se veían carnosos.
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Tres veces yo
Novela JuvenilTres personas totalmente distintas de carácter, su forma de ver las cosas diferentes, pero su rostro idéntico como tres gotas de agua . Lo que más duele es que te separen de ellas al nacer, que te quiten una parte de ti por egoísmo propio, pero la...