EXTRA: Cumpleaños.

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Un mes antes de la muerte de Wanda.

Wanda se despertó en la madrugada por unos golpes en su ventana.

Aún adormilada se quitó las sábanas de encima caminando hacia la ventana de mala gana sabiendo de quién se trataba.

Abrió sus cortinas con fuerza y levantó su ventana cerrando los ojos y frunciendo su rostro cuando sintió que una pelota de beisbol golpeaba su rostro.

— ¿Auch? — Wanda se quejó.

Natasha sonrió desde su ventana mirando la cara de recién despertada de su novia.

— Lo siento, llevo como 10 minutos lanzando cosas hacia tu ventana. Me quedé sin lápices. — Natasha susurró señalando hacia la planta baja haciendo que Wanda se asomara y mirara la cantidad de cosas que Natasha había lanzado.

— ¿Por qué lánzaste el CD de Nirvana? — Wanda frunció el ceño al verlo.

Natasha se encogió de hombros.

— Creí que el espíritu de Kurt te despertaría. — Wanda rió del comentario estúpido de Natasha.

Wanda se alejó un poco de la ventana para mirar el reloj al lado de la cama de Pietro.

— Son la 1 am. ¿Qué te he hecho para que me despertaras de madrugada? — Wanda se quejó apoyandose sobre el marco de la ventana.

— Hoy cumples 17 años. — Natasha le recordó con una sonrisa en su rostro.

Wanda gimió con cansancio.

— Me lo recordaste antes de ir a dormir, y cuando íbamos al colegio, y en el receso, en el almuerzo también, en álgebra y de camino a casa.

— ¡Oye! — Natasha la miró ofendida. — Quiero que sepas lo agradecida que estoy de que existas.

— Si, ¿pero a la 1 AM? — Wanda soltó un bostezo.

— Eres tan linda cuando recién despiertas. — Natasha soltó sin pensar con una sonrisa atontada en su rostro ignorando lo que Wanda le había dicho.

Wanda se sintió divertida y decidió tomar la oportunidad. Es decir, ya estaba despierta gracias a su novia así que lo aprovecharía para molestarla.

— ¿Sabes? Me es extraño que seas tan empalagosa, cuando te veía con María parecías querer morirte. — Wanda bromeó.

— Ugh, ¡Wanda! — Natasha gimió tapándose sus ojos con sus manos. — ¿Por qué tienes que mencionar al diablo?

Wanda tapó su boca reprimiendo una carcajada.

— No te rías, hablo en serio. Deja de mencionarla, me genera traumas. — Natasha fingió tener un escalofrío de asco.

— Pues ese diablo era tu novia y la besabas en la cafetería frente a mí todos los días. — Wanda murmuró jugando sus manos

— ¿Estás celosa, Maximoff?

— No. — Wanda espetó. — Pero quizá en ese momento si lo estaba.

Natasha rió por lo bajo.

— Lo siento, Malysh. Pero hey, no debes estar celosa ahora porque María y yo jamás podríamos volver a estar juntas y todo era una farsa en ese entonces.

Wanda asintió.

— Lo que sea. — Wanda murmuró. — Mejor explícame qué hago despierta a la 1 am cuando mañana tenemos prueba de literatura.

— ¡Oh, cierto! Espera un segundo. — Natasha se alejó de la ventana durante unos segundos y luego regresó. — ¿Podrías salir al jardín un segundo?

— No.

— ¡Oh, vamos! Te tengo un regalo desde hace como dos semanas y creo que estoy por explotar y morir si no te lo doy.

— ¡Bien! Ya voy. — Wanda bajó su ventana y cerró sus cortinas.

Comenzó a caminar en puntillas por la oscuridad de su habitación esforzándose por no despertar a Pietro. Abrió su puerta con sutileza pero igual hubo un crujido haciéndola sobresaltar girando en dirección a la cama de su hermano.

— Tú y Natasha son las personas más insoportables del planeta. ¿Lo sabían? — Pietro se quejó colocando su almohada sobre su cabeza y tapando sus oídos

Wanda se rió y luego salió de su habitación corriendo por las escaleras sin importarle que nadie más la escuchara ya que su madre tenía turno de madrugada en el trabajo y no se encontraba en casa ahora.

Al llegar a la sala encendió las luces y caminó hacia la puerta para abrirla encontrandose a Natasha a unos metros en el jardín sosteniendo un enorme cartel de una imagen editada de Kurt Cobain de Nirvana con su cara y la de Natasha pegadas a su lado.

— Oh, no. No hiciste esto. — Wanda soltó una enorme carcajada haciendo que Natasha frunciera el ceño.

— ¡Me costó 15 dólares, deja de reírte!

Wanda se acercó hacia ella sin dejar de reír para mirar el cartel de cerca

— ¡Está horrible! — Wanda siguió riéndose. — Gracias, Talia.

Natasha hizo puchero.

— Deja de burlarte.

Wanda se acercó hacia ella para besar sus labios y borrar el puchero de su rostro.

— No, no. Me encanta, es muy tú.

— Pues se supone que debería ser muy tú. — Natasha lo reconsideró girando el cartel para mirarlo ella misma. — De todas formas éste es solo el primer regalo.

— ¿A qué te refieres con solo el primer regalo? — Wanda la miró con severidad.

— Si, tienes más. Te los daré en el transcurso del día. — Natasha respondió sin darle importancia.

En la mañana, Wanda salió para ir al colegio encontrandose con Natasha sosteniendo un cupcake con una pequeña vela.

En el almuerzo, todos le cantaron cumpleaños ignorando las miradas del grupo de los populares y Natasha le sacó a Wanda una pulsera que decía 'Malyshka'

En la tarde después del colegio Natasha la hizo esperar en su puerta antes de entrar a su casa para finalmente salir con una bolsa la cual contenía dos camisetas a juego de parejas la cual ambas usarían en su próxima pijamada. (Si es que Natasha lograba convencer a su padre de dejarla dormir en su casa ahora que estaban juntas)

Y finalmente en la noche después de su cena de cumpleaños de Wanda y Pietro. Natasha la tomó de la mano para guiarla hacia el jardín.

— ¿Otro regalo? Estoy extremadamente agradecida pero creo que ya han sido suficientes, incluso le regalaste algo a Pietro, no creo poder aceptar más.

Natasha negó.

— Tonterías. Eres mi novia y estás cumpliendo años, te daré lo que yo quiera. — Natasha sacó de su bolsillo una pequeña bolsa blanca entregándole a Wanda quien dudosa la tomó en sus manos. — Espero que no te rías de esto como te reíste del cartel de Kurt.

— Me gustó el cartel de Kurt. — Wanda murmuró abriendo la pequeña bolsa encontrandose con un collar que decía 'Wandanat'. — ¿Es en serio?

Natasha rió asintiendo.

— En serio. — Natasha replicó. Le ayudó tomando el collar y rodeando a Wanda para colocar el colgante en su cuello.

Wanda se giró para mirarla a los ojos.

— Eres demasiado buena, Talia.

Natasha se inclinó para besar sus labios y silenciarla.

— El próximo año te daré el doble.

— ¿Eso significa que en tu cumpleaños yo tendré que superarte? — Wanda la miró con curiosidad.

— ¿Por qué haces todo una competencia? — Natasha golpeó su brazo ligeramente en forma de juego. — Te encanta pelear conmigo.

— Así es.

Fin.

LA RARA. | Wandanat. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora