CAPÍTULO 4.

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Un suspiro frustrado salía de los labios del empleado que tecleaba sin ánimo los datos necesarios en su ordenador. Seokjin se sentía en piloto automático desde la semana anterior en que no lidio con el problema en su casa y ahora que su turno estaba próximo a terminar, quería golpearse la cabeza contra la división del cubículo de su compañero.

Su espalda crujió una vez que él se enderezo de la perezosa postura encorvada que con el tiempo había adquirido por laborar en este sitio. Su mente siguió vagando en su compañero de habitación y en como la noche anterior había soltado un inesperado grito por todo el apartamento causando que Jin se quemara la mano con la espátula llena de aceite hirviendo. Dispuesto a matar a Jungkook con ese mismo objeto que estaba dispuesto a perder por un pago mejor, le llevo consigo hasta el origen de aquel sonido.

Encontró al peli purpura mirando con ojos totalmente abiertos su dispositivo móvil. Deseo gritarle lo estúpido y fastidioso que era siempre pero algo en la situación lo mantuvo callado porque, ver al chico en estado de shock era normal pero verlo temblar sin parpadear era otra cosa.

Un poco curioso de lo que éste miraba se acercó a ver lo que su pantalla mostraba y pudo sorprenderse también junto al peli purpura cuando la aplicación de la pobre y antes mísera cuenta de Jungkook, ahora mostraba más dígitos en ella de los que había visto alguna vez.

Su mandíbula se abrió con incredulidad al ver tantos dígitos juntos, ¡Jesucristo santo!

21, 407, 288 wons.

JO.DER.

- ¿Dónde conseguiste ese dinero? -temeroso se alejó unos pasos del chico a quien alimentó por tanto tiempo.

Ese dinero no se conseguía en poco tiempo. Ese dinero no hacía más darle mala espina y vértigo.

- Es mi paga -contestó en shock aun mirando con atención los dígitos en la pantalla como si al parpadear estos fueran a desaparecer. Y así se sentía. Por eso se negaba a despegar sus ojos de allí.

- ¿Dónde? ¿Cómo? -silenció sus palabras abriendo sus ojos asustado- ¿Traficas droga con Choa?

- ¿Qué?

- ¡Lo sabía! ¡Por eso has estado tanto tiempo en ese basurero! -su cabeza gritó de dolor y llevó sus manos desesperado por acallarla- ¡Ahora van a buscarme a mí también por implicarme! No quiero morir joven, ¡te maldigo a ti y al día en que naciste! -empujó al hombre que seguía sin comprender y logro hacerle caer de nuevo a su cama.

Jungkook parpadeó aun confundido pero luego de recuperarse del asombro y tras meditar las palabras de su amigo, sonrió para irritación de Jin.

- Si caigo, caes conmigo cariño-con un guiño burlón y veneno incluido, las palabras del menor hicieron rabiar al mayor. Había querido gritarle por la forma en que se rio después de él pero decidió callarse cuando el peli purpura arrojó de nuevo su teléfono en la cama ahora dejando ver una aplicación de mensajería.

Si la curiosidad no le picara enormemente, no habría tomado el objeto y leído el mensaje del remitente que feliz anunciaba su primer pago por un vídeo bien aplaudido.

Agh. Era ese rubio, lo recordaba.

Y de nuevo un escalofrío aun peor que imaginarse tras las rejas le recorrió la espalda baja.

Tiró de nuevo el móvil hacia la cama sintiendo sus mejillas calientes. Se cruzó de brazos manchándose el antebrazo con el aceite frio y miró hacia otro lado dejando que Jungkook se levantara.

- Eres una drama queen, Jin -sonrió tomando lo suyo en su mano y metiéndolo a su bolsillo delantero- Además, ya te dije que todo lo que hacemos en la tienda es completamente legal.

Lights... camera... hyung!!! - 정진Donde viven las historias. Descúbrelo ahora