Capitulo 25 [EDITADO]

2.4K 301 399
                                    

Natasha jugueteaba con el anillo en su pulgar como era de costumbre. Desde que comenzó a desarrollar alguna  especie de ansiedad eso era lo único que la calmaba.

— Detente. — Wanda tomó su mano y saco el anillo de su pulgar.

El anillo era una especie de código entre la comunidad LGBT, cualquiera que viese que alguien tenga un anillo de plata en el pulgar sabía que la persona era homosexual y tendrían la oportunidad de acercarse y coquetear.

— ¡Hoy veré a mi hermana otra vez! — Natasha exclamó emocionada sentada en la cafetería.

Wanda sonrió al ver su felicidad. Ella sabía cuánto Yelena significaba para su novia.

— Espero conocerla algún día.

El rostro de Natasha se iluminó como si hubiese tenido una gran idea.

— ¡Puedes venir conmigo! — dijo con una enorme sonrisa en su rostro.

Wanda hizo una mueca apenada.

— Lo siento, le prometí a Pietro que lo acompañaría a su exposición de arte y luego tengo que estudiar. — Wanda se lamentó mientras merendaba una comida típica Sokoviana.

Natasha hizo un puchero triste y Wanda puso los ojos en blanco de manera divertida.

— ¡Natalia! — Melina entró en el comedor llamando la atención de la pareja que estaba sumida en su conversación.

— ¡Es hora! Te veré más tarde. ¿Si? Haremos maratón de The Walking Dead y podremos llorarle a Glenn todo lo que quieras  — Natasha se levantó recogiendo sus cosas con rapidez plantando un beso fugaz en los labios de Wanda.

— Te veo luego.

Natasha dió la vuelta para irse pero rápidamente volvió para darle otro beso a Wanda.

— ¿Segura que estás bien yendo a casa por tu cuenta? — Natasha dudó. — Quizá le pueda decir a Melina que te lleve.

Wanda se apresuró a negar con la cabeza.

— No, ve tranquila. Voy a estar bien, de todas formas tengo que buscar unos libros de álgebra en la biblioteca.

Natasha esbozó una sonrisa al recordar lo nerd que era su novia.

— ¿No es más fácil un tutorial en youtube, Malysh? — Natasha de burló.

— Oye, los libros me dan ejercicios que podré practicar luego

— Si, como sea. — Natasha negó con la cabeza divertida. — Adiós, te amo.

Le dijo que la amaba.

Natasha le había dicho que la amaba.

Y Wanda ni siquiera pudo responder porque ya ella estaba dando media vuelta corriendo hacia la entrada del comedor para encontrarse con su madre quien la llevaría a pasar un día con su hermana.

Wanda sintió mariposas en su estómago al oírla decirlo. Ella sabía perfectamente que también amaba a Natasha. Era mala expresando sus sentimientos pero con ella todo estaba comenzando a tornarse más fácil.

— Yo también te amo. — Wanda murmuró hacía la nada misma con una pequeña sonrisa mirando el lugar por donde ella había salido.

Comenzó a recoger sus propias cosas de la mesa cuando notó el anillo de Natasha.

Natasha sabía que lo había dejado pero había sido demasiado tarde para volver por él y la verdad era que no le importaba. Ella no lo necesitaba, no quería que nadie se acercara a coquetearle, no le gustaba la posesión pero ella era de Wanda.

LA RARA. | Wandanat. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora