Capítulo 12 Persecución Parte 3 - China Town

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Parte 1

13 de julio de 2011 a las 23:57

Ubicado a pocos metros al noreste de la zona afectada por el incidente del 21 de junio, el barrio chino cambió poco desde entonces.

Repleto de callejuelas, callejones y rincones oscuros, junto con edificios de arquitectura asiática, es un lugar que en el pasado sirvió como cobijo para los inmigrantes chinos durante la fiebre de oro victoriana. Ahora, aparte de ser una importante atracción turística, también es un espacio cómodo para los inmigrantes psychis provenientes de toda Asia.

Philip y Willo descendieron sobre un pequeño edificio de dos plantas que se encontraba en la calle principal. Ella le señaló a él una entrada por el ducto de ventilación e ingresaron a la planta superior de ese edificio.

Cuando Willo prendió la luz, Philip pudo observar el estado de ese sitio. Sillas y mesas amontonadas, polvo, telarañas, humedad y suciedad. A pesar de todo eso, pudo reconocer donde se encontraba, un pequeño restaurante de comida china.

—Este lugar...

—Es el restaurante de mi madre.

—Parece bastante descuidado.

Ella lo miró irritada, pero luego cerró los ojos y levantó su cabeza.

—Ella tuvo que dejarlo hace unos 7 meses porque cayó enferma. Ahora mismo sigue internada.

—¿Acaso está en la clínica Hecker?

—Así es. Por eso acepté tu idea de ir hacia New Delta. Me quedaré allí.

Philip tomó una silla, limpió el polvo sobre ella y se sentó.

—Bueno, solo tendremos que esperar hasta que sea de día y podamos movernos con más libertad. Si nos desplazamos durante la noche es muy fácil que nos encuentren.

—No pienses que he cambiado de opinión. Tú vendrás conmigo, mientras tengas la piedra no te me escaparas.

—Sí, sí. Lo entiendo. Antes que nada debemos definir qué hacer. Si vamos a luchar para ver quién se queda con la piedra del otro o si vamos a buscar la tercera y resolverlo después.

—Mi idea es que me la entregues sin tener que luchar de vuelta, ya te he vencido.

—Y yo no tengo motivos para hacerlo. Tengo ventaja, no quieres matarme, pero no puedes arrancarme la piedra sin hacerlo.

Willo levantó los hombros, como si no le importaran las palabras de él.

—Puedo arrancarte el brazo con el sello, seguro que la piedra está allí sin más.

—No digas cosas como esas, me das miedo.

El ambiente se había relajado un poco. Philip aclaró su mente y trató de pensar cuáles podrían ser sus siguientes pasos, pero un ruido en el exterior robó su atención.

Eran gritos de gente desesperada.

—¿Qué sucede allí afuera? —dijo Willo antes de acercarse a la ventana para observar lo que sucedía.

Eran personas que se asomaban por las ventanas, todos señalaban y gritaban desesperadamente por algo que sucedía en la calle.

Poco a poco la razón de sus gritos se fue asomando por la esquina de la calle contigua hasta que ella finalmente pudo verlo.

Se trataba de uno de los psychis de los cuales se habían escapado, el que Philip había golpeado.

—Hey, nos ha encontrado.

—¿De qué hablas?

Cuando Philip se acercó a la ventana para ver a que se refería Willo, quedó petrificado. Un miedo intenso lo paralizó.

Element/Zero [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora