Capítulo 4: Indecisión Parte 2

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2 de julio de 2011 a las 17:34

El instituto Saint Crown, al que Philip asiste, está ubicado en un enorme campus al norte del centro financiero de la ciudad. Detrás, rodeando el campus, se encuentra una enorme reserva natural repleta de árboles.

Lo que pocos saben es que en el centro de esa reserva se encuentra un campo de tiro abandonado que pertenecía a las fuerzas armadas del país. Philip y su maestro, James Akrep, entrenan a diario allí.

James es un ex héroe local del Reino Unido y tenía conocimiento de este lugar porque había participado en varios entrenamientos militares previos a lo que se conoce como "La gran guerra del sur". Una guerra en la que Reino Unido, junto a sus aliados, venció a la Unión de Países Sudamericanos. Él fue un protagonista vital de la guerra, por lo que, terminada la misma, se le dio la oportunidad de ser Héroe Local del país a pesar de ser Psychi.

James es un hombre alto y robusto de cincuenta y cinco años. Tiene una barba gruesa y desalineada, una gran cicatriz en su mejilla izquierda y su brazo izquierdo fue remplazado por una prótesis metálica. Viste ropas militares con bastante blindaje.

Luego de salir de la clínica Hecker, Philip pasó por un famoso local de comida rápida por almorzar e inmediatamente se dirigió a este campo de tiro. Allí la rutina consistía en meditación, estiramiento, práctica de artes marciales y por último, uso de armas de fuego y armas blancas. Philip destacaba en todas las disciplinas, haciendo pensar a James de que era un monstruo.

Philip decidió terminar el entrenamiento más temprano porque tenía una cita con Clara y necesitaba prepararse. Mientras se arreglaba, James inició una conversación.

—A partir de mañana estás libre.

—¿De qué hablas? —preguntó Philip, bastante desconcertado.

—Debo volver al Reino Unido —Respondió James con un rostro bastante serio. Había estado algo ausente durante todo el entrenamiento y Philip empezaba a notar las señales de que algo no andaba bien.

—¿Es algo serio?

—Es algo serio, pero es algo que tengo que solucionar por mi cuenta —dijo James apretando su puño, luego sacó unas fotos de su bolsillo y se las enseñó a Philip—. Mira, alguien estuvo mandándome estas desde hace algún tiempo.

Philip toma las fotos y al verlas, queda horrorizado. Varios adultos de entre treinta y cincuenta años, asesinados de formas brutales. Entre todos esos destaca una mujer, a la que se le nota el rostro claramente.

—¿Quiénes son? —preguntó Philip con escalofríos recorriendo su cuerpo.

—Son mis excompañeros del primer regimiento de Héroes Locales del Reino Unido. Alguien los ha estado cazando y mandándome estás imágenes. Como es alguna especie de venganza en contra mía o algo por el estilo, debo ayudar en la investigación.

—¿Por qué alguien te haría algo como esto? No lo comprendo. Si es una venganza en tu contra ¿Por qué involucrar a otra gente de esta manera?

—Lo único que se me puede ocurrir seria que es alguien resentido por la reforma oscura de 1993.

Philip abrió sus ojos instintivamente. Sudor frío recorrió su cuello y espalda.

—James ¿Cómo fue la Reforma Oscura en el Reino Unido? —preguntó Philip, algo ansioso.

—No fue algo bonito, pero fue completamente necesario.

—¿Incluso cuando la libertad de los tuyos fue arrebatada?

James se rascó la nuca, algo incómodo por las preguntas.

—Agggh. Como te dije. La única manera en la que la sociedad aceptara a los Psychis era obligarlos a ser inofensivos. Hubo mucho sufrimiento antes de llegar a eso, cosas muy parecidas a las que están pasando aquí, ahora.

Philip no contestó. Él es consciente de que James apoyó con toda convicción la reforma oscura británica, pero aun así sentía que era una profunda equivocación. James continuó.

—Si te preguntas si hice lo correcto, no lo sé. Solo puedo asegurarte que hasta el día de hoy no me arrepiento, incluso con todo lo que tuve que sacrificar para que se logre eso. Amigos, familiares, mi corazón.

—... Y la reforma oscura funcionó.

—Hasta este incidente no ha habido otro de gravedad relacionado con Psychis ni energía oscura en dieciocho años.

James se cruzó de brazos. Philip suspiró y trató de hablar con normalidad.

—Entonces estaremos un tiempo sin vernos. Será difícil, teniendo en cuenta lo que está pasando y que aún no logro controlar esa técnica que me enseñaste.

—Dentro de poco lo harás. A pesar de que la evasión absoluta es una técnica que lleva años poder dominar al completo, tú en uno solamente lograste comprenderla bastante bien. Aún te hace falta bastante camino por recorrer, pero estoy seguro de que dentro de unos años serás el héroe que defienda esta ciudad. Tienes talento.

Philip al oír esa última frase cambia su expresión a una más deprimida.

—¿Qué pasa, no te gusta tu talento?

—Es solo una sensación algo agridulce. Me conviene este talento, lo utilizó para protegerme y lo utilizaré para proteger, pero hay algo que me molesta mucho.

—¿Mmmh?

—¿Por qué lo tengo yo?

James colocó su mano derecha de forma pesada sobre uno de los hombros de Philip.

—El talento no es algo que puedas explicar, chico. Si a raíz de la culpa que te genera tenerlo, decides usarlo para ayudar a otros, está bien, pero no desperdicies tu vida. Las vidas más importantes para ti deben ser la tuya y las de tus seres queridos. Luego podrás pensar en el resto de la humanidad, no olvides eso.

—Entiendo... —Hubo un pequeño silencio—. Bueno, ya es hora de despedirnos.

—Espera Philip, una última cosa —dijo James. Él tomó una gran maleta negra que escondía entre los árboles y la abrió frente a Philip.

—Te traje esto como regalo de despedida.

La maleta contenía dos armas de fuego: Un pequeño subfusil Skorpion vz. 61 y una pistola semiautomática plateada con un extraño grabado de un dragón con colores opacos. También había muchos cargadores de ambas armas.

—Esta pistola está modificada para disparar balas recargadas con energía. Te traje algunos de sus cargadores. Te pueden servir en un futuro y ya sabes cómo usarlas.

Philip sentía una pequeña molestia al ver esas armas. Eran artículos especialmente elegidos para él. Puede darse cuenta de eso, pero aún sentía que algo estaba mal o al menos que había una cosa que no comprendía.

—¿Por qué alguien que quiere ser un héroe, necesitaría armas de fuego? Llevo preguntándome esto desde que empezamos a entrenar.

James posó su mano en su barbilla, pensativo, tardó alrededor de diez segundos en volver a la conversación.

—Mmmh. Hay momentos en el que un héroe debe tomar decisiones difíciles, solo te estoy dando las herramientas para el día en el que te toque tomar una decisión de ese estilo.

Philip no dijo nada, únicamente cerró la maleta negra y caminó hacia la salida, quedando de espaldas a James.

—Supongo que tienes razón. Espero que nos volvamos a ver pronto.

—Si...

Philip se dio la vuelta y saludó a James con un apretón de mano. En ese momento, sintió un cosquilleo en su muñeca, debajo de su venda y el sonido de un cristal rompiéndose en sus oídos.

Element/Zero [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora