PRÓLOGO

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La noche era fría tan fría que podrías sentir la piel quemar. Una mansión de aspecto tenebrosa y a la vez elegante se encontraba bañada de nieve. Persona que pisaba o pasaba cerca de aquella, se le revolvía el estómago de lo tan asombrosa que se veía.

En esa mansión habitaba una pareja que celebraba su primer año de casados, adentro todo estaba decorado, una gran mesa para los magos más importantes de la familia.

Era una noche con neblina y copos de nieve cayendo sin parar del 30 de Diciembre de 1977, cuando un señor de rubios platinados se levantó de su asiento, golpeó con delicadeza la copa que llevaba en su mano derecha consiguiendo que los presentes le dirigeran su atención.

-Buenas noches queridos magos y brujas, quiero agradecerles por haber estado con nosotros esta noche y celebrar nuestro primer año de casados, pero sobre todo quiero hacer un brindis por la maravillosa esposa que tengo a mi lado, queremos presentarles al triunfo de nuestro amor, nuestra pequeña Daelyn Malfoy-

La mujer rubia y delgada dejó al descubierto los pañuelos con los que se encargaba de tapar al bebé para mostrarcelos a los presentes quienes no dudaron en aplaudir de la emoción.

-Felicidades Lucius, será una mujer muy bella- le dijo un hombre pelinegro alto quien llevaba un porte poderoso al rubio platinado quien lo veía como un dios-Me orgullece saber que tengo aliados como tú familia a mi lado-le dijo este con una diminuta sonrisa, los cabellos negros peinados perfectamente, la ropa elegantemente y una mirada que te hacía poner de rodillas

-Gracias mi Lord-dijo este con una sierta emoción en los ojos.

Sin más el hombre se alejo, así que el platinados se dirigió hacia su esposa, quien cargaba a la pequeña Daelyn de cabellos rubios platinados, los ojos grises que caracterizaban a un Malfoy, la piel tan suave y blanca, ella había nacido para ser una dama fina.

-No lo hago por ti Lucius lo hago por ella-dijo su esposa quien se encontraba sentada en un sillón individual me siendo a la bebe de 2 meses.

-Cyssy debe... - hablo este pero lo interrumpió cuando su esposa se paro del mueble enfrentandolo.

-Ella no tiene la culpa- le dijo con la voz arrastrada y sin más se fue excusándose con los invitados que tenía que adormecer a su bebé.

Semanas siguientes la mujer rubia paseaba por la mansion a su bebé de 2 meses y medio, la llevaba al Jardín con muchos abrigos a que conozca las flores rojas que solía pedir a sus elfos que le platacen.

-Te amo copito de nieve- le dijo la mujer dándole un beso a su pequeña frente, esta al sentir el tacto de la mujer rubia enrrollo su pequeña manita en su pulgar.

-Te e buscado por toda la mansión Cissy- le dijo su esposo que se encontraba de espaldas de ella, llevaba las manos metidas en los bolsillo de los pantalones y la mirada dura derretida ante la escena.

-Supongo que te haz preocupado por no tener a tu mujer a tu lado en la junta- le dijo esta con burla.

-Cissy por favor... No podemos seguir así.. Por favor-le dijo este con súplica acercándose a ella

-Y como quieres que confíe en ti Lucius.. Todo lo que sale de ti es mentira.. No dudo que nuestro matrimonio sea una mas de ellas-le dijo esta mirando a la bebe y sonriendo dado que la bebe hacía muecas raras con la boca.

-Cissy por favor.. ¡Leeme la mente y verás que no te estoy mintiendo! - pidió el hombre con súplica acercándose hasta quedar frente de ella.

La mujer veía sinceridad en los ojos del hombre, dudaba en aceptar sus disculpas, lo amaba esa era obvio, pero no era fácil perdonar una traición, la borrachera no era una justificación para traicionar el amor y la confianza de una persona que da todo por ti y que se esfuerza con ser suficiente todos los días.

T O R M E N T O  [SIRIUS BLACK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora