Para Daelyn la mansión era su hogar desde que tenía memoria,pero ahora a sus 18 años ya no pensaba lo mismo.
Al entrar a ella, al cruzar la puerta de entrada, se sentía insegura y sentía que en cualquier momento algo malo le pasaría a su familia.
Siempre apoyo a sus padres con detestar a los muggle, pero no por eso deseaba verlos como esclavos y mucho menos muertos pagando por algo que no todos eran iguales.
Cuando la junta con la Orden del Fénix finalizó y después de hacer que Sirius le colme la paciencia regreso a la mansión Malfoy.
Se había dirijido a su cuarto de no ser por que el Señor tenebroso se encontraba enfrente de ella mirándola con una sonrisa fingida.
-Daelyn que bueno que llegas querida, justo a tiempo para charlar con tus padres, todos juntos... Como una familia-dijo el mago tenebroso con una sonrisa maliciosa.
La Rubia le dio escalofríos la voz del mago e incluso la sonrisa que le dedico con sierta maldad.
-Nos esperan Daelyn.. no me querrás hacer esperar... Verdad-dijo el mago viéndola seriamente
-No señor-
Al escuchar esas palabras el mago tenebroso cambio su semblante y cambio su cara a una llena de hipocrisia dedicándole una sonrisa.Daelyn sentía que vivía una realidad no deseada, enterarse de que el Señor tenebroso había regresado le había tomado como un balde de agua fría, sin duda alguna no se preocupo por ella si no por su hermano y su familia, ella estaba informada de que ellos habían sido aliados de Lord Voldemort pero su madre le había dicho que fue una pesadilla.
Ahora se encontraba llendo al despacho acompañada del mago tenebroso quien sería el causante de ver el mundo mágico arder.
Al llegar sus padres estaban sentados y se cuchicheaban algo, al parecer su madre no se veía contenta de hecho tenía los ojos vidriosos y su padre se notaba sumamente nervioso.
-Toma asiento querida Daelyn, hablaremos de cosas importantes-
Daelyn no era tonta, y sabía que algo malo estaban por decir, pues ver al señor tenebroso estar en su casa como si esta fuera suya y ver a su padre no hacer absolutamente nada se lo confirmaba.-Sabemos que es una vidente pequeña Malfoy-dijo el mago tenebroso quien tomó asiento enfrente de ella.
-No entiendo-dijo Daelyn pues esto no le estaba gustando para nada, sus padres evitaban verla a los ojos así que no intentaría ocultar su don si es necesario incluso mentir.
-No me quiera tomar por tonto señorita Malfoy.. Un pajarito informo que usted es una vidente... No quiera negarlo..-
-No se de que esta hablando.. Estoy segura de que la persona que le dijo eso.. No me conoce..en absoluto - dijo mirando a sus padres en busca de ayuda pero estos parecían estar muy interesando en sus zapatos.
La risa del mago la hizo sobresaltar, tenía la risa más cruel que se podría imaginar, el mago se paro en frente de ella y Daelyn solo pudo quedarse quita intentando que no se escuchara los latidos de su corazón que parecía que iba a salirse.
Tenía miedo, sabía la clase d e magia que poseía aquel mago, sabía que podía leer las mentes, pero no quería ser parte de su ejército, no quería que nada malo le sucediera ni a ella ni a su pequeña familia.
-¡MIENTES! - le había gritado el mago con enorme enojo, Daelyn se sobresalto ante aquel grito haciendo estremecer. El Mago le apretó los cachetes con suma fuerza haciendo que la rubia hiciera mueca de dolor. - Y si algo no tolero Daelyn son las mentiras-le dijo el mago soltandola con brusquedad.
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T O R M E N T O [SIRIUS BLACK]
RandomEl perro negro la vio alejarse del lugar, el animago soñó con su sonrisa todas las noches, soñando que alguna vez la volvería a ver, sus ojos le dieron tanta paz y su alma tan pura le contagio felicidad que hace tantos años no sentía.