Había subido nuevamente a cambiarme y para mi suerte está vez Cindy no estaba en la habitación, así que aproveché y me puse lo primero que encontré para ir a entrenar.
Al salir la vi desayunado con todos en la mesa, subió su mirada hacia mi y me quedo mirando un par de segundos.
-Me saltaré esta comida- dije al notarlo
-No lo harás- mi hermana me sostuvo de mi chaqueta y me hizo regresar
Me senté resignada al lado de Ziggy, no quería que se me haga muy tarde ni que me hagan correr más vueltas de las que debía así que desayune rápido
-¡Listo!- me levante en busca de mi mochila pero al no encontrarla volví a preguntarle a Deena
-No tengo idea- dijo y se levanto para abrirle la puerta a su novia que esperaba en la parte de afuera de la casa
-¿Puedo ir?- preguntó Ziggy
-¿Me hablas a mí?-
Movió la cabeza esperando una respuesta de mi parte
Acepte, no tenía ningún problema en que Ziggy me acompañara.
Fuimos al auto y conduje mientras ella escuchaba las canciones que tenía guardada, miraba con asombro lo linda que era la ciudad cuando no habían tantas personas en los espacios públicos.
Eso hasta que se quedó dormida en lo que quedaba de camino.
Llegamos y la desperté con cuidado, dudé un poco al principio pero era eso o dejarla en el auto con todas las ventanas cerradas y muriendo de calor cuando despierte.
-Te presento a Simón, mi mejor amigo- dije mientras tiraba mi mochila al banquillo
-Debes ser Ziggy- la pelirroja se confundió un poco al escuchar su nombre de una persona desconocida -Escuché a Deena hablar ayer de eso-
-Ah, sí- dijo entendiéndolo todo
-Ven, desde aquí se ve perfectamente como golpean a ________- escuche decir por ultimo
El sabe que eso no es cierto.
-Cuidado novata- hablo antes de embestirme Sheila
Caí sobre el césped, adolorida pero jamás rendida.
Me levante sin protestar y la quede mirando con odio y coraje.
-A jugar- les dije a todas mientras mi cuerpo chocaba con su hombro y me posicionaba a metros de la portería
Era mi oportunidad para lucirme y demostrar cuanto he cambiado. Este año planeo ser titular.
-Chica a la portería- dijo el entrenador soltando un palo más grande de lo habitual que por suerte sostuve
-Nunca he jugado en esa posición-
-Lo sé, anotar le da confianza a las jugadores- hablo
Me moví sin protestar más y miré de reojo a la banca viendo como Simón me daba ánimos de lejos.
-¡Cubre tu cara _____!- gritó
Lo hice pero no sirvió de mucho, terminé golpeada y muy humillada. Tirada en el césped.
-¡Mi turno! Novata- escuché decir
Me levante enseguida, estaba decidida a tapar la única pelota o por lo menos eso pasaba por mi mente.
Yo puedo.
Ok no pude.
-Eso fue muy fácil- decía Sheila mientras corrió hacia mí, se sacó el casco que traía para proteger su hermoso y estúpido rostro, su cabellera larga marrón se soltó para revelarse.
-Estúpida- susurré
Por suerte no me escucho.
-Bien suficientes golpes por hoy. ¡Enfrentamientos 1 a 1!- grito el entrenador mientras me ayudaba a levantarme
Que por cierto era el papá de Simón.
-Sheila toma un palo largo- instruyó
La castaña asintió entiendo la orden y se puso en su lugar. Yo era su principal rival, pero apenas y podía correr por todos los golpes que recibí anteriormente.
Por suerte no iba primera.
El entrenador soltó el ruido de su silbato y la primera chica, una rubia de cabello corto y ojos negros empezó a correr hacia Sheila pero fue derribada con éxito haciendo que el ego de la castaña se eleve hasta mi turno.
-Tu turno chica- escuche decir a la de atrás
Mire a Sheila unos momentos mientras hacia fuerza se veía realmente intimidante y tocaba mi casco para ponerlo firme y parecer que yo también lo era, pero la verdad estaba muriendo de miedo. Corrí hacia ella y segundos después..
En el césped, gimiendo de dolor por mi pobre espalda.
-Hey Johnson, así quieres ser titular- reían algunas a mis espaldas
Me levante furiosa y corrí nuevamente para intentarlo una vez más.
-Lo intentaré otra vez- aparte a la chica que ya estaba a punto de salir, miré de nuevo a la castaña fijamente
-¡Vamos!- grito el entrenador
Corrí pero no para anotar. Corrí para derribarla, la embestí con toda la fuerza de mi cuerpo y miraba como volaba unos milisegundos hasta caer al césped.
Gritó de dolor al caer y tocaba su brazo, no era buena señal. Corrí a verla de inmediato. No lo hacía con esa intención, osea si.
Pero no quería que dejara de jugar, ella era una de las mejores jugadoras que teníamos en el equipo.
-¿Estas bien?- pregunté
-Te voy a matar _______-
-Lo lamento- dije y luego el entrenador se acercó a ver
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La llevaron a la enfermería y fue lo último que supe por hoy.
