POV Adam.No dejaba de temblar, estaba congelado. El sonido era sordo y sentía como un pitido recorría sus oído de un lado hacia otro.
—Mierda Oscar! Sigue así, me voy a correr.
—Eso pequeña zorra, correte en mi polla.
—¡Oh! Si... ¡carajo! —gimoteaba Daisy en tanto tenía su orgasmo. —¡Oh mierda!
Adam tuvo que cerrar los ojos y hacerse a un lado aguantando las náuseas que le estaban dando. Apretó sus párpados con fuerza y se afirmó en la pared que había tras él.No puede ser, no... no.
Las lágrimas comenzaron a quemar sus mejillas y su corazón dolía horriblemente.
—Eres una putita fácil.
—Soy tu putita fácil.
—Nunca pensé que querrías hacerlo.
—¿Por qué no? —preguntó coqueta.
—Está Adam afuera, pero ni te importo pequeña zorra.
—Era tu regalo de cumpleaños y sinceramente no me importa. Estoy cansada de él.
Adam curvó sus cejas y tuvo que guardar un sollozo por el dolor que sentía. En ese momento solo escuchaba, no podía seguir mirando.
—¿Así que no te importa? ¿Y por qué no lo dejas?
—Lo sabes bien. Tú no me preguntas lo que yo estoy esperan...
Al momento que Daisy respondía, un grupo de jóvenes borrachos entraron haciendo ruido, provocando que Oscar y Daz hicieran silencio y comenzaran a acomodar su ropa.
Adam por su lado se metió a una habitación que estaba a la derecha del pasillo. Intentaba respirar profundo para calmar su malestar y sus ganas de romper en llanto. Tapó sus ojos con la palma de sus manos y se agachó intentando tranquilizar su mente que no dejaba de torturarlo.Esto es mi culpa, es mi puta culpa. Cambie, no le di lo que necesitaba como mi chica, la dejé de lado por mi mal estar... no merecía eso.
—No lo merecía. —dijo a duras penas lleno de aflicción.
No pudo contener su angustia, por lo que en un lugar que ni si quiera quería estar, soltó la tristeza que lo agobiaba en tanto su mente le repetía una y otra vez que era su culpa. Según Adam no había ninguna otra razón, era la única respuesta.
Al pasar ciertos minutos trato de calmarse, o en realidad contener sus emociones nuevamente. Respiró profundo y en tanto las lágrimas aún corrían salió del lugar. Daisy y Oscar ya habían "escapado" dando pasos presurosos, y su celular ya había vibrado un par de veces recibiendo mensajes de Daz preguntando en dónde estaba, pero en ese momento no respondió. Sólo quería huir.
Se dirigió a la salida con total discreción, caminó por los senderos del hermoso patio menos concurridos e iluminados, y al lograr salir, llamó a un taxi y se fue.
Llegando al departamento le envió un simple mensaje a Daisy, diciéndole que había preferido marcharse ya que estaba cansado y ella, le respondió que se quedaría con una de sus amigas.Mentira.
Lloró y no pudo parar por horas. Sentía su corazón desgarrado. Nada tenía sentido. Si había acarreado culpa por lo de sus padres, esta ahora había crecido. Alejaba a todos.
Siempre lo hago.
Atormentado buscó algo que apagara su mente. Tomó una botella de whisky y comenzó a beber. El liquido dorado quemaba su garganta en tanto sus mejillas irritadas recibían las lágrimas que no dejaban de correr. A la mitad de la botella cayó rendido en el sillón y con dos tragos más, su visión se fue a negro.
No más tormento. No por ese momento.•••
Su cabeza dolía demasiado, sentía que bombeaba y al moverse las náuseas le atacaron. Tuvo que levantarse de golpe y correr hacia el baño para vomitar y eliminar todo lo que le estaba provocando malestar.
—Mierda. —gruñó arrodillado delante del WC en tanto limpiaba su boca. —Que asco.
Cerró los ojos respirando profundo y se echó hacia atrás para afirmarse en la pared. Sus ojos pesaban, estaban hinchados nuevamente y sentía su boca completamente seca.
Las imágenes de Daisy teniendo sexo con Oscar volvían a golpear en su cabeza y dolor en su pecho crecía nuevamente. Tensó su mandíbula y sus cejas se curvaron mientras sus ojos agotados por llorar volvían a cristalizarse.
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Daddy Issues (Adam Driver y tú)
Roman d'amourEstabas empezando tu vida en Nueva York cuando todo se fue al carajo, pero alguien llego... la pregunta es si a salvarte ¿o arruinarte?