Depredador sexual

•Metiendo las narices• Capítulo 5

Mi cuerpo estaba tenso, estaba de rodillas con la cara pegada a la pared, con el ojo en la hendidura.

Sudaba ligeramente por los nervios.

No podía creer que el cielo me bendijera así.

No podía creer lo que veía, pareciese que todo fuese una mala jugada.

La miraba como un maldito bastardo acosador.

Ahora sólo la miraba escasamente; dormida en su cama... Al parecer no puede dormir, cambia de posición cada dos minutos.

Preguntándome a que se deberá su insomnio y la manera en la que yo la haría dormir....

Llevo tanto tiempo viéndola mientras trata de conciliar el sueño, treinta minutos mas o menos.

Si, llevo aquí media hora. No puedo moverme.

Ok...la verdad es que no quiero.

En uno de sus movimientos bruscos, por intentar una posición cómoda; la sabana corre por debajo de sus piernas que dejan ver su culo directamente.

Automáticamente como si de un iman se tratase, mi ojo derecho casi penetra la pared.

Queriendo obtener una mejor vista de esa mujer que es totalmente ajena a mi morbosidad.

Sin darme cuenta siento una punzada en el ojo, instintivamente cierro los ojos y pongo mi mano encima de mis párpados, un insecto sale volando a causa de un manotazo que le doy, no alcanzo a ver de quien se trata, solo se que tengo el ojo hinchado y punza.

¡Maldición!

¡Si seré estupido!

¡Duele como el infierno!

Mi conciencia se burla de mi; si Louis, eso te pasa por andar de calentón.

Aquel suceso fue como una lección; como si hubiera obtenido una reñida por mi mal comportamiento.

Y el pinchazo de aquel demonio me manda a dormir, mientras lo hago juro sellar ese recoveco del demonio mañana en la mañana.

Al salir de mi habitación en la mañana me encuentro con ___, me tenso inmediatamente y bajo la mirada.

Me hecha un vistazo y sonríe mientras cierra detrás de si la puerta.

Se acerca solo un poco para saludar.

Me examina de nuevo, avanza de nuevo hacia mi, como si fuese un ser extraño.

-¿Qué te ha pasado en el ojo?-pregunta con el ceño fruncido mientras observa el área. Acerca la mano para tocar pero la aleja inmediatamente ella misma.

La miro un instante, y el recuerdo de anoche no me permite sostenerle la mirada.

-Aun no lo sé,-miento-también lo averiguo-trato de sonreír-iré a desayunar-me apuro a decir-se me hace tarde, que tengas un buen día-me alejo inmediatamente.

Mientras camino una lucha interna se abre paso en mi cabeza: aunque no parezca gran cosa, ese diminuto hueco es una violación a su intimidad, no tengo derecho a hacerlo...

Debo sellarlo y olvidarme de todo.

Pero por otro lado:... Yo no lo hice personalmente, fue obra del maravilloso destino, es decir, ¿si la tierra y el universo así lo quieren, ¿por qué no?

Pero esa lucha mental termina en una conclusión, haría mi deber como hombre, como caballero, olvidaría todo...

Aunque mi deber como hombre también es complacer a una mujer, y quisiera que pudiese hacer lo mismo con ella, complacerla...

¡Basta Louis!

El transcurso del día es habitual y rutinario, paso a mi habitación y todo esta exactamente igual.

Me cambio de ropa y me acuesto, pero la tentación me llama y soy débil para resistirme.

Mientras lo hago creo un montón de excusas en mi cabeza para permitirme hacer esto.

Aunque en el fondo se que todo esta mal.

En un santiamén me encuentro arrodillado de nuevo husmeando en la vida privada de una chica.

Que mal suena eso.

Pero la imagen golpea y martillea mi cerebro y lanza una bola de fuego a mi entrepierna.

Al parecer se meterá a la ducha, se dispone a desvestirse, esta en solo bragas y sostén.

Madre mía.

Inhalo fuertemente.

Qué vista.

Se quita el sostén, liberando sus senos, me quedo atolondrado y perdido, es mejor de lo que pensé...

Siento que estoy al borde de un infarto, ahora mismo me siento como un estupido colegial prepuber viendo pornografia...

Toma el elástico de su braga, dispuesto a quitársela, pero antes de ello se endereza y camina, la pierdo de vista y la vuelvo a ver con una toalla en mano y depositándola en el baño, asegurándose no olvidarse de ella.

Vuelve a su faena, y cuando apenas corre la cintilla por unos centímetros de su cadera, se endereza de nuevo...

¡Joder!

Mi indignación en forma de puño golpea fuertemente la pared, y para mi mala suerte, ella lo escucha, haciéndola saltar y proteger su desnudez intuitivamente, aunque no alcanza a verme.

Vaya estupido soy.

Golpeo mi cabeza contra la pared, de nuevo llamando su atención.

¡Carajos!

Esta vez toma su bata y se dispone a salir de su habitación.

Estoy perdido.
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¿Que crees que pase con Louis? ¿____ lo habra descubierto?

Espero les guste este capitulo, chicas si les gusta por favor no olviden recomendarlo y darle me gusta.
Osadastyle