Capitulo 23

2.2K 269 214
                                    

Wanda esperó a que ella iniciara la conversación primero, y así lo hizo. La sonrisa que había usado anteriormente ahora se cambió por un ceño fruncido.

— Rebote. — Natasha murmuró. —Me dijiste que pensabas que eras el rebote. ¿Qué se supone que significa eso?

Bueno, estamos empezando con todas las de dar.

Wanda se encogió de hombros.

— No sé, tú y María acababan de hablar. Supuse que te sentías sola y esa era la única razón por la que me dijiste que te gustaba.

Natasha se quedó en silencio por un rato y ella la miró con nerviosismo, esperando una respuesta.

— ¿Eso es todo?

— ¿Qué quieres decir con 'eso es todo'? — Wanda frunció el ceño, ¿Acaso no era una razón válida?

— No sé.... Supongo que esperaba más. — Nstasha confesó, mirando hacia arriba con esperanza. — Entonces... ¿eso significa que yo te gustaba en ese entonces y la única razón por la que dijiste que no, fué porque pensaste que eras un rebote?

— No. Quiero decir, no recuerdo si me gustabas en ese entonces... ¿Tal vez? No lo sé. — Wanda se encogió de hombros con impotencia. — Bueno... En realidad podría ser que tuve un pequeño crush contigo antes de conocerte.

Natasha sonrió para sus adentros al saber ésta nueva información.

— Wow, después de tantos 'Cucaracha' en realidad había una Wanda flechas por mí. — Natasha se burló. — Todos los días aprendes algo nuevo de Wanda Maximoff.

Wanda rodó los ojos.

— No presumas mucho, mi odio hacia ti fué real.

— ¿Y ahora?

— ¿Qué quieres decir con 'y ahora'?"

— ¿Qué piensas de mí ahora? — Natasha la presionó.

Wanda agarró su cabeza entre sus manos. Odiaba hablar de sentimientos exactamente por esta razón: no era buena para comunicarse y ciertamente no era elocuente.

— Creo... —  las palabras salieron de su lengua y se estrujó el cerebro buscando lo correcto antes de suspirar abatida. — Que no sé lo que pienso, deberías tenerme miedo.

— ¿Y por qué debería tenerte miedo? —  Natasha levantó una ceja y Wanda se mordió el labio.

Tal vez miedo no era la palabra adecuada.

— No lo sé. Simplemente no lo entiendo. Han pasado demasiadas cosas en el último año.

— Entonces, háblame sobre eso.

Wanda hizo una pausa, pensando en todo lo que había pasado desde que se fué de Sokovia hasta su llegada a los Estados Unidos.

— Tú eres la causa de todo éste desastre, ¿Lo sabías? — Wanda la acusó con frustración y Natasha soltó una pequeña risita. — ¿Y sabes qué es la parte más aterradora de todo esto?

— ¿Si?... — Natasha se enderezó mirándola con curiosidad.

— Después de que me dijiste que te gustaba... Creo que me empezaste a gustar. — Wanda murmuró, hablando más para sí misma que para ella. — En realidad... Cuando dejamos de hablar, creo que empecé a enamorarme de ti, eso no siquiera tiene sentido.

— ¡Bien! — Natasha exclamó con una sonrisa enorme en su rostro.

— ¡No! — Ella miró hacia arriba con ojos serios. — ¡No está bien! ¡No soy buena en las relaciones! Arruino las cosas con demasiada facilidad.

LA RARA. | Wandanat. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora