Twisted Tale

La bella durmiente que amo un dragón.

- Malleus... Malleus - ...

... otra vez... otra vez ese sueño ...

- Malleus ven, ... vamos a jugar, las flores están floreciendo - ...

¿las flores? Si, en esta época deberían ya florecer ...

- Malleus. . . ven a la pradera de nuevo por favor te espero –

- ¡____! -  grito del susto levantándose de golpe, sudando frio se incorporó en la solitaria habitación, aunque ya este casado jamás pudo estar cerca de esa mujer belladona, incluso en su boda, cuando se caso e iba ser el beso, no lo hizo, solo firmo el papel y dijo al padre  que terminara la ceremonia, después de eso salió de la ceremonia dejando atrás a belladona, sorprendiendo a todos y dejando en vergüenza a la mujer, sabe que lo que hizo estaba mal, pero no queria ni tomar su mano, ya que seria aceptarla como su pareja y jamás lo hará, jamás querrá esa mujer como pareja.

Solo a una persona podía y ni siquiera sabia donde diablos su cuerpo estaba, Malleus golpeo con ira y frustración la mesa de noche mientras de nuevo sentía las lagrimas recorrer su cara, ya hace cuatro años desde que se casó...  seis años que la perdió, once años desde que hizo esa promesa que no pudo cumplir ... y en todos esos años no ah podido dejar de soñar con ella, ni solo una vez, y cada vez que despierta sus lagrimas caen, es frustrante, molesto y doloroso, pero no puede, no puede seguir sin ella... el corazón del dragón cada vez se vuelve tan frio y vacío, a tal punto que ah olvido la última vez ha sonreído o sentido felicidad, suspirando se levanto de la cama estirándose, ni era tiempo de que los sirvientes se levantaran, ni el sol se asomaba, poniéndose una bata salió de la habitación con vela en mano y camino hacia la pintura de la princesa.

Ya empezaba a notarse la vejez de la pintura... incluso el marco estaba desgastado por como el rey acariciaba el borde de esta, nadie podía entrar ahí, ni esa mujer, ni nadie que no estuviera autorizado por el rey, esa habitación era donde Malleus guardaba sus tesoros como todo buen dragón, todo lo que el considera valioso, tanto los recuerdos de sus padres, como sus juguetes de la infancia, memorias de su abuela, objetos que Lilia le dio cuando era niño, al igual que recuerdos de sus pocos amigos como Silver y Sebek... pero uno de sus más grandes tesoros es esa pintura de su amada ______ que miraba por horas, hasta que el sol saliera, a veces le habla como si estuviera presente otras veces se queda en silencio.

- ... hoy nuevamente me llamaste a la pradera... si supieras que ahora no es más que los vestigios que hubo un reino... desde que tu padre desapareció junto contigo, solo la destrucción de este fue lo que paso... aunque no lo culpo por desaparecer... los pocos pueblos que quedaron se reincorporaron a mi reino... - dijo el rey sentándose en el suelo dejando la vela a un lado.

- ... si estuviera aun tu reino... de seguro estarían preparándose para el festival de las flores... aun lo recuerdo, tanto los dulces de rosas como las galletas de lavanda... ya ni se diga del te de jazmín, recuerdo aun las gardenias que crecían en tu ventana y el aster purpura en tu jardín... - Malleus cerro los ojos mientras recordaba ese lugar y todas las flores que crecían – antes no me fijaba tanto en las flores, pero cuando llega esta temporada no puedo evitar recordarlas, son bellas pero frágiles... y se marchitan con facilidad, aun así... siempre vuelven a crecer ... me pregunto... si volveré a ver las flores –

Malleus se estaba levantando ya que sabia que el sol estaba por salir, mirando una ultima vez por el día de hoy la pintura ya se iba a retirar cuando escucho el graznido de un cuervo por la ventana, causando que volteara a esta, ahí se encontraba un cuervo grande de plumaje azul verdoso negro, sus ojos eran amarillos tan intenso, ese color recordaba a alguien, y su tamaño descomunal, en su pico tenía un pequeño racimo convallarias que soltó en el marco de esta... Malleus extrañado con el animal se acerco a este y tomo las pequeñas flores.