Tres personas totalmente distintas de carácter, su forma de ver las cosas diferentes, pero su rostro idéntico como tres gotas de agua . Lo que más duele es que te separen de ellas al nacer, que te quiten una parte de ti por egoísmo propio, pero la...
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Maquillaje, ropa y accesorio hacen que cambies tu forma de verte pero no cambian tu interior, no te borra tus problemas recuerda eso...
No me podía creer que había puesto en su lugar a Noah me sentía tan bien, tanto que mi mente dio tantas vueltas, y a ella llegaron ciertos pensamientos.
Tengo que cambiar mi forma de vestir..
Mi forma de maquillarme..
Mi forma de actuar..
Salí corriendo de ese infierno de escuela, me dirigí a el centro comercial, mis ojos brillaban, me habían echo mucho daño pero tenía que hacerles creer que era una persona totalmente nueva.
Me dirigí a un salón y antes de entrar me lo pensé varias veces, hasta que abrí las puertas el olor a rosas se hizo presente en mi fosas nasales, que agradable.Hable con la recepcionista y me dijo que no había problema en atenderme sin cita.
Empezaron acomodándome en un haciento frente a un espejo con luces al rededor de él, me hicieron un corte en el pelo( seguía de su mismo largo solo que habían desechado lo que me lo dañaba) para luego lavarlo y cecarlo y plancharlo, luego pasaron a las cejas las cuales las depilaron y le dieron su forma, pasaron a aplicarme mascarillas en la cara mientras pintaban mis uñas de color rojo.
Me maquillaron con colores cálidos, me perfilaron los labios para hacerlos ver más carnosos, luego pasaron a enseñarme lo que tenían en venta de ropa y elegí un juego de blusa con su falda negra y un abrigo corto negro con su cartera y sus zapatos a juego de cuero pagué todo con la tarjeta de emergencia que me habían dado mis padres, esto era una emergencia, y luego me miré al gran espejo y no me reconocía...
-Soy otra persona?- mis ojos brillaban al detayarme en el espejo, me veía bonita, me sentía bonita, una sonrisa de medio lado se me puso en la cara, sabía lo que tenía que hacer.
Salí de allí agradeciendo el trabajo que habían echo, ya era tarde el sol se estaba escondiendo, la brisa me abrazaba mis piernas deznudas y caminaba a paso apresurado para llegar a mi casa.
Cuando por fin llegue luego de una larga caminata, abrí la puerta estaba mi padre sentado en el sofá leyendo algo y sentía como había alguien en la cocina por los ruidos que habían allí, imaginé que era mi madre, mi padre al darse cuenta de mi presencia alzó la mirada a mi rostro y sus ojos se abrieron como chapa al verme tan arreglada y distinta.
- Luna, quítate eso pareces una puta- se levantó de un tirón del sofá, sabía que estaba enojado por esas palabras tan oportunas.
Al decir eso, mi madre vino rápido a la sala mirándome con cara de asco, que falsos acaso no se alegraban que su hija luego de estar tan desatenta de si misma se halla tomado un tiempo para ella.
- Bueno padre si de puta estamos hablando, aquí tienes a la mayor de ellas- lo que salió por mi boca no lo pensé, solo lo dije señalando a mi madre.