El regreso de la princesa Kassaia

Capitulo 12: Enfrentamiento.

Asher finalmente había regresado al palacio, y sumamente preocupado corrió a la habitación que compartía con Kassandra. Intuía que algo iba mal. Cuando llegó a la habitación observo a su esposa pensativa, recostada sobre la cama. Lo más seguro es que extrañará su tierra, las mujeres de Khaitan no acostumbraban estar encerradas en palacios, gustaban de cabalgar en los prados, en las lejanías, la mayoría gustaba de vivir en la intemperie. Aunque ese no era el caso de Kassandra, aún así, como cualquier mujer de esa tierra, anhelaba la libertad. Se recostó con ella, abrazándola con ternura, tocando su vientre, dónde poco a poco comenzaba a crecer su primogénito.

— Mi amor, no estés triste, te lo prometí y cumpliré, volveremos a casa. Ya hablé con el gobernador, y estoy seguro que hará todo lo posible para convencer a Nebuzaradan de dejarnos partir — le comento. Kassandra se debatía entre decirle lo que había pasado o no, temía que la verdad desatará algo peor. Pero entonces pensó que siempre había sido sincera con su esposo, y no quería que eso cambiará, no quería que la sucia Babilonia manchara su relación.

— El rey me cito hoy para encontrarme con el, me negué, y vino a buscarme aquí, intento abrir la puerta y la cerre para que no entrará...Fue entonces que el me ordenó...— eso fue suficiente para desatar la ira del lobo de Juda. Quien se levantó de la cama y sin escuchar las súplicas de su esposa se dirigió a la sala del trono.

— Asher espera— pidió corriendo tras el.

— Si lo que dijo ese esclavista Ale Mefari, es cierto. El malnacido de Belsazar se encuentra aqui, acechando mi trono en los rincones de Babilonia, quiero que inicien una captura para el, y la maldita de Nitocris, es más que seguro, que ella sabe algo, tendremos que buscar el modo de que sola se exponga a la verdad—

— Así es majestad, la princesa no se mantuvo al margen como prometió, así que no hay otra solución. Su majestad, debo decirle algo— comento Zack.

— Dime—

— Quería hablar con usted de el gobernador de Khaitan y su esposa—

Unos gritos retumbaron en el eco de la sala, Asher muy molesto irrumpió en la sala como una bestia fiera. "NEBUZARADAN DA LA CARA MALNACIDO". Esa frase retumbó mil veces en el eco de la sala. Los guardias boquiabiertos no supieron cómo reaccionar. No creían que algo como eso estuviera realmente pasando, como alguien se atrevería a amenazar al rey de esa manera. Nebuzaradan se puso en pie, y con su interminable deseo de matarlo, pensó que esa era la mejor oportunidad, lo mejor, el mismo había cavado su tumba. Tomo su espada y quedó frente a frente con el.

— ¿Qué te ocurre esclavo? ¿Tienes deseos de morir y por eso te atreves a insultarme? Si es así descuida, hoy tu deseo se cumplirá—

— Tienes razón, hoy no iremos juntos. Pero nunca más volverás a acércate a mi mujer— dijo avanzando. Zack siendo testigo de todo, no supo que hacer, esos terminarían por matarse, algo en parte beneficioso, en parte, se podría deshacer de Nebuzaradan, y también de Asher, por eso pidió que los guardias se retiraran de la sala. El diría que intento detenerlos, pero no pudo hacerlo.

— Tu mujer dices, ella es mía, y siempre lo sera— dijo recordando el primer momento cuando el y Kassaia se conocieron, cuando el y Kassaia se casaron, y todos esos años juntos. Habia tenido una vida junto a ella, ¿Entonces como ese imbécil se atrevía a reclamarla como su mujer?

El sonido del metal chocando resonó en la sala, ambos empuñaban sus espadas contra el otro, pero eran muy agiles, por tal razón no lograban herirse entre ellos con facilidad. Ansioso por ver la caída de ambos, Zack continuo de espectador de la escena.  El enorme deseo de muerte los inundaba. Pudo observa que un guardia lo llamaba con señas a lo lejos, sin pretender llamar la atención, camino con lentitud allí.