Emerald: El Héroe De Las Sombras

Soul Mate

Hoy era el día.

Estaba decidido.

Sabía en que área podría estar y se aseguraría de que esta vez no se le escapara.

Shoto iba a encontrar a su alma gemela el día de hoy y no había lugar para fallos en eso estaba seguro.

Acomodó en su espalda la mochila que llevaba y se recargo en la pared de un edificio en el lugar donde vió la cabellera verde de su alma gemela la vez pasada, solo tendría que esperar.

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Izuku aún estaba desconcertado por la noche anterior, ya que fue la más rara de su vida.

El detective le agradeció, y un héroe lo acompañó a deshacerse de villanos, era algo muy irreal.

Salió de sus pensamientos cuando su teléfono vibró en su bolsillo.

Mei:
¿Cómo te fue?
4:32 am

Supuso que se refería a la reunión de la que le comentó e inconscientemente lo convenció de ir.

Yo:
Bien, agradecieron
mi ayuda.
4:33 am.

Mei:
Te dijé que no sería tan
tan malo. Nos vemos en
la tarde. No tardes.
4:34 am.

Guardó su celular y preparó sus cosas para salir corriendo.

3...

2...

¡Corre!

Tomó su mochila y salió corriendo.

¿Conocen ese juego? ¿Subway Surf? Esta situación empezaba a parecerse demasiado, solo que en vez de trenes eran personas que simplemente lo ignoraban.

Estaba tan concentrado esquivando personas, que no notó cuando le pusieron el pié. Miró de reojo al responsable de su tropiezo y el contrario solo le sonrió con burla.

- ¡Lo siento! - sé disculpó antes de seguir corriendo escapando por poco de la mano que quería agarrarlo por el cuello de su uniforme.

Usó el barandal de las escaleras para deslizarse y por fin llegando a la salida.

- ¡Vuelve aquí Deku! - gritó furioso uno de sus matones principales.

Ya que Kacchan pareció dejarlo en paz, el se ha vuelto el principal, pero antes solo era un perro faldero detrás del lobo, no lo mal entiendan, estaba feliz de que Kacchan ya no lo molestara, pero al menos el nunca se pasaba de la raya. La última vez que lo atraparon casi le rompen algo, con Kacchan solo eran un par de quemaduras y un par de golpes, fuertes golpes verdad, pero solo eran un par.

Ellos fácilmente podrían terminar matándolo y no les molestaría, a él tampoco pero se meterían en problemas por su culpa.

Al fin había llegado a la salida, pero aún podía escuchar los gritos de sus compañeros y las miradas de furia.

Había un edificio con un callejón aquí cerca, solo tenía que llegar y esconderse, era un área poco transitada a estás horas pero tenía buenos escondites.

Sintió un feo golpe en el brazo por lo que lo sujeto con fuerza contra sí mismo sin parar de correr teniendo una idea de lo que pudo haber sido. Uno de los que lo perseguía podía lanzar piedras de la punta de sus dedos de distintos tamaños y colores. El no debió hacer eso, ¡Pudo haberle dado a alguien y lastimarle! Podía sentir algo de sangre gotear de donde lo golpeó ¡¿Qué hubiera hecho si le hubiera dado en el ojo a alguien?!